sábado, 18 de mayo de 2019


PÁGINAS DE MOMO


GASTÓN "RUSITO" GONZÁLEZ



La brillantina suele quedarse pegada al cuerpo por mucho tiempo. A veces pasan 2 o 3 días de una actuación y encontrás algún rastro de ella. Por eso cuando la brillantina te acompaña desde la cuna, se transforma en algo inseparable, y tu personalidad, tus experiencias, y tu vida en sí comienzan a girar en torno a ella, que es una de las tantas protagonistas de la fiesta que nos ha conquistado el alma a miles y miles de uruguayos. Existe un artista de esos tantos que nos deleitan con sus actuaciones en cada febrero, que forma parte de la camada más joven y está totalmente emparentado con el parodismo, categoría de la que se ha enamorado más allá de que la murga también le puede. Quizás ya tiene tantos personajes encima que uno podría imaginarse que estamos hablando de un artista de años. Pero si le pidieras su cédula para sacarte la duda, te darías cuenta que apenas tiene 28 años, y mucha cuerda de la cual tirar aún. Es más, eso no sería nada descabellado para Gastón Rusito González, ya que se ve haciendo carnaval toda la vida siempre y cuando “los dueños lo quieran y la gente lo elija”. Una vez más, el Rusito se prestó para un rato de charla muy disfrutable que recorrió todos los rincones de lo que está siendo su trayectoria en la fiesta de momo, pero que también visita otros pasillos.

¿CUÁLES SON TUS PRIMEROS RECUERDOS CARNAVALEROS?

“La primera vez que subí al escenario del Teatro de Verano iba a upa de mi madre porque tenía meses de edad. En ese momento mi padre (Carlos Bananita González) salía en La Nueva Milonga. Luego los primeros flashes que me han quedado del Carnaval es haber visto a Curtidores de Hongos  en el año 1994, conjunto que también integró mi padre. Tengo imágenes y aromas de trajes en mi memoria, porque un día que fui al ensayo con papá estaban pintando los trajes. Me puse uno y recuerdo el olor que tenía. Siempre fui la mascota de los conjuntos en los que participó mi padre así que tengo muchos recuerdos de distintas bañaderas. Me acuerdo que cuando mi viejo formó parte de murga La Divina Comedia, hacia el final del espectáculo él salía a escena,  daba un mensaje, y luego entregaba su traje. Después de eso siempre me ponían su gorro. Tengo muchos registros carnavaleros de cuando era chico porque eran mis vacaciones. Yo no pasaba mis vacaciones en la playa como lo hacían otros niños. Mi relación con las vacaciones siempre fue la pintura, la brillantina y las lentejuelas". 

¿SIEMPRE SUPISTE QUE QUERÍAS SER ARTISTA?

“Desde chiquito siempre tuve muy claro que quería hacer esto. Aparte no me gusta levantarme temprano, así que la profesión de actor era lo más acorde para zafar de eso (risas). Desde chico siempre tuve la vocación de seguir por estos rumbos más allá de que uno no sabe cómo lo puede ir. Algunos pueden decir que tener a mi viejo me ha ayudado, y en realidad eso te puede abrir puertas pero también te las puede cerrar. Mi viejo nunca me obligó a nada y yo siempre lo acompañaba porque me gustaba esto. Cuando me preguntaban de chiquito qué quería ser, siempre dije que quería dedicarme a algo relacionado con lo artístico. Siempre fui y sigo siendo un enamorado del Carnaval. Luego descubrí el carnaval de las promesas a través de la murga Los Humberto, porque una vecina mía tenía contacto con esa murga y me sugirió que fuera. Me acuerdo que luego de ir a varios ensayos me invitaron a salir en la murga, pero era una transa porque me quedaba lejos. Yo vivía en Malvín, y como esa experiencia no se dio, armé una murga en mi barrio que se llamó La Malvinense, pero solo alcanzamos a desfilar en corsos barriales. Esa fue mi primera experiencia carnavalera. Después ya en 2005 arranqué a salir en Carnaval de las Promesas pero siempre en conjuntos de parodistas. Y desde ese momento hasta ahora no he parado”.

SUS REFERENTES CARNAVALEROS

“Siempre tuve referentes en todas las categorías. Uno de ellos lógicamente es mi papá porque siempre lo he acompañado. Más allá de que en un principio no curtía tanto parodismo porque mi viejo en ese momento salió principalmente en murgas, luego empecé a ver videos de todo tipo y color del parodismo y me enamoré de esa categoría. Hay varios parodistas que son referentes para mí como Pendota (Miguel Meneses) que es un maestro.  Horacio Rubino que para mí es el padre de las parodias, y un tipo que marcó un estilo. Me gustaron muchos años de Pinocho (Ariel) Sosa también. Luís (Carballo) para mí es uno de los mejores actores del Carnaval. Siempre me gustó su frescura y su naturalidad sobre el escenario. Aldo Martínez y Cacho (Pedro) Denis siempre me encantaron. En murgas me gustan mucho Claudio Rojo y Diego Bello. Siempre he tenido referentes, y con todo el respeto que me merecen  confieso que soy un gran ladrón, porque siempre los he mirado y les he tratado de robar cosas a todos ellos para luego llevarlas a cabo con mi estilo. En cuanto a cantantes, que por más que no es mi faceta más explorada siempre tuve berretines de cantante, me gustan mucho Daniel Sastre, que siempre se amolda a cualquier género. Después hablando de cantores de murga no puedo dejar de nombrar al Canario (Ricardo) Villalba, por ejemplo”.

¿QUÉ RESCATÁS DE TU PASO POR EL CARNAVAL DE LAS PROMESAS?

“Carnaval de las Promesas es una escuela si la sabés utilizar, porque tenés la posibilidad de integrar grupos que te nutren artística y humanamente. Más allá de darme las primeras herramientas, me dio amigos. Pero te hablo de esos amigos con los que me sigo juntando hasta el día de hoy en alguna comida, y que son los que están siempre cuando se baja el telón y se apagan las luces. Tengo un grato recuerdo de mi pasaje por el Carnaval de las Promesas. Además tuve la inquietud de seguir ligado a él aportando mi granito de arena en Quijotes, escribiendo parodias para el conjunto con Claudio Melcon. Si tenés un buen respaldo y ligás con los ambientes, hacer Carnaval de las Promesas es divino. Porque siempre digo que es como en el baby fútbol. Porque uno allí jugaba a ser Luís, Cacho, Pinocho, Pendota, Aldo, etc. Pero el problema estaba en que algunos dueños de conjuntos de Promesas jugaban a ser dueños de conjuntos de Carnaval mayor. Amo Promesas. Siempre voy a ver espectáculos cuando puedo. Gracias a promesas puede subir al Teatro de Verano y cumplir el sueño del pibe”.

¿CÓMO TE LLEVÁS CON LA TAREA DE ESCRIBIR?

“Me gusta mucho proponer. Siempre respeto a el o la letrista porque es su obra, pero es una tarea que me gusta. Es más, el año pasado hice un personaje en Radio Sarandí que se llamaba Obdulio, y libreté cada participación mía. Me gusta mucho el ejercicio de escribir. Con Claudio Melcon mencionaba anteriormente que escribimos, y me gustaría volver a escribir con él. Porque cuando encontrás una química con alguien al momento de realizar ese trabajo, está buenísimo”.

EL DEBUT EN CARNAVAL

“Fue una experiencia divina. Todo se dio porque en el 2009 participé del Carnaval de las Promesas y del Encuentro de Murga Joven. Cuando actué con la murga joven La Fulera, un periodista me vio y me dijo “¡Está buenísimo lo que hacés! ¡Voy a llamar al pingüino!”. El pingüino era el dueño de Todavía no se Sabe, y a su vez cuando yo era niño había sido dueño de Don Timoteo, donde había salido mi padre, así que me conocía de chiquito. Cuando llegué al club con la murga vi que tenía una llamada perdida que era del pingüino. Lo llamo y me dice: “¡Bananita! ¿Cómo estás para debutar en las mayores?”. Le dije que estaba con ganas de salir y me dijo que fuera a ensayar. Me acuerdo que cuando fui al primer ensayo me encontré con un montón de monstruos que habían salido con mi viejo como Jorge Cocina Márquez, uno de los mejores directores que tuvo la historia del carnaval, por ejemplo. Tener la suerte de compartir el escenario con esa gente y al mismo tiempo estar debutando, era divino. Si bien haciendo Carnaval de las Promesas había participado siempre de espectáculos de parodismo, terminé debutando en el carnaval en la categoría de murgas gracias a esa murga joven”.

¿CÓMO FUE LA EXPERIENCIA DE SER PARTE DE ZÍNGAROS?

“Estar en Zíngaros es jugar en primera, como dice Ariel Sosa. Fue una experiencia bárbara. Yo tenía 18 años. Ahí sentís que se te viene todo encima porque es otro mundo. El Carnaval es un mundo, pero los Zíngaros tienen su propio mundo. Ese conjunto tiene una de las hinchadas más cariñosas del carnaval. Fijate que pasé de que me fueran a ver más que nada mi familia y mis amigos más cercanos, a estar en un conjunto que tenía una hinchada muy numerosa. Aprendí mucho allí acerca de cómo sortear diferentes situaciones. Eso te lo enseña el mismo conjunto a medida que vas viviendo todo y te vas fogueando en cada ensayo y en cada tablado. Siempre digo que hay que salir en Zíngaros un año para vivir todo eso. Fue un conjunto en el que tuve que aprender acerca del manejo de la multitud, y sobre todo conocí más acerca de cómo vender un espectáculo, que es algo que Pinocho hace muy bien. Yo no tenía muchas participaciones en las parodias pero aprendí e artistas maravillosos como Panchito (Ledys Araújo), Claudio Melcon y el Canario Villalba. Pero lo que más me quedó de Zíngaros fue el hecho de saber cómo defender un producto hasta lo último”.

“MIENTRAS HE ESTADO EN LOS MUCHACHOS ME HA PASADO DE TODO”

“Es el conjunto al que le tengo más cariño. Esto lo digo con todo respeto porque soy un obrero del carnaval, y hoy estoy en un lado pero mañana puedo estar en otro. En comparación con Zíngaros, Los Muchachos manejan otro tipo de códigos, aunque tienen en común el hecho de que ambos venden muy bien sus espectáculos. Mientras he estado en Los Muchachos me ha pasado de todo. Me junté, me separé, tuve dos hijas, y fui creciendo mucho en la vida también. Entré al conjunto con 19 años y ahora tengo 28. Gran parte de mi vida carnavalera ha transcurrido en este lugar”.

SU BREVE PASAJE POR NAZARENOS

“Siempre me ha gustado explorar y conocer otros grupos y códigos. Me llamó Miguel para salir en el conjunto y acepté. Allí pasé un año precioso. Tuve que componer un personaje muy complicado. Hacíamos la parodia de Ben X, una película que se basaba en la historia de un niño con síndrome de Asperger. A raíz de eso tuve que reunirme con padres de niños que tenían ese síndrome para interiorizarme un poco. Para componer el personaje me basé en uno de los chicos que conocí. Ese chico me fue a ver a la mayoría de los tablados y me sigue escribiendo hasta el día de hoy. Ese tipo de interpretaciones traspasan lo que es algo artístico. Cuando te ponés en esa piel lo que no querés es faltarle el respeto a esa persona que estás representando, que es la que vive esa realidad día a día. Lo más importante es que esa persona no se sienta burlada. Cuando durante ese carnaval se acercaron los padres de ese chico y me dijeron “verte fue como verlo a él”, ahí me di cuenta que no podía pedir más nada. Al lado de esas palabras el concurso quedaba en un segundo plano. Como experiencia artística haber estado en Nazarenos fue algo increíble. Se trata de un conjunto de los grandes, que tiene ese condimento de que una pasión une a una familia como son los Villalba. Ver cómo ellos sacan adelante el conjunto fue maravilloso. Estuve allí solo un año porque quise volver a Los Muchachos. Porque sentía que había estado con una novia, tuvimos un quiebre y lo aproveché para probar diferentes cosas, y Nazarenos fue una amante a la que amé con locura mientras estuve, y que sin dudas volvería a amar. Pero me reencontré con mi antigua novia siendo más maduro y tenía ganas de volver con ella. Los Muchachos es un conjunto que me puede”.

“LOS MUCHACHOS SIEMPRE SE MANTUVIERON FIELES A SU ESTILO”

“En la parte artística siempre hubo una base. A veces el concurso te lleva por algún lugar, pero Los Muchachos siempre se mantuvieron fieles a su estilo. Es mucho mejor brindar los espectáculos a tu manera cada año, pero mejorando esa manera, que ir cambiando tus formas cada año en función de lo que te dice un jurado. Otra cosa hermosa de Los Muchachos es que ha sido un conjunto que de una pegó con la gente. Solamente ganó el concurso un año, pero igual es uno de los conjuntos más queridos y con una hinchada preciosa que nos ha acompañado en todos lados. Por ejemplo, este año después de Agarrate Catalina que es un conjunto fuertísimo, fuimos los que hicimos más tablados. Eso es un reflejo de lo que son Los Muchachos artísticamente y en la calle. Ganar el concurso en 2016 fue algo muy deseado por todos. Siempre pasa que hay varios años en los que hacés espectáculos que quedan en el recuerdo pero no ganás. Hay muchas figuras que nunca han ganado el concurso, o han ganado muy pocas veces, y no por eso dejan de ser lo que son. Me quedo tanto con aquel espectáculo de 2016 como con el de este último carnaval, ya que vivimos un crecimiento a nivel grupal que fue tremendo. Quedamos segundos a 7 puntos en el concurso, y para mí este último ha sido el espectáculo más lindo que han brindado Los Muchachos”.

¿CÓMO RECORDÁS A TU CARNAVAL CON LOS ANTIGUOS?

“Los Antiguos es otro de esos conjuntos en los que ha sido un placer haber salido. Me di la oportunidad de trabajar otros códigos. A nivel de ensayos era un conjunto igual de profesional que Los Muchachos. Allí conocí a Fernando Vannet que me ayudó mucho en lo actoral y en la composición de los personajes. Recuerdo con mucho cariño al personaje de Sandoval que hice en la parodia de El Secreto de sus Ojos, película en la que Guillermo Francella interpretaba a ese personaje. Siempre nombro que es fue uno de los carnavales más lindos que he vivido. Fue un espectáculo hermoso. La categoría de parodistas tiene que tener un poquito más de aguante para poder empezar a crear otras cosas. Que se empiecen a ver otras caras sobre el escenario. A veces tu suerte en el concurso hace que se te haga muy difícil poder mantener un conjunto en la calle. Pero me encantaría que Los Antiguos volvieran a salir en algún momento, porque le han dado un lindo aire de 
frescura al parodismo como también lo ha hecho Aristophanes”.

“HAY MUCHOS PARODISTAS JÒVENES CON GANAS DE MOSTRARSE”

“El parodismo hoy en día está cobrando el no haber hecho un proceso. Son pocos los conjuntos que se mantienen durante varios años y pueden apostar a que su suerte en el concurso vaya cambiando de tal manera que se establezcan. Pasa que hay mucho pasaje de integrantes de un conjunto al otro. Lo mismo pasa con los artistas, Hay muchos parodistas jóvenes con ganas de mostrarse y estaría bueno que se les abriera más las puertas. Porque ese artista quizás al principio le erra, pero es el fogueo lo que va a terminar haciendo que se desarrolle cada vez más. De todas formas es una de las categorías más lindas que tiene el carnaval, sin dudas”.

¿QUÉ CAMBIOS TE GUSTARÍA VER EN LA CATEGORÍA DE PARODISTAS?

“No sé si va a cambiar mucho la categoría. Seguramente se mantenga la estructura con dos parodias en cada espectáculo. Yo sigo viendo figuras arriba del escenario con las que me emociono, y con las que he tenido la suerte de salir más de una vez. Pero también entiendo que se deberían abrir más puertas a los artistas jóvenes. Lo ideal sería que ser un artista joven estuviera bien, y ser un artista experiente también, y que se juzgaran de manera igualitaria. Hay que entender que el que arranca está aprendiendo y hay que darle para adelante, y al que se está por retirar está bueno que le podamos agradecer por todo lo que nos dio. Hay que impulsar. Hay caras para meter. Estaría bueno que se le diera más importancia al contenido en cada uno de los espectáculos y no tanto a la producción. Ojo que la producción está mortal, porque me encanta que una apertura de telón esté increíble, pero  ambas cosas deberían tener el mismo peso. Un espectáculo que no es tan grandilocuente a nivel de producción pero tiene un gran contenido, para mí tiene el mismo valor que otro que sí tiene una producción que te deslumbra visualmente. Ambas cosas deben existir, pero un texto y una escenografía tienen que valer lo mismo, por ejemplo. Eso le daría más chance a los conjuntos que viven realidades económicas más complejas como para invertir mucho en lo visual, porque pueden compensar eso con otro montón de cosas buenas que aportan a la categoría”.

¿LE CAMBIARÍAS ALGO AL CARNAVAL?

“No cambiaría nada del Carnaval porque para mí es como una pareja que te engaña. Si volvés es porque te olvidaste de todo. “Volví porque te amo”. Y en el carnaval pasa lo mismo. Por eso lo importante es disfrutar y hacer un buen espectáculo. La gente es la que tiene que pasarlo bien, y es la verdadera figura de la fiesta, porque paga una entrada haciendo un esfuerzo enorme. Hay que trabajar para que se lleven un grato recuerdo del espectáculo. A veces el concurso tapa todo, y no vendemos los espectáculos de carnaval que son brillantes. Son algo que no lo ves luego en todo el año. Encima tenés que armar todo en pocos minutos, probar sonido rápido y ya entrás a la cancha. Recién conocés el espacio con el que vas a contar para desplazarte en escena unos minutos antes de actuar. Es maravilloso.  Cualquier otro tipo de espectáculo no carnavalero al menos dispone de ensayos en el escenario durante las dos semanas previas. Acá es una cuestión de minutos. Y esa noche brindás un espectáculo a más de 4.000 personas. Carnaval es divino”. 

¿CÓMO HAS VIVIDO ESTOS ÚLTIMOS 2 CARNAVALES CON LOS MUCHACHOS?

“Los disfruté mucho porque cambié mi forma de pensar. Hoy ganar el concurso no es mi eje. Mi eje es hacer un buen espectáculo. Mi eje es ir esas noches al Teatro de Verano, sean dos o tres, y que la gente diga “¡Qué bueno lo que hacen!”. Los artistas somos algo efímero en el Carnaval, pero lo importante es lo que queda en la gente. Que se te acerque alguien y te diga “Che, cuando hiciste tal personaje me dieron ganas de actuar”, “o cuando vos hiciste este personaje, justo me enamoré de mi mujer, nos casamos y ahora tenemos hijos”. Esas cosas son más más lindas. Obviamente que en la noche de fallos querés levantar la copa. Tampoco soy hipócrita. Pero lo que queda realmente es lo que vos decís y hacés arriba del escenario en cada tablado y en el Teatro de Verano”.

¿TENÉS ALGUNA CUENTA PENDIENTE DENTRO DEL CARNAVAL?

 “Me encantaría volver  a salir en la categoría de murgas al menos un año. Me parece que una persona no puede irse de esta vida sin cantar una bajada de murga. Es lo más lindo que hay. Y me queda mucho por aprender y por hacer, creo que tengo cuerda para al menos un par de parodias más (risas). Me veo haciendo carnaval toda la vida. Si los dueños de los conjuntos me quieren, y la gente me elige, seguiría haciendo carnaval siempre. Ahora al tener familia se me pasa por la cabeza no salir en algún año, porque tengo dos hijas y me levanto muy temprano. Teniendo en cuenta la preparación y el carnaval mismo, estuve tres meses de corrido durmiendo 3 horas. Y a mi familia la veía poco y nada. Pero al pensar en el hecho de no salir, enseguida me angustio. Si no saliera en carnaval, me iría a algún lugar lejano y no vería nada. Pero por otro lado decís, “tengo amigos en varios conjuntos y sería imposible no mirar nada”. Es fundamental contar con una familia que te banque, pero algún que otro año te piden que no salgas. De todas formas, más allá de ser algo que amo, también está el aliciente de que es algo que me rinde laboralmente”.

GRACIAS AL CARNAVAL YO…

“Gracias al carnaval yo soy lo poco que soy ahora. Al Carnaval le tengo que agradecer muchas cosas. Me ha enseñado muchas cosas tanto arriba como abajo del escenario. Probablemente la mitad de las cosas que me han pasado en la vida han estado relacionadas al carnaval, porque el carnaval es mi vida”.


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