viernes, 1 de marzo de 2019

ENTRE BAMBALINAS



AGARRATE CATALINA




Llega al club desde el que su murga sale en una tardecita cualquiera cargando termo y mate. Enseguida esboza una sonrisa al entrar, te saluda y ya te convida. Conversa de todo con todos. Llegaba la hora de que ensayara diálogos nuevos para el espectáculo, los cuales mantendría en escena con su amigo y compañero Rafael Cotelo. Mientras habla se desprende de él una sensación de enamoramiento cual si fuera un niño hablando de su juguete preferido. Es que esa sensación de satisfacción, compromiso y entusiasmo probablemente es la que lo ha mantenido al frente de un proyecto desde hace ya 18 años casi sin que se diera cuenta. Con la bonhomía que lo caracteriza fue desarrollando cada respuesta sin guardarse nada, fiel a sus convicciones y sabiendo que su voz representa a un colectivo artístico que vuelve al Carnaval luego de 7 años de ausencia. Una vez más he tenido que desgrabar las palabras de Yamandú Cardozo, luego de una charla de casi una hora que paseó por un montón de lugares.

¿QUÉ CONDICIONES SE REUNIERON PARA LA VUELTA DE LA MURGA EN ESTE CARNAVAL?

“Todos los años anteriores en los que no estuvimos en Carnaval nos lo planteamos. Nos preguntábamos si ese sería el año. Todos los años extrañábamos una gran cantidad de cosas que hacen a nuestra constitución como personas y como artistas. Este año lo que terminó de inclinar la balanza fue la cantidad de extrañamiento acumulado. Hay cosas que pasan en nuestro carnaval que no pasan en ningún lado. No hay ninguna función que sea igual en ningún otro lado del mundo. Al público de los tablados te lo perdés. Nosotros hemos intentado actuar en distintos escenarios del país, salas alternativas, en muchos casos con una entrada a precio popular, pero sin embargo hay un público que solo accede a los espectáculos si es Carnaval y si los escenarios están en el corazón de su barrio. Es un público que no se mueve hacia otros lugares, quizás por una cuestión cultural y económica, pero se da así. La vida de esa gente está en su barrio. Somos casi 30 personas en el colectivo, y la decisión era difícil porque hay parte de la barra que no está girando sistemáticamente con la Catalina. Entonces esas personas que integraban la parte fundacional de la murga, compartían los shows más grandes o alguna salida esporádica a Argentina pero no formaban parte del día a día de la murga. Tuvimos que volver a juntarnos mediante esas asambleas largas, aburridas, pero intensas y ríspidas en algún momento, pero removedoras. Hubo que definir el cuadro tanto para Carnaval como para las giras, y esos asuntos fueron los que demoraron un poco la decisión. Una vez que armamos el puzzle había que ver si nosotros, los letristas, teníamos algo para traer. Le comentamos a la murga que hasta que no tuviéramos algo que nos entusiasmara, no íbamos a volver al Carnaval. Por suerte correteamos las musas y apareció algo que nos removía, nos cuestionaba y nos ilusionaba. Ahí fue cuando tomamos la decisión final. La demora en volver a salir en Carnaval no fue por falta de ganas, sino porque no se daban las condiciones a nivel de la logística del grupo. Algo que afianzó la idea de salir fueron las actuaciones que hicimos en el cierre del carnaval pasado en el Movie Center. Aquel espectáculo era el “15 + 2”, celebrando los 17 años de la murga. Allí hicimos repertorios puramente carnavaleros, y eso nos removió las ganas de volver a salir en Carnaval. Nos reencontramos con una cantidad de gente que nos quería ver ahí, en la pelea, en el juego, en la arena. Siempre me gusta entenderlo así, como algo futbolero. La gente no quiere verte más en los clásicos de verano, quiere verte jugar por los puntos. Y es lógico porque la gente te aprendió a querer así. Además, los compañeros que son más nuevos, nunca habían compartido un Carnaval con la murga, y eso nos motivó mucho. Ellos nos decían “Yo quiero compartir un Carnaval con la Catalina”. Ha sido una gran oportunidad para redescubrir nuestro proceso de trabajo de cara a Carnaval, y encontrarnos de nuevo con todo eso”.

¿CÓMO SURGIÓ LA IDEA DEL ESPECTÁCULO DEFENSORES DE CAUSAS PERDIDAS Y CÓMO FUE EL PROCESO CREATIVO?

“Por necesidad espiritual, la Catalina se ha hecho experta en ir contrabandeando cosas al reglamento. Trampeando desde la legalidad a las cosas que no se pueden, o no se habían podido hacer. Pienso en fragmentos de espectáculos como el de La Niebla en 2008. Una prosa poética que hace referencia al Alzheimer y a la demencia senil no es muy carnavalero a priori. Tal es así que al año siguiente aparece un artículo en el reglamento de Carnaval expresando que a partir de ese momento no se iba a ver con buenos ojos la búsqueda de cuestiones emocionales fuertes, porque recordemos que la murga es alegría, etc. Algo así. También pasaron cosas con La Violencia, y se cuestionaba “cómo estos tipos y estas tipas van a salir a decir esto de esta manera”. Y nos cuestionamos hacer ese cuplé cuando se trajo para ensayar. Originalmente Tabaré lo había escrito para su banda, pero le supliqué que fuera para la murga. Siempre nos fuimos entrenando en eso de ir un poquito más allá a medida que nos mirábamos al espejo. En Un Día de Julio tuvimos una libertad total a la hora de crear. Vimos cómo funcionaba el humor audiovisual y guiñado tanto en los barrios más populares como en los teatros más encumbrados. Y el último antecedente de espectáculo era ese. Entonces una vez que nos volvimos a poner el chip del Carnaval dijimos “Bueno, cómo hacemos para poder disfrutar de esta libertad que tanto nos gustó?”. Una de las soluciones que encontramos a eso fue escribir más bloques para el espectáculo. Escribimos más cuplés. Surgió esa posibilidad de intentar hacer las cosas más como en el Carnaval de Cádiz, peleando un poco contra la repetición, sobre todo el humor repetido. Porque perdés ese factor sorpresa. Entonces creamos un espectáculo con varios bloques, y eso nos ha permitido variarlo a la hora de presentarlo de barrio en barrio. Siempre nos planteamos esta sumatoria desde un lugar que no afectara ni a la estructura ni al mensaje del espectáculo. En esta tercera rueda incluimos a Rafa (Cotelo) para que participe en otra parte nueva del espectáculo, y de esa manera vamos a terminar con este lindo plan de ir peleándole a la repetición e ir administrando las sorpresas. Además esta liguilla es como una cuarta rueda para la Catalina, porque dimos la prueba de admisión a teatro lleno, y ves que hay una gran cantidad de reproducciones en los videos colgados de esa actuación. Además la Catalina está siendo la murga más vista en los tablados. Por esto etendimos que la mejor manera de jugar al Concurso era esta.

EL ESPECTÁCULO

“Defensores de Causas Perdidas” arranca de una idea que tiene que ver  con la búsqueda de un hilo conductor que no nos aprisione.  De un contenedor que nos permita meter una gran cantidad de cosas adentro. Buscando los condimentos que tiene que tener la murga (el humor, la crítica, la emoción, etc). Queríamos que fuera un espectáculo flexible per a la vez sólido, y que tuviera un eje argumental fuerte. Se plantea una realidad alternativa a la realidad, que generalmente pierde con el mundo real. Es una caricatura de nuestras propias utopías, y de hacer las cosas un poco más justas. Es un editorial todo chueco y pobre pero honesto y desgarrador aún desde el humor. Termina la función y se vuelve a la realidad. Perdimos, pero capaz que no. Capaz que cada uno se lleva su causa para defender y replicar desde el debate y el cuestionamiento. Nos dio la posibilidad de jugar con el humor, y hablar de causas perdidas que quisiéramos y no quisiéramos defender, generando situaciones homorísticas desde la ironía. Fue un espectáculo que se fue creando en velocidad y sobre la marcha, Y por más que estamos Tabaré y yo como sus principales sostenedores, recibió el aporte de muchos compañeros que sugirieron cosas, compusieron músicas, trajeron ideas para lo escénico, lo estético, etc. El proceso ha sido muy lindo de compartir y muy disfrutable porque todos desde el inicio estuvimos muy alineados, y conectados en una dirección”.

¿QUÉ REPERCUSIONES HA TENIDO EL ESPECTÁCULO EN LOS DISTINTOS ESCENARIOS?

“Generó muchísimas reacciones en el público. Me gusta mucho la respuesta que tiene en todos los barrios. Me sorprendió la intensidad virulenta de algunas reacciones. Por ejemplo, con el bloque de la lucha de clases. Yo sabía que era una caricatura incómoda de sostener y de ver, sobre todo para nosotros, los y las izquierdistas. Porque refiere a mirarnos al espejo y a cuestionar ese lado más feo de la ideología que es la ideología dogmática. Porque cuestiona la obediencia partidaria y el suscribir bajo el mandato de la lógica absurda del barra brava ideológico. Esa lógica que dice que todo lo que hace el que está enfrente está mal solo porque lo hace el que está enfrente. Eso de anular la cosmovisión ajena con Tabaré nos parece nefasto y muy dañino para las sociedades como la nuestra que son muy pequeñas y podrían tener un entramado social fuerte, de enfrentamientos y diálogos acalorados, pero sin odio. Entonces cuando caricaturizás ese sistema binario, sabés que la gente que va a reaccionar es la que forma parte de ese sistema. Entonces ahí aparecieron acusaciones como “son tibios, no se comprometen”.  La murga muchas veces ha sido funcional a ese sistema binario. Por eso mucha gente este año al ser electoral,  nos reclamaba un mayor compromiso ideológico, partidario o camisetero. Me sorprendió sobre todo la furia y el odio en la tirada de esa piedra. No nos imaginamos que iba a haber tanta mezquindad, además con las mismas reacciones que  caricaturizamos. No pensé que la gente iba a caer en eso. Es lógico, igual. Porque cuando alguien se anima a mover sus estanterías o a mirarse por dentro, siempre algo pasa, y más cuando te considera su par. Esa es la reacción del tirano, que lo primero que suele hacer es tildar de traidor al otro. Además todo lo que hace o no hace La Catalina genera repercusiones porque sí. Hay gente que entiende el espectáculo en clave artística y se da cuenta de que no estamos diciendo que no haya más derechas y más izquierdas y seamos todos amigos. No se trata de no discutir y no levantar banderas, si no que se trata de ser tan valiente como para levantar mi bandera entendiendo que está bien que se levanten otras. Lo que está más bueno que genere el arte, es el debate.  Esto no es un tema nuevo para La Catalina. Lo venimos hablando desde el cuplé de Las Banderas en 2007, y también hicimos referencia a esto en la canción final del espectáculo “La Comunidad” en 2012. En Un Día de Julio también le dedicamos el cuplé de los baldes y los dogmas a este tema.  Ese concepto de la otredad. Aquello de cómo puedo a ver al otro como a alguien a quien temerle o a quien odiar solo porque está parado en la vereda de enfrente. Además nuestras flechas no apuntan hacia los militantes. Al contrario, a mí me emociona que alguien sienta que tiene que cambiar el mundo y hacerlo un poco más justo. Nuestras flechas apuntan a no hacerlo desde el odio. No se puede levantar una casa a martillazos. Está bueno que seamos humanamente diferentes, socialmente iguales e igualmente libres. No es una cuestión de tibieza si no de no nos conviene esta polarización absurda. Es desde ahí que intentamos hacer ese bloque y esa caricatura”.

¿CUÁL CREÉS QUE ES LA CAUSA QUE MÁS HABRÍA QUE DEFENDER EN EL CARNAVAL?

“La causa que más hay que defender en Carnaval es el hecho de valorar el lugar de la fiesta, y el lugar del otro y la otra dentro de la competencia. Que se puede jugar al concurso, pero que hay muchas cosas que están buenísimas y que son mucho más importantes que esa carrera por un pedazo de chapa. Hay otra gran cantidad de cosas que están buenísimas. Además todos los conjuntos tienen sus editoriales con las cuales vos podés identificarte, cuestionarte y señalarte. El hecho de entender que valen todos en la diferencia, me parece que es una causa que vale la pena defender.  Además saber siempre que las discrepancias estéticas e ideológicas no tienen por qué generar abismos”.

¿QUÉ ESPECTÁCULO DE LA MURGA TE GENERO UN SABOR MÁS ESPECIAL AL ESCRIBIRLO?

“Cada uno tiene su disfrute. Un Dìa de Julio tuvo un sabor especial por lo que había pasado previamente. Experimentamos una libertad que nos constituyó desde otro lugar como artistas. Este espectáculo también tiene un sabor especial porque es como una vuelta a un montón de cosas que extrañábamos y necesitábamos. Capaz que este es el espectáculo más meta carnavalero de La Catalina, porque es el que más habla sobre cosas del Carnaval. Nunca habíamos curtido ese rincón y le encontramos una diversión a esa vuelta. Obviamente que el espectáculo “Los Sueños” en 2005, porque la murga no solamente gana ese juego de concursar, si no que empieza a trascender hacia una cantidad de lugares y a hacerse mucho más visible. Fue la entrada a la masividad de La Catalina, siempre a escala carnavalera y uruguaya. El 2006 fue hermoso porque fue el primer año en el que salí con mis dos hermanos. Fue el espectáculo que más me divirtió escribir. Lo escribimos con Tabaré y Carlitos Tanco. Escribimos muchísimo para ese Carnaval porque lo hicimos con tiempo, y porque éramos jóvenes y teníamos un romance con una gran cantidad de gente. Aún éramos una murga nueva que aparecía y que mágicamente había ganado. Carnaval necesitaba que algo nuevo sucediera y por primera vez en la historia un grupo cooperativo compuesto por 3 mujeres ganaba el concurso. Vivíamos un noviazgo con la platea y el micro mundo carnavalero que luego se empezó a poner un poco más hostil. El 2007 fue lindo porque empezamos a encontrar esa veta humanista. Cuestionamos hasta la relación del hombre con dios desde nuestras profundas dudas, El 2008 trastocó mucho en lo humano. Además la murga hizo un quiebre porque venía de un año muy cómico, y aparece un humor más nostálgico. Hasta el 2003, que fue nuestro primer año en Carnaval, tuvo cosas increíbles. Nos olvidamos de la guitarra en un tablado. Un compañero se olvidó de cobrar los tablados de toda una noche. Por primera vez teníamos 4 tablados en una noche y se había olvidado de cobrarlos. ¡Algo increíble! (risas). Fue la primera vez que ensayamos en verano.  Todos los años tienen sus cosas, pero este me parece que es el más valiente de La Catalina. Me parece que la murga empieza a cuestionarse un montón de cosas sobre sí misma que nunca había cuestionado”.

UNA VUELTA ESPERADA

“Hemos podido renovar el vínculo con una gran cantidad de gente. Incluso hay niños que no habían nacido el último año de la Catalina en Carnaval que nos esperaban con ansias. Y eso es fruto de sus padres o madres, o tíos o abuelos que fueron trasladándoles ese amor y ese cariño. Entonces te das cuenta de que la murga estaba viva, y había ganas de que  volviera a estar en Carnaval. Hay hijos e hijas de compañeros que nunca habían visto a su padre salir en Carnaval con La Catalina”.

¿CUÁLES SON LOS PLANES VENIDEROS EN LA AGENDA DE LA MURGA?

Por suerte han salido muchas actuaciones por el interior. Incluso algunas salieron inmediatamente después de que la murga pasó la prueba de admisión para este Carnaval. El 6 de abril vamos a estar en el Gran Rex y la venta de entradas arrancó cuando habíamos pasado la prueba. Por lo que se estaba vendiendo un espectáculo que aún no estaba terminado, ¡Algo muy loco!. Ese mismo mes tenemos una gira grande por Argentina. En Mayo vamos a viajar a México. Hay otros viajes apuntados en lápiz ya para EE.UU. y para Europa, algunos festivales en Latinoamérica, etc. Va a estar bueno que volvamos a girar con un espectáculo que tiene un origen carnavalero. Seguro vamos a seguir interactuando y compartiendo con distintos músicos, y volvamos a hacer las Cantarolas. Hay mucha cosa en la vuelta”.

SI TUVIERAS QUE MENCIONAR TODAS LAS COSAS QUE LE AGRADECÉS A AGARRATE CATALINA, ¿QUÉ DIRÍAS?

“Gracias al género, pero particularmente a esta murga yo soy una persona un poco mejor. O por lo menos, menos peor. He aprendido a escuchar y a contemplar las visiones de mis compañeros, a confrontar desde el amor, a laburar por el amor a un grupo, a apostar por lo colectivo, dar la vida por ello y que te duela. Con esta gente puedo hacer cosas que no podría solo. Acá soy la mejor versión de lo que puedo llegar a ser. Si cruzo la calle y me agarra un bondi tengo que estar agradecido a que en todos estos años he vivido muchísimas experiencias. Soy una persona un par de milímetros mejor de lo que era, sin dudas”.


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