sábado, 28 de enero de 2017

ENTRE BAMBALINAS



CAYÓ LA CABRA





“Lo barato sale caro”, dice el dicho, y bien podría aplicarse a la exigencia que supone para Cayó la Cabra concebir un espectáculo desde cero, abriéndose a la posibilidad de aportarle dotes distintos a su producto artístico  a través de la experiencia de trabajar con gente nueva año tras año. “Barato” es la propuesta a la que dan vida en este Carnaval 2017, recorriendo en su libreto a los entretelones de la economía y el sistema capitalista como su referente, con un salpicón que contempla a los prejuicios como un razonamiento barato, y un cuplé que desnuda el hecho de cómo se ha abaratado el lenguaje que utilizamos. Se plantean estímulos novedosos en cuanto a lo visual y musical, los cuales terminan por revelar que el concepto del contenido está latente a lo largo de los 45 minutos. Para dialogar sobre diversos temas, Emiliano Belmudes, uno de los letristas e integrante de la cuerda de primos, tomó el protagonismo en una charla muy amena.


¿CÓMO SE VIVIÓ EL PROCESO CREATIVO DE “BARATO”?

“Barato era un nombre que ya estaba de otros años. El año pasado estuvo, y el anterior también, perdió con Relajo y Natural. Este año al querer tocar temas como la economía, por ejemplo, ese nombre le sentaba bien al contenido que teníamos. Luego empezamos a desarrollar todos los contenidos. Los gurises se juntaron con un economista en Julio para poder entender un poco el concepto de “Barato”, y para poder hacer el cuplé de la economía que es el último antes de la canción final. Él nos orientó mucho, y capaz que de lo que nos dijo, no apareció casi nada en el libreto, pero detrás de lo que decimos en escena están todos sus conceptos. Para el salpicón tomamos en cuenta cosas que él escribió en el semanario Brecha también. Hubo un momento de investigación que estuvo bueno. Luego el proceso tuvo una parte bastante importante que fue en la que se sumaron Nacho (Ignacio Salgado), Mathías (Iguini) y Joaquín (De León), de la murga Háganse Cargo. Aportaron mucho desde su lugar. Escribieron un montón de cosas, que nosotros se las destruimos, y las construimos de vuelta, y ellos construyeron otras cosas. En definitiva, formaron parte del trabajo de crear. Eso surgió porque algunos integrantes de la murga fuimos a ver etapas del Encuentro de Murga Joven, y se nos ocurrió poder plantearle a alguien de la movida para participar del armado de los textos”.

LOS TEXTOS

“Nosotros trabajamos los textos con una comisión. En la última reunión que hicimos éramos como diez personas en la casa del Pelusa (Lucas Pintos). Camilo (Fernández) y Martín (Mazella), son los que llevan todo al papel. Después Lucas integra el grupo creativo junto con los hermanos Gastón y Christian Tróccoli, Andrés Etcheverry y yo. No tenemos una fórmula para escribir. Este año hay muchas músicas que son inéditas de Pablo Porciúncula, y después Camilo y Martín escribían arriba de eso. Tratamos de dar mucha información, y eso hace que a veces la métrica se modifique”.

¿QUÉ MOTIVA A LA MURGA A ABRIR LA CANCHA AÑO A AÑO, Y TRABAJAR CON GENTE DIFERENTE?

“Desde que entré a la murga, allá por el 2008, siempre fuimos de laburar mucho. Siempre estuvo la inquietud de que viniera alguien distinto a trabajar la puesta en escena. Al primer ensayo que fui, nos hicieron caminar como monos por todo el salón, porque ese año hacíamos “La Evolución”, participando del Encuentro de Murga Joven. Yo pensaba “¡Estos tipos están locos!”. En el 2010 trajimos a Tabaré Aguiar para que hiciera los arreglos. Ya estando en Carnaval intentamos hacer unos talleres de canto con Tití Percovich. No sé si existe un punto de inflexión, si no que todo esto tiene que ver con el proceso de la murga. Haber cantado con El Alemán (Gerardo Dorado), Alejandro Balbis, Pitufo (Edú Lombardo), que haya estado Pinocho (Pablo Routin), y el Toto (Daniel Zeleniec), Pablo Riquero, Pablo Porciúncula, Coco (Alberto) Rivero, es increíble. Es mucha gente a la que siempre íbamos a ver, y de repente los tuvimos o tenemos trabajando con nosotros. Laburando a la par, y en los festivales atendiendo la barra, como lo hizo el Coco este año (risas). Es tremendo premio, porque hay gente que puede salir o colaborar en otro lado, y ganar mucho más dinero, decide venir a compartir con la murga”.

LA EXIGENCIA

“La exigencia parte antes que nada desde nosotros, antes de empezar a ensayar. Volver a reinventarnos para disfrutar de un proceso que es muy largo. Intentamos hacer un espectáculo que nos permita disfrutar de todo ese camino. La exigencia de la gente está buenísima, porque no es más que cariño y empatía por la murga. No podemos renegar eso, hay que asumirlo y disfrutarlo”.

¿QUÉ ES LO QUE MÁS DISFRUTAN DE LA FIESTA DE MOMO?

 “El jueves fue un día muy disfrutable, por ejemplo. Desde que arranca el día empiezan los mensajes. Siempre reniego el celular, pero cuando vienen estas fechas está bueno porque recibís saludos de todo el mundo. Todo es muy disfrutable, la noche en el Teatro, la actuación, y el después, juntarse en el club con un montón de gente, bailar, etc. Es todo una celebración. Esa noche el Boston River era un carnaval. Había bombitas de colores, banderines, una banda tocando en vivo, y la gente unida porque no había barandas. Carne cocinándose en el fuego y bebidas alcohólicas. Yo creo que si nos remontamos al concepto de carnaval, eso es lo más parecido. Disfrutamos mucho de los ensayos también, con esa especie de amor y odio que tiene el proceso, pero que en realidad es todo amor. Para mí no tiene nada que ver a lo que estoy acostumbrado que sea un trabajo. La vorágine de hacer tablados es divina. La bañadera, armar rápido, salir hacia otro lugar. Sobre todo es hermoso ir a los escenarios en donde el público no sabe si sos murga, revista o parodista, y lo disfruta igual. Eso es lo mejor”.

“EL PROYECTO MÁS LARGO”

“Ocupa gran parte de mi vida. Es el proyecto más largo en el cual me he encaminado. Más largo que la escuela y el liceo (risas). Es un lugar en donde estoy con mis amigos, y tuve la suerte de traer a la murga a un amigo como Andrés Etcheverry, que lo conozco desde que tengo memoria. En 2013 se sumó a la murga, y es muy especial porque nos criamos juntos. Además, no todo el mundo tiene 45 minutos para decir lo que quiere decir desde arriba de un escenario, y para un montón de gente. Es un privilegio. Siempre bromeamos con que todos los días nos tendríamos que levantar y agradecerle a Cayó la Cabra por lo que nos ha brindado. Conocimos a un montón de amigos, y hasta a nuestras parejas las conocimos haciendo murga, o en un festival, o en una gira. Básicamente es nuestra vida”.

DISFRUTÁ DE LA ACTUACIÓN DE CAYÓ LA CABRA EN LA PRIMERA RUEDA DEL CONCURSO OFICIAL: 







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