PÁGINAS DE MOMO
GASTÓN "RUSITO" GONZÁLEZ
La brillantina suele quedarse pegada al cuerpo por mucho
tiempo. A veces pasan 2 o 3 días de una actuación y encontrás algún rastro de
ella. Por eso cuando la brillantina te acompaña desde la cuna, se transforma en
algo inseparable, y tu personalidad, tus experiencias, y tu vida en sí
comienzan a girar en torno a ella, que es una de las tantas protagonistas de la
fiesta que nos ha conquistado el alma a miles y miles de uruguayos. Existe un
artista de esos tantos que nos deleitan con sus actuaciones en cada febrero,
que forma parte de la camada más joven y está totalmente emparentado con el
parodismo, categoría de la que se ha enamorado más allá de que la murga también
le puede. Quizás ya tiene tantos personajes encima que uno podría imaginarse
que estamos hablando de un artista de años. Pero si le pidieras su cédula para
sacarte la duda, te darías cuenta que apenas tiene 28 años, y mucha cuerda de
la cual tirar aún. Es más, eso no sería nada descabellado para Gastón Rusito González, ya que se ve haciendo
carnaval toda la vida siempre y cuando “los dueños lo quieran y la gente lo
elija”. Una vez más, el Rusito se
prestó para un rato de charla muy disfrutable que recorrió todos los rincones
de lo que está siendo su trayectoria en la fiesta de momo, pero que también
visita otros pasillos.
¿CUÁLES SON TUS PRIMEROS RECUERDOS CARNAVALEROS?
“La primera vez que subí al escenario del Teatro de Verano
iba a upa de mi madre porque tenía meses de edad. En ese momento mi padre
(Carlos Bananita González) salía en La Nueva Milonga. Luego los primeros
flashes que me han quedado del Carnaval es haber visto a Curtidores de Hongos en el año 1994, conjunto que también integró
mi padre. Tengo imágenes y aromas de trajes en mi memoria, porque un día que
fui al ensayo con papá estaban pintando los trajes. Me puse uno y recuerdo el
olor que tenía. Siempre fui la mascota de los conjuntos en los que participó mi
padre así que tengo muchos recuerdos de distintas bañaderas. Me acuerdo que
cuando mi viejo formó parte de murga La Divina Comedia, hacia el final del
espectáculo él salía a escena, daba un
mensaje, y luego entregaba su traje. Después de eso siempre me ponían su gorro.
Tengo muchos registros carnavaleros de cuando era chico porque eran mis
vacaciones. Yo no pasaba mis vacaciones en la playa como lo hacían otros niños.
Mi relación con las vacaciones siempre fue la pintura, la brillantina y las
lentejuelas".
¿SIEMPRE SUPISTE QUE QUERÍAS SER ARTISTA?
“Desde chiquito siempre tuve muy claro que quería hacer
esto. Aparte no me gusta levantarme temprano, así que la profesión de actor era
lo más acorde para zafar de eso (risas). Desde chico siempre tuve la vocación
de seguir por estos rumbos más allá de que uno no sabe cómo lo puede ir.
Algunos pueden decir que tener a mi viejo me ha ayudado, y en realidad eso te
puede abrir puertas pero también te las puede cerrar. Mi viejo nunca me obligó
a nada y yo siempre lo acompañaba porque me gustaba esto. Cuando me preguntaban
de chiquito qué quería ser, siempre dije que quería dedicarme a algo
relacionado con lo artístico. Siempre fui y sigo siendo un enamorado del
Carnaval. Luego descubrí el carnaval de las promesas a través de la murga Los
Humberto, porque una vecina mía tenía contacto con esa murga y me sugirió que
fuera. Me acuerdo que luego de ir a varios ensayos me invitaron a salir en la
murga, pero era una transa porque me quedaba lejos. Yo vivía en Malvín, y como
esa experiencia no se dio, armé una murga en mi barrio que se llamó La
Malvinense, pero solo alcanzamos a desfilar en corsos barriales. Esa fue mi
primera experiencia carnavalera. Después ya en 2005 arranqué a salir en
Carnaval de las Promesas pero siempre en conjuntos de parodistas. Y desde ese
momento hasta ahora no he parado”.
SUS REFERENTES CARNAVALEROS
“Siempre tuve referentes en todas las categorías. Uno de
ellos lógicamente es mi papá porque siempre lo he acompañado. Más allá de que
en un principio no curtía tanto parodismo porque mi viejo en ese momento salió
principalmente en murgas, luego empecé a ver videos de todo tipo y color del
parodismo y me enamoré de esa categoría. Hay varios parodistas que son
referentes para mí como Pendota (Miguel Meneses) que es un maestro. Horacio Rubino que para mí es el padre de las
parodias, y un tipo que marcó un estilo. Me gustaron muchos años de Pinocho
(Ariel) Sosa también. Luís (Carballo) para mí es uno de los mejores actores del
Carnaval. Siempre me gustó su frescura y su naturalidad sobre el escenario. Aldo
Martínez y Cacho (Pedro) Denis siempre me encantaron. En murgas me gustan mucho
Claudio Rojo y Diego Bello. Siempre he tenido referentes, y con todo el respeto
que me merecen confieso que soy un gran
ladrón, porque siempre los he mirado y les he tratado de robar cosas a todos
ellos para luego llevarlas a cabo con mi estilo. En cuanto a cantantes, que por
más que no es mi faceta más explorada siempre tuve berretines de cantante, me
gustan mucho Daniel Sastre, que siempre se amolda a cualquier género. Después
hablando de cantores de murga no puedo dejar de nombrar al Canario (Ricardo)
Villalba, por ejemplo”.
¿QUÉ RESCATÁS DE TU PASO POR EL CARNAVAL DE LAS PROMESAS?
“Carnaval de las Promesas es una escuela si la sabés
utilizar, porque tenés la posibilidad de integrar grupos que te nutren
artística y humanamente. Más allá de darme las primeras herramientas, me dio
amigos. Pero te hablo de esos amigos con los que me sigo juntando hasta el día
de hoy en alguna comida, y que son los que están siempre cuando se baja el
telón y se apagan las luces. Tengo un grato recuerdo de mi pasaje por el
Carnaval de las Promesas. Además tuve la inquietud de seguir ligado a él
aportando mi granito de arena en Quijotes, escribiendo parodias para el
conjunto con Claudio Melcon. Si tenés un buen respaldo y ligás con los
ambientes, hacer Carnaval de las Promesas es divino. Porque siempre digo que es
como en el baby fútbol. Porque uno allí jugaba a ser Luís, Cacho, Pinocho,
Pendota, Aldo, etc. Pero el problema estaba en que algunos dueños de conjuntos
de Promesas jugaban a ser dueños de conjuntos de Carnaval mayor. Amo Promesas.
Siempre voy a ver espectáculos cuando puedo. Gracias a promesas puede subir al
Teatro de Verano y cumplir el sueño del pibe”.
¿CÓMO TE LLEVÁS CON LA TAREA DE ESCRIBIR?
“Me gusta mucho proponer. Siempre respeto a el o la letrista
porque es su obra, pero es una tarea que me gusta. Es más, el año pasado hice
un personaje en Radio Sarandí que se llamaba Obdulio, y libreté cada
participación mía. Me gusta mucho el ejercicio de escribir. Con Claudio Melcon
mencionaba anteriormente que escribimos, y me gustaría volver a escribir con
él. Porque cuando encontrás una química con alguien al momento de realizar ese
trabajo, está buenísimo”.
EL DEBUT EN CARNAVAL
“Fue una experiencia divina. Todo se dio porque en el 2009
participé del Carnaval de las Promesas y del Encuentro de Murga Joven. Cuando
actué con la murga joven La Fulera, un periodista me vio y me dijo “¡Está
buenísimo lo que hacés! ¡Voy a llamar al pingüino!”. El pingüino era el dueño
de Todavía no se Sabe, y a su vez cuando yo era niño había sido dueño de Don
Timoteo, donde había salido mi padre, así que me conocía de chiquito. Cuando
llegué al club con la murga vi que tenía una llamada perdida que era del
pingüino. Lo llamo y me dice: “¡Bananita! ¿Cómo estás para debutar en las
mayores?”. Le dije que estaba con ganas de salir y me dijo que fuera a ensayar.
Me acuerdo que cuando fui al primer ensayo me encontré con un montón de
monstruos que habían salido con mi viejo como Jorge Cocina Márquez, uno de los
mejores directores que tuvo la historia del carnaval, por ejemplo. Tener la
suerte de compartir el escenario con esa gente y al mismo tiempo estar
debutando, era divino. Si bien haciendo Carnaval de las Promesas había
participado siempre de espectáculos de parodismo, terminé debutando en el
carnaval en la categoría de murgas gracias a esa murga joven”.
¿CÓMO FUE LA EXPERIENCIA DE SER PARTE DE ZÍNGAROS?
“Estar en Zíngaros es jugar en primera, como dice Ariel
Sosa. Fue una experiencia bárbara. Yo tenía 18 años. Ahí sentís que se te viene
todo encima porque es otro mundo. El Carnaval es un mundo, pero los Zíngaros
tienen su propio mundo. Ese conjunto tiene una de las hinchadas más cariñosas
del carnaval. Fijate que pasé de que me fueran a ver más que nada mi familia y
mis amigos más cercanos, a estar en un conjunto que tenía una hinchada muy
numerosa. Aprendí mucho allí acerca de cómo sortear diferentes situaciones. Eso
te lo enseña el mismo conjunto a medida que vas viviendo todo y te vas
fogueando en cada ensayo y en cada tablado. Siempre digo que hay que salir en
Zíngaros un año para vivir todo eso. Fue un conjunto en el que tuve que
aprender acerca del manejo de la multitud, y sobre todo conocí más acerca de
cómo vender un espectáculo, que es algo que Pinocho hace muy bien. Yo no tenía
muchas participaciones en las parodias pero aprendí e artistas maravillosos
como Panchito (Ledys Araújo), Claudio Melcon y el Canario Villalba. Pero lo que
más me quedó de Zíngaros fue el hecho de saber cómo defender un producto hasta
lo último”.
“MIENTRAS HE ESTADO EN LOS MUCHACHOS ME HA PASADO DE TODO”
“Es el conjunto al que le tengo más cariño. Esto lo digo con
todo respeto porque soy un obrero del carnaval, y hoy estoy en un lado pero
mañana puedo estar en otro. En comparación con Zíngaros, Los Muchachos manejan
otro tipo de códigos, aunque tienen en común el hecho de que ambos venden muy
bien sus espectáculos. Mientras he estado en Los Muchachos me ha pasado de
todo. Me junté, me separé, tuve dos hijas, y fui creciendo mucho en la vida
también. Entré al conjunto con 19 años y ahora tengo 28. Gran parte de mi vida
carnavalera ha transcurrido en este lugar”.
SU BREVE PASAJE POR NAZARENOS
“Siempre me ha gustado explorar y conocer otros grupos y
códigos. Me llamó Miguel para salir en el conjunto y acepté. Allí pasé un año
precioso. Tuve que componer un personaje muy complicado. Hacíamos la parodia de
Ben X, una película que se basaba en la historia de un niño con síndrome de
Asperger. A raíz de eso tuve que reunirme con padres de niños que tenían ese
síndrome para interiorizarme un poco. Para componer el personaje me basé en uno
de los chicos que conocí. Ese chico me fue a ver a la mayoría de los tablados y
me sigue escribiendo hasta el día de hoy. Ese tipo de interpretaciones
traspasan lo que es algo artístico. Cuando te ponés en esa piel lo que no
querés es faltarle el respeto a esa persona que estás representando, que es la
que vive esa realidad día a día. Lo más importante es que esa persona no se sienta
burlada. Cuando durante ese carnaval se acercaron los padres de ese chico y me
dijeron “verte fue como verlo a él”, ahí me di cuenta que no podía pedir más
nada. Al lado de esas palabras el concurso quedaba en un segundo plano. Como
experiencia artística haber estado en Nazarenos fue algo increíble. Se trata de
un conjunto de los grandes, que tiene ese condimento de que una pasión une a
una familia como son los Villalba. Ver cómo ellos sacan adelante el conjunto
fue maravilloso. Estuve allí solo un año porque quise volver a Los Muchachos.
Porque sentía que había estado con una novia, tuvimos un quiebre y lo aproveché
para probar diferentes cosas, y Nazarenos fue una amante a la que amé con
locura mientras estuve, y que sin dudas volvería a amar. Pero me reencontré con
mi antigua novia siendo más maduro y tenía ganas de volver con ella. Los
Muchachos es un conjunto que me puede”.
“LOS MUCHACHOS SIEMPRE SE MANTUVIERON FIELES A SU ESTILO”
“En la parte artística siempre hubo una base. A veces el
concurso te lleva por algún lugar, pero Los Muchachos siempre se mantuvieron
fieles a su estilo. Es mucho mejor brindar los espectáculos a tu manera cada
año, pero mejorando esa manera, que ir cambiando tus formas cada año en función
de lo que te dice un jurado. Otra cosa hermosa de Los Muchachos es que ha sido
un conjunto que de una pegó con la gente. Solamente ganó el concurso un año,
pero igual es uno de los conjuntos más queridos y con una hinchada preciosa que
nos ha acompañado en todos lados. Por ejemplo, este año después de Agarrate
Catalina que es un conjunto fuertísimo, fuimos los que hicimos más tablados.
Eso es un reflejo de lo que son Los Muchachos artísticamente y en la calle.
Ganar el concurso en 2016 fue algo muy deseado por todos. Siempre pasa que hay
varios años en los que hacés espectáculos que quedan en el recuerdo pero no
ganás. Hay muchas figuras que nunca han ganado el concurso, o han ganado muy pocas
veces, y no por eso dejan de ser lo que son. Me quedo tanto con aquel
espectáculo de 2016 como con el de este último carnaval, ya que vivimos un
crecimiento a nivel grupal que fue tremendo. Quedamos segundos a 7 puntos en el
concurso, y para mí este último ha sido el espectáculo más lindo que han
brindado Los Muchachos”.
¿CÓMO RECORDÁS A TU CARNAVAL CON LOS ANTIGUOS?
“Los Antiguos es otro de esos conjuntos en los que ha sido
un placer haber salido. Me di la oportunidad de trabajar otros códigos. A nivel
de ensayos era un conjunto igual de profesional que Los Muchachos. Allí conocí
a Fernando Vannet que me ayudó mucho en lo actoral y en la composición de los
personajes. Recuerdo con mucho cariño al personaje de Sandoval que hice en la
parodia de El Secreto de sus Ojos, película en la que Guillermo Francella
interpretaba a ese personaje. Siempre nombro que es fue uno de los carnavales
más lindos que he vivido. Fue un espectáculo hermoso. La categoría de parodistas
tiene que tener un poquito más de aguante para poder empezar a crear otras
cosas. Que se empiecen a ver otras caras sobre el escenario. A veces tu suerte
en el concurso hace que se te haga muy difícil poder mantener un conjunto en la
calle. Pero me encantaría que Los Antiguos volvieran a salir en algún momento,
porque le han dado un lindo aire de
frescura al parodismo como también lo ha
hecho Aristophanes”.
“HAY MUCHOS PARODISTAS JÒVENES CON GANAS DE MOSTRARSE”
“El parodismo hoy en día está cobrando el no haber hecho un
proceso. Son pocos los conjuntos que se mantienen durante varios años y pueden
apostar a que su suerte en el concurso vaya cambiando de tal manera que se
establezcan. Pasa que hay mucho pasaje de integrantes de un conjunto al otro. Lo
mismo pasa con los artistas, Hay muchos parodistas jóvenes con ganas de
mostrarse y estaría bueno que se les abriera más las puertas. Porque ese
artista quizás al principio le erra, pero es el fogueo lo que va a terminar
haciendo que se desarrolle cada vez más. De todas formas es una de las
categorías más lindas que tiene el carnaval, sin dudas”.
¿QUÉ CAMBIOS TE GUSTARÍA VER EN LA CATEGORÍA DE PARODISTAS?
“No sé si va a cambiar mucho la categoría. Seguramente se
mantenga la estructura con dos parodias en cada espectáculo. Yo sigo viendo
figuras arriba del escenario con las que me emociono, y con las que he tenido la
suerte de salir más de una vez. Pero también entiendo que se deberían abrir más
puertas a los artistas jóvenes. Lo ideal sería que ser un artista joven
estuviera bien, y ser un artista experiente también, y que se juzgaran de
manera igualitaria. Hay que entender que el que arranca está aprendiendo y hay
que darle para adelante, y al que se está por retirar está bueno que le podamos
agradecer por todo lo que nos dio. Hay que impulsar. Hay caras para meter.
Estaría bueno que se le diera más importancia al contenido en cada uno de los
espectáculos y no tanto a la producción. Ojo que la producción está mortal,
porque me encanta que una apertura de telón esté increíble, pero ambas cosas deberían tener el mismo peso. Un
espectáculo que no es tan grandilocuente a nivel de producción pero tiene un
gran contenido, para mí tiene el mismo valor que otro que sí tiene una
producción que te deslumbra visualmente. Ambas cosas deben existir, pero un
texto y una escenografía tienen que valer lo mismo, por ejemplo. Eso le daría
más chance a los conjuntos que viven realidades económicas más complejas como
para invertir mucho en lo visual, porque pueden compensar eso con otro montón
de cosas buenas que aportan a la categoría”.
¿LE CAMBIARÍAS ALGO AL CARNAVAL?
“No cambiaría nada del Carnaval porque para mí es como una
pareja que te engaña. Si volvés es porque te olvidaste de todo. “Volví porque
te amo”. Y en el carnaval pasa lo mismo. Por eso lo importante es disfrutar y
hacer un buen espectáculo. La gente es la que tiene que pasarlo bien, y es la
verdadera figura de la fiesta, porque paga una entrada haciendo un esfuerzo
enorme. Hay que trabajar para que se lleven un grato recuerdo del espectáculo.
A veces el concurso tapa todo, y no vendemos los espectáculos de carnaval que
son brillantes. Son algo que no lo ves luego en todo el año. Encima tenés que
armar todo en pocos minutos, probar sonido rápido y ya entrás a la cancha.
Recién conocés el espacio con el que vas a contar para desplazarte en escena
unos minutos antes de actuar. Es maravilloso. Cualquier otro tipo de espectáculo no
carnavalero al menos dispone de ensayos en el escenario durante las dos semanas
previas. Acá es una cuestión de minutos. Y esa noche brindás un espectáculo a
más de 4.000 personas. Carnaval es divino”.
¿CÓMO HAS VIVIDO ESTOS ÚLTIMOS 2 CARNAVALES CON LOS
MUCHACHOS?
“Los disfruté mucho porque cambié mi forma de pensar. Hoy
ganar el concurso no es mi eje. Mi eje es hacer un buen espectáculo. Mi eje es
ir esas noches al Teatro de Verano, sean dos o tres, y que la gente diga “¡Qué
bueno lo que hacen!”. Los artistas somos algo efímero en el Carnaval, pero lo
importante es lo que queda en la gente. Que se te acerque alguien y te diga
“Che, cuando hiciste tal personaje me dieron ganas de actuar”, “o cuando vos
hiciste este personaje, justo me enamoré de mi mujer, nos casamos y ahora
tenemos hijos”. Esas cosas son más más lindas. Obviamente que en la noche de
fallos querés levantar la copa. Tampoco soy hipócrita. Pero lo que queda
realmente es lo que vos decís y hacés arriba del escenario en cada tablado y en
el Teatro de Verano”.
¿TENÉS ALGUNA CUENTA PENDIENTE DENTRO DEL CARNAVAL?
“Me encantaría
volver a salir en la categoría de murgas
al menos un año. Me parece que una persona no puede irse de esta vida sin
cantar una bajada de murga. Es lo más lindo que hay. Y me queda mucho por
aprender y por hacer, creo que tengo cuerda para al menos un par de parodias
más (risas). Me veo haciendo carnaval toda la vida. Si los dueños de los
conjuntos me quieren, y la gente me elige, seguiría haciendo carnaval siempre.
Ahora al tener familia se me pasa por la cabeza no salir en algún año, porque
tengo dos hijas y me levanto muy temprano. Teniendo en cuenta la preparación y
el carnaval mismo, estuve tres meses de corrido durmiendo 3 horas. Y a mi familia
la veía poco y nada. Pero al pensar en el hecho de no salir, enseguida me angustio.
Si no saliera en carnaval, me iría a algún lugar lejano y no vería nada. Pero
por otro lado decís, “tengo amigos en varios conjuntos y sería imposible no
mirar nada”. Es fundamental contar con una familia que te banque, pero algún
que otro año te piden que no salgas. De todas formas, más allá de ser algo que
amo, también está el aliciente de que es algo que me rinde laboralmente”.
GRACIAS AL CARNAVAL YO…
“Gracias al carnaval yo soy lo poco que soy ahora. Al
Carnaval le tengo que agradecer muchas cosas. Me ha enseñado muchas cosas tanto
arriba como abajo del escenario. Probablemente la mitad de las cosas que me han
pasado en la vida han estado relacionadas al carnaval, porque el carnaval es mi
vida”.
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