METELE QUE SON PASTELES
FOTO: Agostina Vilardo
Ilustrar el trasfondo de las clases sociales es la propuesta
que plantea la murga Metele que son Pasteles con “Todos podemos tener un
shopping”. La ironía que desprende esta frase es la excusa perfecta para plantear
en escena a los condicionamientos a los que las personas estamos sujetas por
ocupar un determinado sitio a nivel socioeconómico. Quizás sea esta la versión
más crítica de la murga en los últimos años, cantando desde un lugar reflexivo,
y dejando un poco de lado al humor porque durante el proceso de armado del espectáculo “se
fue dando así”. Gonzalo Riquero, director responsable e integrante del
conjunto, cedió muy amablemente parte de su tiempo para charlar sobre diversos
temas.
¿CÓMO FUE LA EXPERIENCIA HISTÓRICA DE PREPARAR UN
ESPECTÁCULO SI TENER QUE DAR PRUEBA DE ADMISIÓN?
“Nos jugó un poco en contra. Sabíamos que podía ser así.
Nuestra dinámica a la hora de escribir los textos y ensayar, siempre hace que
lleguemos sobre el pucho. Cuando das prueba de admisión tenés que tener prontos
unos 20 minutos en noviembre, y para este espectáculo a esa altura del año
teníamos solo una canción hecha. En diciembre y enero le metimos mucho, y
funcionamos relativamente bien. Esperemos poder aprender de la experiencia.
Empezamos a ensayar en mayo una vez por semana, y luego fuimos agregando un
ensayo más en la semana a medida que iban apareciendo los textos. Pero no
tuvimos ese mojón de noviembre, que a nosotros nos ordenaba. Increíblemente
parece que somos una murga a la que le conviene dar prueba (risas)”.
“MUCHA ANSIEDAD Y CANSANCIO”
“Eso genera una cuestión difícil de manejar en el grupo. De
repente hay mucha ansiedad y cansancio, porque los ensayos se hacen más largos.
Mucha información también, y eso implica aprenderse todo de una. Normalmente
cuando preparás una parte del repertorio, la cantás durante un tiempo largo, y
después asimilás la puesta en escena con el texto y el arreglo musical
incorporado. Nosotros en este caso pasábamos puesta en escena pensando en el
texto y en los arreglos, hubo ensayos que nos queríamos matar a piñazos (risas).
En el Teatro de Verano creo que se notó la falta de rodaje del espectáculo
completo”.
¿QUÉ SIGNIFICADO TUVO PARA LA MURGA HABER GANADO EL DESFILE?
“Siempre tratamos de ponerle mucha onda al desfile. Es una
cuestión histórica de Los Pasteles pensar mucho en los desfiles, incluso desde
la época que participábamos en el Encuentro de Murga Joven. Se arma una
comisión que piensa qué es lo que se va a hacer, y se le agregan elementos a lo
ordinario del espectáculo exclusivamente para esa instancia. Nos juntamos
temprano y armamos dinámicas de cómo
vamos a desfilar. Nos vino bárbaro ganar, porque nos permite financiar un montón
de cosas que no habíamos podido financiar hasta ahora”.
A NIVEL DE ESCENARIOS, ¿CÓMO LLEGARON AL RAMÓN COLLAZO?
“Tuvimos dos tablados nomás, y uno de ellos fue un
Rondamomo, que es un espacio muy chico y no se puede hacer puesta en escena. El
otro fue el del Gigante del Buceo, que ahí sí tuvimos más espacio, y pudimos
llevar a cabo el espectáculo pensando en lo que íbamos a presentar en la
Primera Rueda del concurso. De todas formas, mostramos la mayor parte del
espectáculo por primera vez en el Teatro de Verano. Eso se nota, porque cuando
hay rodaje le vas conociendo las vueltas al espectáculo, y te soltás mucho más
porque no estás pensando en lo que viene. Son las leyes del juego; muchos
conjuntos llegan a concursar sin rodaje. Este año nos tocó”.
¿QUÉ TAL HA SIDO LA RESPUESTA DEL PÚBLICO PARA CON EL
ESPECTÁCULO?
“El público respondió bien. Para nosotros es algo diferente,
porque es un espectáculo que no apunta mucho al humor. En los últimos años
apostamos mucho más a la risa, y este año creo que hasta la mitad del
espectáculo no hay un bloque de humor. Se fue dando así. No fue un cambio
consciente y explícito. Discutíamos los temas en la comisión de textos, se
decidía lo que se iba a escribir, y en un momento nos dimos cuenta que habían
muchas cosas que no tenían humor. Era el interés que iba surgiendo. Cuesta un poco para lo que estábamos
acostumbrados. Sin embargo, en los escenarios que hicimos la gente se colgó
pila”.
¿CON QUÉ SE VA A ENCONTRAR LA GENTE?
“Es un espectáculo que habla de las clases sociales. Se
apuesta a lo irónico de la frase “Todos podemos tener un shopping”, como si no
hubiera condicionamientos de clase que imposibilitaran eso. Nos referimos al
doble discurso de la clase media, y sus militantes de izquierda. Luego hablamos
sobre la nueva derecha y la clase alta. Después hay un cuplé que hace
referencia a los jóvenes de clase alta, y su experiencia viviendo como pobres
en el Cabo Polonio, y sobre el final del espectáculo nos metemos en el concepto
de la línea de la indigencia, y cómo el mercado excluye a los más pobres según
le convenga. Si sos pobre y ofrecés mano de obra servís para el mercado, pero
si sos pobre y no ofrecés mano de obra, no servís para nada. También hay una
canción dedicada al lugar que ocupan los planchas como chivo expiatorio en la
sociedad, y la retirada apunta al humor”.
¿QUÉ ES LO QUE MÁS DISFRUTAN DE PARTICIPAR DEL CARNAVAL?
“Lo discutimos en la interna del grupo. Si bien generar
espectáculos y concursar es importante, carnaval y la murga son un medio y un
fin para nosotros. Hacemos viajes juntos, hacemos giras por Argentina cuando
podemos. Hemos ido a Brasil, y a Cuba, etc. Nos juntamos como amigos a pensar
en la murga y a comer asados. En este proceso de cara a carnaval habremos hecho
como 40 o 50 asados con la murga. Es un grupo en el que la gran mayoría nos
conocemos desde que teníamos 10 años. De los que subimos, hay siete u ocho
personas que están desde que arrancó la murga en 2005. Muchos componentes de
toros años, están siempre en la vuelta también. Ayudando con la escenografía, o
preparando el lugar donde dejamos los trajes. Hay un núcleo de personas que
está cerca de la murga porque la quiere, y se siente parte”.
¿QUÉ SIGNIFICA “METELE QUE SON PASTELES” EN TU VIDA?
“Cuando empezamos con el proyecto de la murga, fue porque
Pablo, mi hermano, era director de murga. Siempre estuve medio por fuera de lo
que es el género. Me gustaban algunas cosas de Contrafarsa y de La Mojigata,
que fue una murga que me rompió la cabeza. Con un grupo de amigos decidimos
hacer murga porque contábamos con un director escénico. Capaz que si hubiera
sido un director de teatro, estaríamos haciendo teatro. Incluso nos pasa que se
ponen a cantar murga algunos de los compañeros que se fueron sumando en los
últimos años, y no sabemos muchos clásicos (risas). Tuvimos que aprender cuando
fuimos a Cuba, para cantar allá. Es un proyecto que terminó metiéndose en
nuestras vidas, y al que le dedicamos mucho tiempo y energía. De octubre hasta
marzo estás pensando en la murga casi como prioridad. No me veo saliendo en
otro lugar. No podría, no sabría, y no tengo las condiciones para hacerlo
tampoco”.
DISFRUTÁ DE LA ACTUACIÓN DE METELE QUE SON PASTELES EN LA PRIMERA RUEDA DEL CONCURSO OFICIAL:
DISFRUTÁ DE LA ACTUACIÓN DE METELE QUE SON PASTELES EN LA PRIMERA RUEDA DEL CONCURSO OFICIAL:
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