miércoles, 1 de mayo de 2019

PÁGINAS DE MOMO



MARCELO PALLARÉS



Su voz es prácticamente inconfundible. Cuando uno lo escucha hablar la mente empieza a remitirse a un montón de imágenes que siempre tienen a su cara pintada como protagonista. Desde lejos se puede adivinar que se trata de aquel murguista que suele cantar en la punta derecha del coro y nos ha regalado recitados que permanecen en el recuerdo de muchos carnavaleros y carnavaleras. "Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña", dice el dicho, y perfectamente podría acoplarse a lo que ha sido su ligazón con el carnaval, la cual comenzó a gestarse  cuando él merodeaba en el mundo del teatro y fue invitado a debutar arriba de los escenarios durante el febrero de 1988.  Y en este sentido bien se podría mencionar una frase memorable de uno de sus recitados: "la oportunidad siempre te anda encontrando".  Desde ese instante hasta ahora ha pasado mucha agua debajo del puente, pero el entrevistado reconoce que aún quedan desafíos por asumir como artista y la tarea de aprender jamás termina. Marcelo Pallarés tuvo la gran amabilidad de recibirme en su casa, y entre mate y mate transcurrió una hora maravillosa que alcanzó para deambular por su historia vinculada a la fiesta de momo. 

¿QUÉ  SE TE VIENE A LA MENTE RECORDANDO TU PRIMER VÍNCULO CON EL CARNAVAL?

“Los primeros recuerdos carnavaleros me llevan a la infancia. Tienen que ver con el Teatro de Verano porque yo vivía a 2 cuadras de ese lugar y me crié en el Parque Rodó. No me quedaba otra que ser murguero e hincha de Defensor Sporting. Me faltó ser ingeniero porque la Facultad de Ingeniería también está en el barrio (risas). Mi padre estaba vinculado a la vieja comisión de fiestas de la Intendencia que era la que organizaba el carnaval antes, entonces podía entrar gratis al Teatro. Igual a veces me colaba con algunos amigos porque era toda una aventura hacerlo. Recuerdo haber visitado los tablados del Mar de Fondo y el Blue Star que hoy por hoy ya no existen. En cuanto a los primeros conjuntos que me marcaron, te puedo hablar de Asaltantes con Patente y  La Soberana. La primera vez que vi a La Soberana en el Teatro de Verano, recuerdo que la murga empezó a tirar volantes políticos, haciendo una especie de volanteada. También había muchas otras murgas que estaban buenísimas, pero también humoristas como Jardineros de Harlem, o parodistas como Los Tamberitos, y las comparsas ni que hablar que me gustaban y me siguen gustando”. 

"YO QUIERO ESTAR AHÍ"

“Yo canté siempre. En mi familia mi madre es la más musical. Ella dice que mi padre también lo era, lo que pasa es que yo no lo veía tanto porque casi siempre estaba afuera de casa trabajando. Después ver una murga era algo impactante, porque el hecho de que estuvieran esos tipos cantando tan fuerte disfrazados y maquillados hacía que estuvieras obligado a mirarlos. Todo eso me hacía pensar: “Yo quiero estar ahí”. El carnaval tuvo una presencia muy importante en mi infancia y mi juventud. Siendo un poco más grande, solíamos ir con mi familia a la Playa Ramírez y nos comíamos horas de cola para sacar las entradas en el Teatro de Verano. Abrían la boletería a las dos de la tarde. Entonces íbamos de mañana a la playa y pasábamos todo el día allí, pero cuando se abría la boletería del Teatro nos poníamos a hacer la cola y nos turnábamos para poder seguir disfrutando de la playa (risas). La contra que tenía el barrio era que no había ninguna murga que ensayara en la vuelta. El Parque Rodó es un barrio carnavalero, porque cuando abrió el tablado del Defensor Sporting siempre estaba lleno, y el Teatro de Verano siempre se ha llenado, pero no ha sido un barrio generador de conjuntos. Por esa razón nunca encontré el vínculo con el carnaval en mi juventud como para meterme temprano en algún conjunto. De hecho yo salgo por primera vez en carnaval con 30 años”.

LA PUERTA DE ENTRADA AL CARNAVAL

“Durante mi juventud y para despuntar el vicio formé parte de varios grupos de teatro. Cuando integraba el grupo teatral La Gaviota, tuvimos que hacer la obra El Regreso del Gran Tuleque con murga en escena y música de Jaime (Roos). Ahí hubo que traer gente de carnaval para el elenco y me empecé a vincular con murguistas. A través de algunos de ellos fue como se dio la posibilidad de debutar en el carnaval. Anteriormente al carnaval lo seguía de cerca, pero había desistido de la posibilidad de salir. El destino hizo que la murga viniera a mí”. 

EL ESPERADO DEBUT

“Debuté con murga La Justa en el carnaval de 1988 y no fue una experiencia muy buena. Me acuerdo que salí ese año y dije “Ya está. Me saqué las ganas de hacer carnaval. No salgo más". Nos fue mal a nivel general, y no solo en lo que es el concurso. Digamos que el espectáculo no era bueno, y veía que algunos compañeros no le ponían las mismas ganas que yo y algunos otros compañeros que éramos los menos. De todas formas de aquel año me llevé amigos que mantengo hasta hoy como Roberto Nada que salió muchos años en Diablos Verdes. Ahora vive en EE.UU. pero tuvo una trayectoria interesantísima en carnaval. Ese año aprendí mucho de los códigos que se manejan en carnaval, y luego dejé de salir y volví recién en 1993 pero por el lado del humorismo, porque estaba muy quemado con las murgas (risas)”.

EL FANTASMA TRAPITO

No es que en La Justa no se trabajara seriamente, solo que el año que salí en esa murga hacíamos el cuplé de El Fantasma Trapito que llegó un día antes de concursar en el Teatro de Verano. Lo interpretaba Roberto Nada y se ponía una sábana en la cabeza con dos agujeritos que apenas lo dejaban ver,  y tenía adelante una vela con la letra. Entonces él leía y cantaba pero era imposible que la gente no se diera cuenta (risas). Él defendió al cuplé a muerte, pero todo el mundo se daba cuenta de que estaba leyendo. Encima nos había tocado concursar a primera hora y todavía era de día. Se re veía que tenía la vela escrita (risas)”.

¿Y CÓMO SE DIO TU REGRESO AL CARNAVAL?

“Ese regreso al carnaval más que nada se dio gracias a la insistencia del Gallego (Enrique) Vidal. Con él estábamos haciendo una obra de teatro y me invitó a salir en el conjunto de humoristas La Naranja Mecánica. Obviamente que le dije que no. Me insistía y le respondía que ya había probado la experiencia de salir en carnaval. Pero me dijo que salir en humoristas no tenía nada que ver con la murga, y que era algo mucho más teatral. Aparte me dijo que quería que estuviera para cantar y no tanto para actuar. Con eso me convenció y no paré más. Igual en La Naranja Mecánica terminé haciendo de todo y fueron dos años muy lindos”.

SU PRIMER PASO POR LA GRAN MUÑECA

“Llegar a La Gran Muñeca fue toda una casualidad porque nunca me llamaron. Un amigo que ensayaba en La Gran Muñeca vino hasta mi casa y me pidió que lo acompañara al ensayo porque ese día iba a anunciar que no seguía. Lo acompañé y él habló con Eduardo Mega, papá del Pistola, que era el dueño de la murga, y me dijo “Bueno, vámonos”. Yo le respondí: “¡Pará! Ya que vinimos vamos a mirar  el ensayo un poco". Cuando se fueron a parar para cantar eran como 25 murguistas, y yo pensaba “¡Qué cantidad de gente!”. Arrancaron a cantar y yo justo en ese momento de mi vida escuchaba mucho la música de Eduardo Mateo, y leía libros sobre él. La presentación de la murga arrancaba con Lo Dedo’ Negro, una canción suya. Entonces me dije “Tengo que salir en esta murga”. Como vi que había tanta gente, hablé con Pitufo (Edú Lombardo), que era el que dirigía y al preguntarle sobre eso me dijo que estaban probando gente. Le pregunté si me podía probar y me dijo que sí. En ese momento no tenía mucha relación con Pitufo, sino que lo conocía como todo el mundo, por todo lo que había hecho en el carnaval. Me paré en la cuerda y ensayé 3 días. Al tercer ensayo le pregunte a Pitufo si quedaba, y me dijo que esperara porque había  gente que se estaba probando desde hace más días. Ahí le contesté “No. Decime porque con tres días ya tenés que saber si estoy para salir o no. No quiero entusiasmarme. Decime ahora que no y me voy, o que sí y me quedo”. Y me dijo “Quedate” (risas). Antes de esos ensayos ni estaba considerando volver a salir en murga. La Naranja Mecánica había dejado de salir. Salir en La Gran Muñeca fue una experiencia totalmente distinta desde el punto de vista artístico. Estando Pitufo arreglando y Fernando Schmidt en los libretos, se sabía que el espectáculo iba a ser interesante. Había otras figuras también como Marcel (Keoroglián) y Alvarito Navia”.

LA EXPERIENCIA DE HABER SALIDO EN CONTRAFARSA 

“En La Gran Muñeca estuve hasta el carnaval de 1997, y al año siguiente me fui para Contrafarsa. En el 97’ no la había pasado muy bien porque casi todo el grupo del 96’ se había ido para Contrafarsa, y solo quedamos dos integrantes de aquel año. Entonces cambió mucho el grupo y no fue un carnaval que yo recuerde que haya disfrutado. Entonces después cuando me llamaron de Contrafarsa fui para ahí y me quedé hasta el último carnaval en el que la murga salió que fue el de 2006. Contrafarsa fue una escuela de vida para mí, porque lo bueno que tuvo como experiencia fue que más allá de lo artístico éramos una murga cooperativa y teníamos que hacer todo nosotros. Desde conseguir la plata para salir, negociar con los técnicos, gestionar los toques, etc. Ahí aprendés, discutís mucho y forjás amistades para siempre. La murga era muy profesional a la hora de laburar. Se respetaba pila la puntualidad en los ensayos, y el que llegaba tarde se veía perjudicado económicamente porque eso hacía que cobrara menos tablados en febrero. Había gente que estaba acostumbrada a llegar tarde a los ensayos y después de repente estaba una semana sin cobrar los tablados como Raviol (Eduardo Rabelino) (risas). Cantar los arreglos que hacía Pitufo era increíble. Había momentos en los que no podías creer lo que estabas escuchando. Es un maestro y no hay con qué darle. La prueba está de que se fue del Carnaval por un montón de años y al volver se llevó todos los premios".   

¿CON QUÉ TE ENCONTRASTE CUANDO PASASTE A FORMAR PARTE DE CURTIDORES DE HONGOS?

"Curtidores de Hongos tenía otra cabeza para ensayar, mucho menos estricta, pero la disfruté mucho. De repente pasaba que el ensayo tenía que arrancar a las 20 hs, y empezábamos dos horas más tarde, y después parábamos para comer un asado, y luego seguíamos ensayando (risas). Luego de que pasó un tiempo me di cuenta que en Contrafarsa en determinado momento éramos como una secta, y el grupo era medio cerrado al momento de compartir con otros colegas. Estábamos muy para la nuestra. Pero luego al compartir en otros grupos me di cuenta de que era muy valorado por otros  colegas y que había una admiración. Como casi todos los compañeros compartimos la murga durante varios años, nos pasaba de que no teníamos ni que mirarnos para entendernos con el otro.  Curtidores tenía algo que Contrafarsa no tenía, que era esa cuota de riesgo permanente. En Contrafarsa siempre se hacía lo ensayado, y era muy difícil salirse del libreto. En Curtidores pasaba que te subías al escenario en cada tablado sin saber lo que ibas a hacer. Siempre que preguntaba qué íbamos a hacer, me respondían: "Van saliendo" (risas).  Al principio sufría eso un poco, pero luego lo empecé a disfrutar. Tanto Freddy González como Hugo Arturo,  y Maxi Pérez, por ejemplo, tenían tremendo dominio de la improvisación y era normal que se salieran del libreto buscando la risa. En un momento había decidido que integrar Curtidores de Hongos era una etapa cerrada para mí, porque veía que nos estábamos repitiendo mucho artísticamente, entonces había planeado salir en el Carnaval 2011 y dejar la murga antes de que empezara a preparar el espectáculo para el carnaval 2012. El tema es que en 2012 la murga cumplía 100 años, y uno no tiene la posibilidad de salir en una murga que cumple 100 años todos los días, así que terminé saliendo en la murga hasta ese carnaval y pude ser parte de ese espectáculo que fue maravilloso".  

"¡QUIERO TRABAJAR CON ESA GENTE!"

"Tenía pensado no salir en el carnaval de 2013, pero Maxi Pérez me invitó a salir en Asaltantes con Patente. Si bien yo no quería saber nada con salir, me comentó que Rafa Cotelo, Diego Bello y Danilo Mazzo iban a formar parte del elenco, que Paula Villalba iba a estar encargándose de la parte estética y Carlos Tanco del libreto. Entonces pensé: "¡Quiero trabajar con esa gente!". Además de que iban a salir varios amigos con los que ya había salido en Curtidores de Hongos como el Pulpa (Maximiliano Méndez) y Martín Angiolini. 

PREPARAR LA PRUEBA DE ASMISIÓN EN 10 DÍAS

"Pasar de Asaltantes con Patente a Don Timoteo fue un cambio meramente de título. Por ese problema fue que tuvimos que dar la prueba para entrar a Carnaval corriendo el riesgo de que podíamos no pasarla aún habiendo ganado el concurso en el carnaval anterior. Era una cosa insólita. Me acuerdo que la presentación ya estaba pronta porque habíamos girado por Argentina realizando el espectáculo de Asaltantes con Patente 2013.  Hicimos muchos kilómetros en ómnibus y había que aprovechar el tiempo de alguna manera. Luego tuvimos que terminar de preparar la prueba para el Carnaval 2014 en 10 días, y ahí aprendimos el cuplé y la bajada que completaban el repertorio que presentamos".

SUS ÚLTIMOS AÑOS EN DON TIMOTEO

"En 2015 me pude dar el gusto tan anhelado de no salir en carnaval y conocer a la playa en verano llena de gente (risas). Disfruté de ese descanso y no extrañé para nada. Sí fui a los tablados y al Teatro de Verano, pero pasé bien. Ya para el carnaval 2016 regresé a Don Timoteo, con el condimento de que todos los compañeros que como yo habíamos dejado la murga en 2015, regresaron para ese carnaval. Ese año hicimos una retirada en homenaje a Alfredo Zitarrosa que estaba divina, y utilizábamos únicamente melodías de canciones de él. Luego para el carnaval 2017 tuve la oportunidad de compartir nuevamente con Pitufo y Marcel, y por primera vez con Pinocho (Pablo) Routin. Ya habíamos laburado juntos con Pinocho, porque él le había hecho la puesta a Asaltantes con Patente y a Don Timoteo, pero nunca habíamos compartido escenario. La energía de ese tipo es impresionante. Yo nunca le digo Pinocho, sino que el apodo que le puse es Animal, porque es eso arriba del escenario".

¿POR QUÉ ELEGISTE VOLVER A LA GRAN MUÑECA? 

"De las propuestas que tuve en ese momento era la que artísticamente me gustaba más, y la que ofrecía más posibilidades para que me desafiara a mí mismo como murguista. Salgo con gente más joven que yo, con otra formación y cabeza. A mí me gusta eso, y no tengo esa postura de "yo ya tengo un nombre y entonces me limito a cantar y recitar". Lo que me gusta es aprender constantemente y robarle piques a mis compañeros. Además salir con gente joven me obliga a estar bien físicamente y mentalmente, teniendo que seguirles el tren. Aparte hay movimiento escénicos que si no estás bien fisicamente, no los podés hacer. Si te cuesta moverte, se nota. Todo eso me hace sentir activo. El carnaval 2018 con La Muñeca fue muy disfrutable porque tuvo el plus del cuplé de la rendición de cuentas que hicimos manejando los muñecos de los políticos. Hubo que aprender a manejarlos bien, y para eso recibimos el apoyo de titiriteros que eran entendidos en la materia. Fue un trabajo muy engorroso pero disfrutable. Sos vos el que tenés que actuar, pero a la vez hacer actuar al muñeco. Tenés que disociar lo que vos cantás de lo que el muñeco hace. Cuando cantás el muñeco te escucha, y cuando el muñeco canta vos lo tenés que escuchar. Es flor de laburo. Recibimos tremenda mano a través de talleres que nos dio Alfredo Iriarte. En cuanto a cómo rodó el espectáculo, quedamos re contentos porque funcionó en la calle y en este carnaval 2019 sucedió lo mismo, brindando un espectáculo muy divertido. Quedamos muy conformes con el espectáculo más allá de la posición que obtuvimos en el concurso. Ahora para el año que viene hay varios cambios que están buenísimos. Me parece que el hecho de que Agustín Amuedo vuelva a dirigir y arreglar una murga no solamente es una buena noticia para nosotros, si no que es una excelente noticia para el carnaval en sí. Aparte cumplir ese rol es lo que más le gusta hacer y ahora tiene la oportunidad. Tiene unas ganas bárbaras y no para de mandar músicas por Whatsapp (risas)". 

¿CÓMO TE LLEVÁS CON EL CONCURSO?

“Nunca viví al tema del concurso tan intensamente como lo viven la mayoría de los carnavaleros. Seguramente eso tenga que ver con mi formación teatral. Me encanta ganar. He tenido la suerte de ganar muchas veces, y lo disfruto pila, pero no lo vivo con tanta euforia como sí de repente vivo el hecho de actuar en el Teatro de Verano. Cantar ahí, que te vaya bien, y que la gente te despida de pie, sí me genera una alegría que me desborda. Pero después estar en el club y que por la tele o por la radio te digan “¡Ganaste!”, no me da la misma alegría. Sí me alegra mucho ver cómo disfrutan los compañeros que lo viven de una manera más eufórica. Me pasa lo mismo con perder. Si salgo segundo o sexto, pero estoy conforme con el espectáculo y me fue bien en la calle, y a la gente le gustó, no pasa nada”.

¿CUÁLES HAN SIDO LOS ESPECTÁCULOS MÁS DISFRUTABLES EN LOS QUE TE TOCÓ PARTICIPAR?

"Siempre cuando me hacen esta pregunta digo que el mejor espectáculo es el del año que viene. Lo que más me entusiasma es lo que estoy por hacer. Sin dudas que los he disfrutado a casi todos. A algunos más que otros, pero no porque algunos fueron mejores que el resto , lo que pasa es que a veces influye la edad que tuvo uno en determinados carnavales. De todas formas para ser políticamente correcto te voy a nombrar 3 espectáculos en los que participé que me parecieron los más redonditos. Todo el mundo me menciona el espectáculo de El Tren de los Sueños con Contrafarsa en el año 2000, pero si bien ese espectáculo tenía puntos altísimos, te diría que el espectáculo de Contrafarsa en el año 2002, Un Barrio de Película, fue mucho más completo y disfrutable. Ese año no había un solo cuplé que estuviera mal o que hiciera que el espectáculo cayera. Otro espectáculo disfrutable del que formé parte fue el de Curtidores de Hongos en el 2012. La murga cumplió 100 años y se planteó realizar un espectáculo con mucha dedicación y esfuerzo. No se había arrancado a ensayar para ese Carnaval y ya se corría la bola de que Curtidores iba a ganar el concurso porque cumplía 100 años. Entonces queríamos realmente hacer un espectáculo redondo para que en caso de ganar nadie pudiera dudar que era por mérito propio. El otro espectáculo sumamente disfrutable fue el de Don Timoteo 2017. Lo trabajamos durante casi 6 meses y se llegó a una cosa redonda después de mucho discutir y pelear en pos de que el espectáculo estuviera bueno. Incluso nos dividíamos la tarea de manifestar lo que no nos estaba gustando del espectáculo, y argumentar el por qué, para que no recayera siempre sobre las mismas personas. Todos estábamos realmente comprometidos. Pitufo, Marcel y Pinocho siempre fueron recontra receptivos y escucharon al resto de los compañeros, e incluso tomaron pila de sugerencias".

SI TU CARRERA ARTÍSTICA DENTRO DEL CARNAVAL FUERA UNA FOTO, ¿QUÉ HABRÍA EN ELLA?

"¡Qué buena pregunta! Voy a decir qué y no quiénes porque el quiénes sería muy injusto. En esa foto aparecería el escenario del Teatro de Verano. Ojo que al decir esto no quiero decir que no disfrute los tablados, porque me encantan, pero elijo al Teatro de Verano como protagonista de esa foto porque fue el lugar en donde yo descubrí el carnaval. Tiene que ver mucho con mis orígenes y mi familia que fue la que hizo posible que pudiera forjar una carrera artística. Para lograr eso en este país tenés que recibir mucho apoyo y sostén familiar. Así que en definitiva en la foto estaria el Teatro de Verano con la playa Ramírez y el Franzini cerquita (risas)".   

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