CAYÓ LA CABRA
“Lo barato sale caro”, dice el dicho, y bien podría
aplicarse a la exigencia que supone para Cayó la Cabra concebir un espectáculo
desde cero, abriéndose a la posibilidad de aportarle dotes distintos a su
producto artístico a través de la
experiencia de trabajar con gente nueva año tras año. “Barato” es la propuesta a
la que dan vida en este Carnaval 2017, recorriendo en su libreto a los
entretelones de la economía y el sistema capitalista como su referente, con un
salpicón que contempla a los prejuicios como un razonamiento barato, y un cuplé
que desnuda el hecho de cómo se ha abaratado el lenguaje que utilizamos. Se
plantean estímulos novedosos en cuanto a lo visual y musical, los cuales
terminan por revelar que el concepto del contenido está latente a lo largo de
los 45 minutos. Para dialogar sobre diversos temas, Emiliano Belmudes, uno de los
letristas e integrante de la cuerda de primos, tomó el protagonismo en una
charla muy amena.
¿CÓMO SE VIVIÓ EL PROCESO CREATIVO DE “BARATO”?
“Barato era un nombre que ya estaba de otros años. El año
pasado estuvo, y el anterior también, perdió con Relajo y Natural. Este año al
querer tocar temas como la economía, por ejemplo, ese nombre le sentaba bien al
contenido que teníamos. Luego empezamos a desarrollar todos los contenidos. Los
gurises se juntaron con un economista en Julio para poder entender un poco el
concepto de “Barato”, y para poder hacer el cuplé de la economía que es el
último antes de la canción final. Él nos orientó mucho, y capaz que de lo que
nos dijo, no apareció casi nada en el libreto, pero detrás de lo que decimos en
escena están todos sus conceptos. Para el salpicón tomamos en cuenta cosas que
él escribió en el semanario Brecha también. Hubo un momento de investigación
que estuvo bueno. Luego el proceso tuvo una parte bastante importante que fue
en la que se sumaron Nacho (Ignacio Salgado), Mathías (Iguini) y Joaquín (De León), de la
murga Háganse Cargo. Aportaron mucho desde su lugar. Escribieron un montón de
cosas, que nosotros se las destruimos, y las construimos de vuelta, y ellos
construyeron otras cosas. En definitiva, formaron parte del trabajo de crear. Eso
surgió porque algunos integrantes de la murga fuimos a ver etapas del Encuentro
de Murga Joven, y se nos ocurrió poder plantearle a alguien de la movida para
participar del armado de los textos”.
LOS TEXTOS
“Nosotros trabajamos los textos con una comisión. En la
última reunión que hicimos éramos como diez personas en la casa del Pelusa
(Lucas Pintos). Camilo (Fernández) y Martín (Mazella), son los que llevan todo
al papel. Después Lucas integra el grupo creativo junto con los hermanos Gastón
y Christian Tróccoli, Andrés Etcheverry y yo. No tenemos una fórmula para
escribir. Este año hay muchas músicas que son inéditas de Pablo Porciúncula, y
después Camilo y Martín escribían arriba de eso. Tratamos de dar mucha
información, y eso hace que a veces la métrica se modifique”.
¿QUÉ MOTIVA A LA MURGA A ABRIR LA CANCHA AÑO A AÑO, Y
TRABAJAR CON GENTE DIFERENTE?
“Desde que entré a la murga, allá por el 2008, siempre
fuimos de laburar mucho. Siempre estuvo la inquietud de que viniera alguien
distinto a trabajar la puesta en escena. Al primer ensayo que fui, nos hicieron
caminar como monos por todo el salón, porque ese año hacíamos “La Evolución”,
participando del Encuentro de Murga Joven. Yo pensaba “¡Estos tipos están locos!”.
En el 2010 trajimos a Tabaré Aguiar para que hiciera los arreglos. Ya estando
en Carnaval intentamos hacer unos talleres de canto con Tití Percovich. No sé
si existe un punto de inflexión, si no que todo esto tiene que ver con el
proceso de la murga. Haber cantado con El Alemán (Gerardo Dorado), Alejandro
Balbis, Pitufo (Edú Lombardo), que haya estado Pinocho (Pablo Routin), y el
Toto (Daniel Zeleniec), Pablo Riquero, Pablo Porciúncula, Coco (Alberto)
Rivero, es increíble. Es mucha gente a la que siempre íbamos a ver, y de
repente los tuvimos o tenemos trabajando con nosotros. Laburando a la par, y en
los festivales atendiendo la barra, como lo hizo el Coco este año (risas). Es
tremendo premio, porque hay gente que puede salir o colaborar en otro lado, y ganar
mucho más dinero, decide venir a compartir con la murga”.
LA EXIGENCIA
“La exigencia parte antes que nada desde nosotros, antes de
empezar a ensayar. Volver a reinventarnos para disfrutar de un proceso que es
muy largo. Intentamos hacer un espectáculo que nos permita disfrutar de todo
ese camino. La exigencia de la gente está buenísima, porque no es más que
cariño y empatía por la murga. No podemos renegar eso, hay que asumirlo y
disfrutarlo”.
¿QUÉ ES LO QUE MÁS DISFRUTAN DE LA FIESTA DE MOMO?
“El jueves fue un día
muy disfrutable, por ejemplo. Desde que arranca el día empiezan los mensajes.
Siempre reniego el celular, pero cuando vienen estas fechas está bueno porque recibís
saludos de todo el mundo. Todo es muy disfrutable, la noche en el Teatro, la
actuación, y el después, juntarse en el club con un montón de gente, bailar,
etc. Es todo una celebración. Esa noche el Boston River era un carnaval. Había
bombitas de colores, banderines, una banda tocando en vivo, y la gente unida
porque no había barandas. Carne cocinándose en el fuego y bebidas alcohólicas.
Yo creo que si nos remontamos al concepto de carnaval, eso es lo más parecido.
Disfrutamos mucho de los ensayos también, con esa especie de amor y odio que
tiene el proceso, pero que en realidad es todo amor. Para mí no tiene nada que
ver a lo que estoy acostumbrado que sea un trabajo. La vorágine de hacer
tablados es divina. La bañadera, armar rápido, salir hacia otro lugar. Sobre
todo es hermoso ir a los escenarios en donde el público no sabe si sos murga,
revista o parodista, y lo disfruta igual. Eso es lo mejor”.
“EL PROYECTO MÁS LARGO”
“Ocupa gran parte de mi vida. Es el proyecto más largo en el
cual me he encaminado. Más largo que la escuela y el liceo (risas). Es un lugar
en donde estoy con mis amigos, y tuve la suerte de traer a la murga a un amigo
como Andrés Etcheverry, que lo conozco desde que tengo memoria. En 2013 se sumó
a la murga, y es muy especial porque nos criamos juntos. Además, no todo el
mundo tiene 45 minutos para decir lo que quiere decir desde arriba de un
escenario, y para un montón de gente. Es un privilegio. Siempre bromeamos con
que todos los días nos tendríamos que levantar y agradecerle a Cayó la Cabra
por lo que nos ha brindado. Conocimos a un montón de amigos, y hasta a nuestras
parejas las conocimos haciendo murga, o en un festival, o en una gira.
Básicamente es nuestra vida”.
DISFRUTÁ DE LA ACTUACIÓN DE CAYÓ LA CABRA EN LA PRIMERA RUEDA DEL CONCURSO OFICIAL:
DISFRUTÁ DE LA ACTUACIÓN DE CAYÓ LA CABRA EN LA PRIMERA RUEDA DEL CONCURSO OFICIAL:
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