domingo, 17 de abril de 2016



SE ARMA RELAJO– CAYÓ LA CABRA Y METELE QUE SON PASTELES

Lucas Pintos (Cayó La Cabra), y Alejandro Márquez (Metele que son Pasteles).


Bajo el marco de la presentación de los discos correspondientes a sus espectáculos 2016, así como también del lanzamiento de su viaje a Cuba, lugar al que partirán en conjunto el próximo 30 de setiembre. Estas murgas amigas brindarán un show en la Sala Zitarrosa este 25 de abril. Las entradas están a la venta por RED UTS, Tickantel, y en boleterías de la sala.

Muy linda entrevista con Lucas Pintos, componente, letrista, y director escénico de Cayó La Cabra que expondrá su repertorio "Relajo", y Alejandro Márquez, integrante y letrista de Metele que son Pasteles, que lo hará con su espectáculo "Armar y Desarmar". Entre mate y mate, transcurrió la charla, que inició con una pregunta surgida a raíz de la inquietud de querer conocer a fondo las raíces de tan importante vínculo entre dos conjuntos que forman parte de nuestro carnaval.


¿CÓMO SURGE LA AMISTAD ENTRE AMBOS COLECTIVOS?

LUCAS: “Al no conocerlos, nos gustaba lo que hacían. Me acuerdo de ver el espectáculo de Los Pasteles en 2008, cuando actuaron en el Monte de la Francesa por el Encuentro de Murga Joven. Hacían de animales. Nos sentamos en el pedregullo, bien adelante, y nos gustaba mucho. Pero estábamos pa’ la corta, de no poder decirle al otro lo que nos parecía su espectáculo. Pensábamos, “Qué bueno que está esto, pero no les vamos a decir que está divino lo que hacen”. Ahí nacen los primeros contactos. Al otro año, 2009, estábamos preparando un espectáculo en el que éramos extraterrestres.  Nos invitaron a su festival, y cuando llegamos vimos que en los afiches de las paredes había una nave espacial. Pensamos: “Estos van a hacer de extraterrestres”, y al final hubo otra murga, La Turba, que también eligió ese tema. La amistad en sí se empezó a formar en carnaval mayor, en el año 2014. Los clubes en los que ensayaba cada murga estaban muy cerca (Industria y Rentistas), y  empezamos a hacer asados. A su vez un integrante de Cayó La Cabra era la pareja de una integrante de Metele que son Pasteles, y empezaron a juntar a los dos grupos. Vivimos un carnaval super lluvioso (2014), en el que nos juntábamos casi todas las noches. También vacacionamos juntos, desde Valizas hasta Río de Janeiro, y Florianópolis, algunos de las dos murgas fueron al mundial de Brasil, y fuimos a Cuba también, ni que hablar”.

¿CÓMO VIVEN EL PROCESO CREATIVO?

LUCAS: “Un año en particular fue que tuvimos bastante ida y vuelta con el Fede (Murro) de los Pasteles, que terminó siendo como una especie de veedor de lo que hacíamos, y tiraba ideas. Siempre estamos en contacto desde ese lugar. Los procesos van variando, el espectáculo de este año lo sacamos en tres meses. En otros años el espectáculo tenía seis meses de rodaje de ensayo, por ejemplo. Fue una buena experiencia armarlo en ese tiempo, igual. Porque empezaron a aparecer cosas que no hacías antes durante el año, y que sabés que exigen que no estés acá, como viajar, por ejemplo. A la vez empezás a tener otras actividades personales, y el tiempo que le dedicás a eso también cambia. Cada año es distinto a la hora de crear. Cami (Fernández) había momentos en los que le tenía que dedicar nueve horas al espectáculo, y sabía que durante ese tiempo no podía tener la cabeza en otro lado. Y pasa de todo, hay momentos en los que te ponés a escribir y no aparecen ideas. No es fácil darle vida a una criatura nueva”.

ALEJANDRO: “En noviembre habíamos vuelto de Cuba, y estábamos re apretados. Cuando no ensayábamos, nos juntábamos a escribir. Después de que volvimos de las mini vacaciones en diciembre, estuvimos cuarenta y pico de días juntándonos para seguir armando el espectáculo. Si hay cosas nuevas para hacer, no hay drama. El problema es cuando te juntás a repasar lo que tenés porque no hay nada nuevo. Incluso después de que empezó carnaval, volvíamos de los tablados a ensayar. Imagínate, teníamos un par de escenarios, y volvíamos maquilladitos para el ensayo. Está bueno que te obliguen a crear una cosa nueva, sobre todo si querés entrar en ese juego. Un límite de tiempo te marca, y está bravo planificar, pero es como un vicio”.

¿QUÉ BALANCE HACEN DEL CARNAVAL 2016?

ALEJANDRO: “El carnaval estuvo lindísimo. Solo pasó que a un tablado llegamos muertos, porque tuvimos dos de corrido. Y necesitás un tiempito entre tablado y tablado como para respirar, tomar agua, y comer algo. Habíamos hecho cinco tablados esa noche, y el cuarto y el quinto fueron pegados (Las Duranas, y en el Prado). El Teatro de Verano estuvo bueno. La gente nos acompañó pila. Conseguimos un buen local de ensayo, los dueños nos trataron muy bien. Tener un buen lugar para estar es fundamental. El cuplé de la crisis estaba bueno, confiaba en que podía rendir. Pero lo que lo peinó, le afeitó la barbita, lo perfumó y lo emprolijó fue la puesta en escena”.

LUCAS: “El carnaval fue precioso para nosotros. Estoy tratando de vivirlo cada vez más alejado de lo que es la competencia. Si te quedás analizando todo lo que dicen de la murga, y estás pendiente de eso, no disfrutás. También durante el proceso de la murga  nos vinculamos con gente talentosa, que aporta al espectáculo, y con eso buscamos crecer, y aprender. Hemos trabajado con Pablo (Riquero), Pinocho (Routin), el Toto (Zeleniec), la Vale (Seijo) que le hace la puesta a los Pasteles, y hemos cantado con Pitufo (Lombardo), el Alemán (Gerardo Dorado), y (Alejandro) Balbis. Ves como gente que admirás artísticamente se arrima a darte una mano, y te vas entrenando. Y nos rodeamos de otras murgas también para seguir aprendiendo”.

“El cuplé de las bromas con música de Drexler tuvo mucha aceptación. Me gustó porque la murga arriesgó. Generaba otro clima, desde el principio ya se escuchaba un ritmo como de batería americana, el coro cantando unísono buscando el humor, que era casi hablado. Esa parte fue como un hallazgo, y se dio que ensamblaron la música con la letra”.




EL PROCESO GRUPAL


LUCAS: “Tener un grupo ya formado sirve para los cimientos, y para los roles. El que entra, ya entra en una maquinaria. Acoplándose a un colectivo que tiene una idea de trabajo hace varios años. En el año de “Madurar” entraron Maxi (Tuala), el Chacha (Wilmar Breventano), Jimena (De Los Santos), y el Fabi (Irrazabal) en el bombo. Y el primer día que se sumaron, la murga tuvo una dinámica de contacto corporal, y unos ejercicios teatrales. Mi preocupación pasaba por cómo iban a reaccionar los compañeros nuevos ante eso, si aún no conocían a nadie del grupo. Me acuerdo que en un momento salgo de la dinámica, y veo al Chacha parado de mano, al Fabi bailando, y haciendo el ridículo, y ahí me vino como un alivio, porque me di cuenta de que ellos estaban predispuestos a integrarse. Después mirás para el costado y se va armando una amistad. En el camino empezás a conocer hermanos de la vida. Es el proceso más largo de mi vida. Nueve años haciendo lo mismo”.

EL VIAJE A CUBA

LUCAS: “Está todo el tema de compartir momentos de ocio, y disfrutar de un lugar paradisíaco, pero también tiene el otro condimento de viajar con tus amigos, tomándote un avión, y con otra gente que sigue a la murga, y que no conocés. Fui con mi madre, con mi novia, mis amigos, con otra murga, y fue divino. No olvidándote de que tenés que pintarte la cara también y cantar allá. Hubo tremendos toques, como el de la Casa de las Américas en La Habana, o el que hicimos en el Cerro del Angel. Hubo uno en particular que terminamos cantando bajo la lluvia, rozando la película, en un encuentro de cine y artistas en La Habana. Me acuerdo que me detuve a pensar “¡mirá en dónde estoy!”, y fue una felicidad tremenda. A lo último estábamos cantando un clásico de Los Saltimbanquis, con una euforia hermosa, llegué a ver hasta gente tirada en el piso, y nosotros nos abrazábamos”.

ALEJANDRO: “Conocés gente nueva también. Hay pila de acompañantes que no son de tu familia, que van a ver a las murgas. Y descubrís que tenés conocidos de acá y de allá. Hace un par de domingos un grupo de gente que viajó con nosotros a Cuba el año pasado, nos invitó a una comida en el Centro de Protección de Choferes, y pasamos divino. Se llegaron a generar esas cosas”.

LUCAS: “Hacíamos el repertorio en la calle sin amplificación. Cantamos nosotros, luego los Pasteles, y después nos juntamos los dos a cantar clásicos. Fuimos con el espectáculo “Natural”, entrábamos como una tribu, y la gente se sorprendía de ver a 18 tipos todos disfrazados y maquillados. Me acuerdo de ver a los percusionistas cubanos tratando de sacarle el yeito a los ritmos durante el espectáculo”. 

¿CON QUÉ SE VA A ENCONTRAR LA GENTE DENTRO DE UNOS DÍAS?

LUCAS: “Las dos murgas vamos a presentar el disco. Esta vez no hicimos el disco doble. Nosotros vamos a agregar alguna cosita. Porque siempre está la gente que ya vio el espectáculo, y espera algo nuevo. La sala es divina, te da otros tiempos, otros silencios”.

ALEJANDRO: “Alguna cosa nueva vamos a hacer. Alguna cruzada de personajes de los distintos espectáculos, y mechas. Es distinto porque tenés otra tranquilidad con el tiempo, y nadie te apura. Vamos a aprovechar eso”.




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