DANIEL ZIELENIEC
Ha cumplido la mayoría de edad vinculado al arte murguero
desde un rol protagónico. De aquel un tanto lejano 1999, aún perduran la
voluntad y las ganas de afrontar procesos creativos. Él mismo considera ser uno
de los “enfermitos” que siempre hay en un grupo artístico, debido a su notoria
inquietud por aportar ideas, y estar al tanto de todo. Es uno de los miembros fundadores
de “la murga láctea”, que comenzara a ofrecer su arte en los primeros
encuentros de la Movida Joven. Su entusiasmo es ampliamente perceptible al
escucharlo hablar, es que Queso Magro está afrontando un nuevo desafío, pero
esta vez reemplazando el calor de febrero por el frío de julio, y a la
diversidad del público carnavalero por la frescura del público infantil. Sobre
este proyecto venidero, y su experiencia en la fiesta de momo trata esta nota
con Daniel "Toto" Zieleniec.
¿QUÉ VÍNCULO MANTUVISTE CON EL CARNAVAL DESDE PEQUEÑO?
“Mi familia no era carnavalera. A mi hermano le gustaban las
murgas. Se escuchaba mucho canto popular. Fue por mi hermano que empecé a
escuchar algo de La Reina de La Teja. Me sabía de memoria el repertorio de La
Reina de 1987, y me acuerdo que fui al tablado al año siguiente, pensando que
iba a escuchar el mismo espectáculo, y cuando me enteré que era algo nuevo me
dio tremenda decepción (risas). Cuando tuve la edad para ir al tablado solo,
empecé a ir con amigos y lo disfrutaba mucho. Era fanático de la BCG, y la iba
a ver mucho al Defensor Sporting. Esa murga rompía con todo. Hoy viendo
espectáculos de Murga Joven te das cuenta lo adelantada que estaba la BCG en su
momento. Desde chico iba a un club recreativo y cultural de la colectividad
judía (Jaime Zhitlovsky), y participaba de campamentos, compartiendo vivencias. A varios de los que estábamos ahí, nos
gustaba el carnaval y la murga en particular. Entonces un día quisimos hacer un
taller de murga, y le pedimos al director de
coro de la institución, Carlos Correa, que nos ayudara. Nos ayudó, y nos
avisó que había un encuentro de murgas, correspondiente a la Movida Joven Nos
pusimos el nombre de “Queso Magro”, nos anotamos, y sin saber muchas cosas
sobre el encuentro, participamos. Armamos un espectáculo en tres meses y fue
tremenda experiencia. Arrancamos en 1999, y desde ahí hemos seguido”.
¿QUIÉNES SON TUS REFERENTES A LA HORA DE HACER MURGA?
“Ver a (Jorge) Esmoris arriba del escenario era impactante.
Bueno, ahora justamente estamos ensayando con Queso Magro. Una vez que terminó
carnaval, empezamos a ensayar tres veces por semana. Estamos preparando una
obra de murga para niños. Curiosamente estamos trabajando con Esmoris. Ya lo
habíamos llamado para trabajar con nosotros anteriormente, pero no quería saber
nada con el carnaval. Pero para esta ocasión, se prendió, y es una fiesta para
mí poder laburar con alguien que fue un referente total en mi adolescencia.
También me gustaban mucho las murgas tradicionales, y Contrafarsa”.
¿ERA ALGO QUE ESTABA EN EL TINTERO?
“Hace tiempo teníamos la idea de hacer un espectáculos para
niños. Salir en carnaval y hacer este espectáculo era algo impensado, porque no
pueden convivir. Reflotamos la idea para este año, y vamos a estar en la sala
Nelly Goitinho durante las vacaciones de julio”.
¿QUÉ CARNAVAL FUE EL QUE MÁS DISFRUTASTE?
“Todos los carnavales fueron disfrutables. Tratamos de estar
con la cabeza de que cada momento que vivís en carnaval puede no repetirse,
entonces hay que disfrutar al máximo de cada actuación. No entro en esa de “¡Hoy
tenemos dos tablados, y el primero es tarde, recién a las once de la noche!”,
sino que lo valoro igual. Solamente el hecho de poder mostrar lo que uno hace
es una bendición. El año 2009 fue muy especial. Tengo recuerdos de momentos en
el Velódromo durante ese año, que estuvieron buenísimos. Las ocasiones se
prestaban mucho para irse del libreto. El 2012 fue muy lindo. Siempre cuando el
espectáculo le gusta mucho a la gente, y se levanta y te aplaude cuando bajás,
es muy reconfortante. Pero ¡ojo!, que hubo otros años en los que la murga no
entró ni siquiera a la liguilla, y fueron muy disfrutables también. Disfrutamos
mucho del Carnaval 2016, por ejemplo, que fue el último año en el que
salimos”.
¿QUÉ SENTÍS CUANDO VES CARNAVAL DESDE DEBAJO DE LOS
ESCENARIOS?
“Nos pasó que con Queso Magro salimos ininterrumpidamente
desde 1999 hasta 2010 inclusive. Recién ahí paramos. En el 2011 no salimos, y
volvimos a salir en 2012. Hubo pocos años en los que no salimos. Disfruté de
las veces que no he salido, y me pasaba de decir “¡Qué bueno que estaba irse
quince días para la playa!”. También cuando no salgo, me encanta mirar
espectáculos de carnaval. Un año trabajé con Cayó la Cabra. Esa posibilidad
estuvo muy buena, y fue muy lindo que el grupo haya confiado en mí. Siempre me
gustó trabajar la puesta en escena, y pude hacerlo con ellos. Además ese año
fue muy bueno, y la murga trabajó bastante. Siempre he estado vinculado al carnaval
por una cosa o por otra. También he sido jurado en concursos del interior del
país. No me veo mirando a la murga desde abajo del escenario, sin salir. Será
porque siempre he salido, y participo del proceso creativo porque soy uno de
los que escribe, entonces estoy muy involucrado, y me sumerjo en ese mundo por
unos meses. No sé llevarlo de esa manera. Soy de esos enfermitos de la murga
que siempre hay en todos los grupos (risas). Una vez me tocó ver a la murga
desde abajo, durante la época que participábamos del Encuentro de Murga Joven,
y hacíamos tablados en febrero, designados por la Intendencia de Montevideo. Me
acuerdo que año a año siempre hacíamos esos tablados, que eran como 30, porque
en ese momento muchas murgas jóvenes no participaban de esa instancia, entonces
hacíamos muchos escenarios. Hubo un febrero que no hice los tablados con la
murga porque me fui de luna de miel a Europa, y cuando volví vi a la murga
desde abajo justo en una actuación que tenía en la ciudad de Sn Carlos. En lugar
de sentirme apenado por la situación, la murga me fascinó. No soy muy objetivo,
igual (risas)”.
¿HA CAMBIADO TU FORMA DE CREAR LUEGO DE TANTOS AÑOS?
“Tengo más experiencia, pero no sé si hay cambiado. La forma
de escribir en Queso Magro es bastante caótica. Hacemos todo en equipo, y
revisamos todo palabra a palabra, y verso a verso. Nos conocemos mucho a la
hora de crear, y nos guía mucho la intuición. Hay años en los que conocés más
al espectáculo desde el principio, y hay otros en los que entendés bien a la
estructura del espectáculo cuando lo terminás, porque antes no tenías claro si
había un hilo conductor. Casi siempre el proceso tuvo esas características,
salvo algún año particular en el que contábamos una historia y la idea estaba
un poco más clara. Tanto en Murga Joven como en Carnaval hemos trabajado de la
misma manera”.
A RAÍZ DE TU EXPERIENCIA DE HABER SIDO DEVOLVEDOR DE LOS
ENSAYOS ABIERTOS EN VARIAS OPORTUNIDADES, ¿CUÁL ES TU VISIÓN RESPECTO AL
ENCUENTRO DE MURGA JOVEN?
“Hay gente que dice que antes tenía más características de
encuentro. Lo sigo encontrando igual de fabuloso. Es asombroso ver la cantidad
de jóvenes que hacen murga, teniendo en cuenta todas las dificultades que
implica el hecho de crear un espectáculo. Ver eso tiene un valor educativo sin
precedentes en muchos lugares del mundo. La cantidad de gente que toca batería
de murga, canta, hace arreglos, escribe, y que es muy talentosa. Es un espacio
para poder expresar todo eso mediante un género autóctono. Hay murgas de
distintos tipos, y son diferentes entre sí en cuanto a los estilos. Algunas son
tradicionales, y otras tienen un estilo que no me atrevería a encasillarlo en
ningún lugar. Cuando sos devolvedor, ves a los espectáculos con ojos distintos
a los que comúnmente se usan para ver el carnaval de febrero. Siempre hay cosas
positivas para rescatar en cada espectáculo.
Cuando la gente dice “Los jóvenes están perdidos”, está muy equivocada.
“EN UN CONCURSO NO EXISTE LA OBJETIVIDAD”
“El carnaval tiene esa cosa media futbolera, del ¿quién
ganó?. Si uno sabe que el éxito o el fracaso de un conjunto no pasa por qué
lugar ocupó en el concurso, si no que por otro lugares, hasta podemos
divertirnos con ese folklore de los comentarios. Pero si nos enroscamos, y
entramos en esa, se complica. Tengo la postura de que en un concurso no existe
la objetividad. Cuando uno quiere ponerle
puntos a un espectáculo, la cosa no funciona. ¿Cuál sería la
objetividad?. ¿Cuánto más voces hay, mejor es el arreglo?, ¿Cuánto mejor
acentuadas están las palabras, y perfectas están las rimas, es mejor el texto?.
Seguro que no es así. Lo que importa es la creatividad, y si pasa o no por
lugares comunes. Pesa mucho cómo recibís lo que estás viendo, entonces
indudablemente hay una carga emocional que es subjetiva e inevitable. Ver las
cosas rubro a rubro implica darle objetividad a algo que no lo tiene. ¿Qué
puntúa más? ¿Una murga que se cambia muchas veces de vestuario con mucho
volumen y brillo, o una murga que utiliza un vestuario más funcional para su
propuesta artística?. Hoy en día el carnaval se ha ido para el lado de lo que
llena el ojo, como si un hecho artístico fuera objetvo y juzgable. Prefiero que
haya un jurado deliberativo que despierte admiración y confianza en los
participantes del concurso. En muchas ocasiones el mejor texto de murgas o de
carnaval ocupa el séptimo u octavo lugar en el concurso. Entonces, ¿Qué lugar
ocupan los contenidos de las propuestas?. Creo que escudándose en el argumento de que hay distintos estilos de
murgas, a determinados conjuntos se les valora más determinadas cosas que a
otros no”.
¿QUÉ CONSIDERÁS QUE EL CARNAVAL HA PERDIDO, Y GANADO CON EL
TIEMPO?
“No llegué a vivirlo. Pero perdió esa esencia de la
participación como fenómeno cultural y válvula de escape de la sociedad. Se ha
profesionalizado tanto, que se perdió la manifestación popular, y el hecho de
que todos podemos ser parte del carnaval. Ha ganado distintas cosas a lo largo
de la historia. Hoy por hoy ha ganado propuestas diferentes. La murga joven ha
aportado mucho, y se acerca un poco más a esa esencia de la participación, aunque
también se ha profesionalizado. Está compuesta por gente que de repente no es
la mejor a nivel técnico, pero que reivindica el hecho de juntarse y crear por
encima de todo”.
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