MAXIMILIANO MÉNDEZ
Si hay algo que el Carnaval siempre despierta es la pasión. La misma que puede hacer que un niño de 4 años que visita un ensayo de murga, decida en ese momento que quiere ser murguista. La misma que explica que un artista encuentre su lugar en el Carnaval de las Promesas, el Encuentro de Murga Joven y el Concurso Oficial del Carnaval, y casi sin darse cuenta entre en una rosca de la cual es prácticamente imposible salir sin irse “a vivir a Copenhague”. Esa llama continúa encendida en el corazón de Maximiliano “Pulpa” Méndez y todo parece indicar que tiene para rato. Desde el bar De Vida, abajo del viaducto del Paso Molino, lugar emblemático para él y su familia, confiesa que no está acostumbrado a hablar de sí mismo y la idea no le gusta mucho. De todas maneras la hora que prácticamente duró la charla echó por tierra totalmente esas palabras. Hoy integra la cuerda de sobreprimos en la murga Cayó la Cabra, pero para entender cuándo se produjo su enamoramiento con nuestra máxima fiesta popular, hay que remontarse a principios de la década del 90’.
¿CUÁLES SON TUS PRIMEROS RECUERDOS CARNAVALEROS?
“Mis primeros recuerdos carnavaleros tienen que ver con el
barrio Paso Molino. En ese barrio ensayaba Araca la Cana. Mi padre fue
cantinero de la murga desde que yo nací hasta que tuve 4 o 5 años. Junto con mi
madre y mi tía manejaban la cantina en el predio del club Universal. Me acuerdo
que íbamos mucho a comer al bar De Vida después de los ensayos. Así que mis
primeros recuerdos carnavaleros transcurrieron en ese barrio pese a que soy del
Cerro. Me acuerdo de escuchar en los ensayos a Julio Pérez. El primer sonido
que recuerdo de una murga es la voz de Julio. Me acuerdo que salían el Memo
Cortés, Mónica Santos, el negro Víctor, y dirigía Julio Julián. Pero recuerdo
que la voz de Julio siempre sobresalía".
¿TUVISTE O TENÉS ALGÚN ARTISTA DEL CARNAVAL COMO REFERENTE?
“En un principio mi referente fue Julio Pérez porque me crié
escuchándolo. Después fui descubriendo más cantores que se terminaron
convirtiendo en ídolos míos, y algunos hoy por hoy son amigos. Eso es
espectacular. Te estoy hablando de Villalba, el Chato Ambrosio, el zurdo
Bessio, el canario Pereira, etc. Siempre me maravillaron las voces agudas.
Justo dio la casualidad de que es el rol que termino ocupando en las murgas. De
chico jugaba a ser sobreprimo. Apretar la garganta y cantar pa’ arriba. Cada
vez que veía a un sobreprimo cantando un solo me pasaban cosas. Luego entre que
se terminó dando y un poco yo lo busqué, he tenido la posibilidad de siempre
estar parado ahí en el medio de la murga”.
DESDE CHIQUITO, ¿SABÍAS QUE QUERÍAS SER MURGUISTA?
“Sí, claro. Siempre quise ser murguista. Me acuerdo que
tenía mi traje de chico. Araca se vestía de cierta manera, y yo tenía un traje
más chiquito. Cuando la murga iba al Teatro de Verano, yo iba con mi traje y
maquillado de la misma forma. Yo quería estar ahí arriba parado con ellos.
Después se fue dando de a poco lo de salir en Carnaval, tampoco lo busqué con
desesperación. Arranqué a salir en el Carnaval de las Promesas, y luego tuve la
suerte de caer en Arteatro que fue un lugar que me formó muchísimo cuando salí
en Buby’s Bis. Cuando quise acordar ya estaba en Gurrumines, luego en
Nazarenos, y de repente caí en Curtidores de Hongos. Se fue dando todo muy de a
poco y muy rápido también porque con 19 años ya estaba cantando en Curtidores.
Fue muy de golpe, pero muy de a poco si pienso que desde los 2 años siempre quise
ser murguista. Fueron 17 años de espera (risas)”.
¿CÓMO FUE HABER PARTICIPADO EN EL CARNAVAL DE LAS PROMESAS?
“Al principio no entendía mucho qué era lo que pasaba porque
arranqué en el Carnaval de las Promesas en 1996, con apenas 7 años. Sentía que
estaba jugando a ser un artista carnavalero. Después estuve unos años sin salir
porque me dediqué al Baby Fútbol, y cuando volví a salir lo hice en Villanos
que era un conjunto de parodistas del Cerro. A los 13 o 14 años ya sabía que
quería cantar, bailar y actuar, y dedicarme a eso en mi vida. Luego caí en parodistas
Buby’s Bis y más que nada en Arteatro en donde aprendí muchísimas cosas. Era
muy rico porque pasaba mucha gente talentosa por ahí, y yo trataba de sacarle
lo mejor que podía a todos. Los años más lindos que viví fueron esos. Porque al
salir en Carnaval mayor empezás a vivir otra presión, y otras
responsabilidades. Pero en Carnaval de las Promesas tenías la chance de seguir
jugando y divertirte. Hoy por hoy veo las cosas de otra manera, y de repente me
caliento más”.
ME HAS HABLADO MUCHO SOBRE CONJUNTOS DE PARODISTAS, ¿TE
GUSTA EL PARODISMO?
“Sí. Y me sigue gustando muchísimo. Me parece que es una
categoría riquísima en cuanto a todo lo que se puede hacer. Podés cantar,
bailar, actuar, etc. Me gusta muchísimo actuar y tanto en Gurrumines como en
Nazarenos he tenido la chance de hacer alguna cosita. Disfruté muchísimo esos
dos años en los que salí en parodistas ya estando en Carnaval. Ahora me pasa
que no suelto la murga ni loco. Me gustaría volver a la categoría, pero no lo
podría hacer. No aguantaría los ensayos bailando 3 horas sin parar. Aparte a mí
me gusta el parodista completo. El que canta, baila y actúa”.
¿CÓMO LLEGÓ LA OPORTUNIDAD DE SALIR POR PRIMERA VEZ EN
CARNAVAL CON PARODISTAS GURRUMINES?
“La oportunidad llega a través de Maxi Orta y de Martín
Souza. Ellos formaron parte de Buby’s Bis durante muchos años, y el año que yo
entro a los Buby’s Bis ellos deciden sacar a Gurrumines en Carnaval. Con los
Buby’s Bis siempre actuábamos bastante durante el año en distintos períodos
como las vacaciones de julio, me acuerdo. Siempre teníamos talleres de teatro y
de canto, por lo que Arteatro era como nuestra casa. Un día Maxi y Martín
fueron a verme actuar junto con Mario Orta que era el director responsable de
Gurrumines. Mario es amigo de mi padre desde hace muchos años, pero a mí no me conocía
en ese momento. Al otro día me llamaron
para ver si quería salir en el conjunto e inmediatamente dije que sí. Ese fue
mi primer Carnaval. Me acuerdo clarito del primer desfile, el primer tablado y
el primer Teatro de Verano con los Gurrumines. De primera ya salí con Pendota
(Miguel Meneses), Fernando Serra, Nino Ibáñez, Luis Casalás, Fernando Vannet,
etc. Después éramos todos gurises que estábamos dando nuestros primeros pasos
en Carnaval. Algunos como Maxi, Martín y Marcos Lacaze ya habían salido en
Carnaval algunos años. Pero casi todos estábamos arrancando. Hasta hoy el 80 o
90 % de ese grupo sigue saliendo en Carnaval. Algunos salen en La Trasnochada,
y otros salen en otros conjuntos. Los Gurrumines fueron como una linda
escuelita”.
SU PASAJE POR PARODISTAS NAZARENOS
“Al siguiente año Gurrumines no sale. Muchos quedamos sin
conjunto. La gran mayoría se fue para Zíngaros. Muchos de ese grupo estábamos
saliendo en La Trasnochada en Murga Joven. Damián Luzardo estaba en la murga y
en Carnaval iba a salir en Zíngaros. Él fue el que me contactó con Miguel Villalba,
y los que habíamos quedado medio en banda fuimos para un casting en Nazarenos.
Uno de los encargados del casting era Carlos Viana a quien ya conocía desde mi
etapa en Buby’s Bis, así que pasar esa prueba fue un poco más fácil (risas). A
la semana ya estábamos saliendo en el conjunto. Salir con Aldo Martínez, Miguel
Villalba, Fabián Villalba, el Colo (Ricardo) Aulet, fue tremendo. El resto de
los compañeros éramos todos más o menos de la misma generación, y la mayoría de
ellos sigue saliendo en algún conjunto de parodistas. Fue un carnaval re lindo.
Me acuerdo que los ensayos de baile duraban 4 horas, igual. Porque buscaban la
perfección. Después los resultados se terminaban viendo en el espectáculo. De
las cosas más graciosas que recuerdo de ese año es que hacía de Bart Simpson y
no hablaba en toda la parodia (risas). La otra parodia era Delmira Agustini. Me
acuerdo que hacía de algún escritor que en algún momento le preguntaba algo a
Delmira. Decía 2 o 3 bobadas, pero estaba buenísimo salir con toda esa gente.
Así que lo que tuviera que hacer, lo hacía. Estaba compartiendo con tipos que
estaban haciendo Carnaval y eran figuras desde antes de que naciera. Siempre me
trataron de manera espectacular, y hasta el día de hoy nos seguimos saludando
cuando nos cruzamos en los tablados”.
“ME MORÍA DE GANAS DE ENTRAR A LA MURGA”
“Seguía estando en Nazarenos porque al finalizar Carnaval el grupo se mantenía. Yo siempre me arrimaba a Curtidores con Gonzalo Imbert porque allí salía Álvaro, su hermano, y además estaba Martín Angiolini, que yo lo conocía de Arteatro. Yo me moría de ganas de entrar a la murga pero no había chance. En un momento con Gonzalo nos estábamos yendo para La Paloma en turismo, y me llega un mensaje de Álvaro que decía algo así como que me cuidara la garganta en la playa porque me iban a llamar de Curtidores. Me acuerdo que en su momento me lo tomé como un chiste, porque él sabía que yo tenía ganas de entrar en la murga. Pero al volver de las vacaciones me mandó otro mensaje que confirmó que era verdad, y tenía que ir al lugar de ensayo de la murga en esa semana. Me avisó que el Rafa Bruzzone se iba para Venezuela y que habían tirado mi nombre. Solo tenía que ir y cantar. Fui con tremendo cagazo. Tenía que estar a las 21:00 hs, y llegué como a las 18:30 hs al club. Pasa que siempre me gusta llegar antes a los ensayos, pero ese día se me fue un poco la mano (risas). Llegué y me puse a cantar la presentación del espectáculo 2008 llamado “Caos”. De repente me encontraba cantando con Fernando Ponce de un lado y con Roque Pérez del otro. No lo podía creer. Tenía 19 años y estaba cumpliendo mi sueño. Me acuerdo que ensayábamos para una actuación en el Moviecenter, donde la murga iba a presentar el disco de ese espectáculo. Esa fue mi primera actuación. Me dieron para cantar el tema de la botella que hacía el Zurdo en el 2006. Ahora te lo cuento y me erizo, porque no entendía nada de lo que estaba pasando. Luego giramos por Argentina presentando ese espectáculo, y retomamos los ensayos preparando el espectáculo 2009 llamado “Los Desilusionistas”. Ese Carnaval 2009 fue en el que hice más tablados, unos 140 y algo más o menos. Salimos terceros en el Concurso. Me acuerdo que al año siguiente salí en Carnaval con La Trasnochada y luego volví a Curtidores. Eso habla de cómo era el grupo. Durante esos años casi siempre salían los mismos integrantes en la murga, y eso hizo que se formara un vínculo muy fuerte. Los pocos que entraron en esos años fueron muy bien recibidos”.
¿CÓMO VIVISTE LA EXPERIENCIA DE SALIR EN MURGA LA
TRASNOCHADA?
“Tomé la decisión en un cumpleaños de un amigo mío, Santiago
Duarte, me acuerdo. La murga fue a cantar en su cumpleaños, la vi y pensé
“quiero salir con ellos”. Justo se había bajado el Diente (Damián Luzardo) y
quedaba un lugar. Me acuerdo que cuando le comuniqué a los Curtidores que me
iba, Freddy González me dijo: “En abril del año que viene, ¿volvés a la murga?”, y yo le dije que sí.
Siempre supe que me iba pero volvía. En el momento lo tomé como un chiste, pero
luego cuando se iba acercando la fecha él me mandaba mensajes. Incluso cuando
volví a la murga no tuve ni siquiera que hablar con (Daniel) Carluccio. Con La
Trasnochada pasamos un carnaval hermoso, y fue divino haberme dado el gustito
de salir con mis amigos”.
LA LLEGADA A ASALTANTES CON PATENTE
“La gente con la que fui para Asaltantes con Patente fue con
la que más me relacionaba no solo dentro de Curtidores de Hongos, sino que
también fuera de la murga. En Asaltantes salí con mucha gente con la que ya
tenía una muy buena relación. Me acuerdo que si bien tomé la decisión de irme
de Curtidores para Asaltantes, la noche posterior a tomar la decisión lloré
antes de dormir. Hoy por hoy ya no me pasaría eso si me voy de un conjunto. Me
dolería, pero no llegaría a ese punto luego de tomar una decisión. Con
Asaltantes se armó un grupo divino, y tuve la oportunidad de arrimar gente como
Gonzalito (Imbert). El proceso se coronó con el primer premio que fue algo
soñado. El que te diga que no le importa ganar, te miente. Porque que te den la
copa y te digan que ganaste te pone muy feliz. Igual eso te dura 3 o 4 días,
nomás, porque al quinto día ya estás en tu casa viendo qué hay para ver en la
tele, o colgando la ropa en el fondo. Hicimos un espectáculo precioso y conocí
a Carlos Tanco, una de las personas más inteligentes que he conocido en mi
vida. Me acuerdo de la claridad con la que nos explicaba cada uno de los
cuplés. Escucharlo era como escuchar a Hemingway. Tanbién conocí a Diego Bello con el que hasta el día de hoy
somos amigos, A Rafa Cotelo, El Alemán (Gerardo Dorado), Riquelme (Álvaro
Denino), Ronald Arismendi, el Rafa Perrone, Susana, su mujer, el Chino (Álvaro)
Recoba, etc. Fue el título al que menos cariño
le tomé porque no me generaba nada salir en Asaltantes con Patente,
aunque quizás no llegué a tomarle mucho cariño porque salimos solo un año con
ese título”.
¿QUÉ REPRESENTÓ PARA VOS EL AÑO 2014 CON DON TIMOTEO?
“Fue un año divino. Fue todo muy raro por el tema del
nombre, y las complicaciones que hubo con el título. Tuvimos que ensayar un
espectáculo en dos semanas para dar la prueba de admisión viniendo de ganar.
Luego de girar con el espectáculo de Asaltantes tuvimos que juntarnos a ensayar
todos los días para volver a entrar en el Carnaval. Fue como arrancar de
vuelta. La murga se reinventó y entró Pablito Aguirrezabal que le dio un aire fresco
a la murga que estaba tremendo. Para mí ese es el mejor espectáculo de murga en
el que participé, y está lejos de cualquier otro. Ese espectáculo tenía todo:
el vestuario, el maquillaje, la musicalidad, la letra, la crítica, la risa, la
emoción. Me acuerdo que Pinocho (Routin) terminó incluyendo una frase de
Marcelo Pallarés en la letra de la retirada. Pinocho le preguntó luego de un
ensayo a Marcelo qué edad tenia, y Marcelo le respondió diciéndole cuántos
carnavales tenía. Por eso la letra decía “…y contamos nuestros años, en años de
Carnaval…”. La retirada a nivel musical explotaba por todos lados. Para mí no
ha habido un primer premio como ese. Me pasó de ver el espectáculo hace poco
por YouTube y decir “¡Qué bueno que estaba esto!”. No me acordaba de la mayoría
de las cosas. En la vorágine durante ese mismo Carnaval no te dabas cuenta.
Hubo muchas cosas que canté ese año que las entendí después. El murguista por
lo general se preocupa por aprender y reproducir todo. Veía a esa Don Timoteo
2014 como una murga grande”.
¿HUBO ALGUNA MURGA EN ESPECIAL EN LA QUE TE SENTISTE MÁS
CÓMODO CANTANDO?
“Me he sentido cómodo en todas las murgas. Siempre tuve
buenos compañeros al lado y he aprendido a cantar con todos ellos. Me acuerdo
que llegar a Cayó la Cabra en ese sentido fue todo un desafío, porque era la
primera vez que iba a compartir la cuerda de sobreprimos con una mujer. Ahí
aprendí mucho a preocuparme más por el empaste, y el hecho de buscar un sonido.
Además Maira (Sepúlveda) es tremenda compañera. He estado mancado en varias
actuaciones y ella nunca me dejó tirado, siempre siguió cantando. Es una
compañera tremenda. Pero siempre he disfrutado de cantar con todos los
compañeros con los que he compartido algún Carnaval”.
¿ES VERDAD QUE ERAS UN POCO HINCHA DE CAYÓ LA CABRA DESDE
ANTES DE INTEGRAR LA MURGA?
“Sí (Risas). El primer contacto que tuve con Cayó la Cabra
fue en la prueba de admisión rumbo al Carnaval 2013 en el tablado del Defensor
Sporting. Yo iba a dar la prueba con Asaltantes con Patente, y Cayó la Cabra
actuaba antes que nosotros. La murga la rompió. El tablado estaba lleno porque
nos querían ver a nosotros. A las Cabras no las esperaba nadie e hicieron reír
mucho. Me acuerdo de escuchar a Carlitos Tanco mientras la murga actuaba, diciendo
“¡Nos están matando!”. Cuando subimos a dar la prueba con Asaltantes no se reía
nadie. Ya desde la primera vez que vi a Cayó la Cabra me sorprendió la forma
que tenía de hacer reír. Después de algún Teatro de Verano de las Cabras iba a
veces por el club Industria, que era el lugar donde la murga paraba. Un día me
compré una remera de la murga, y le compré otra al Gonza Imbert. Él todavía la
sigue teniendo. Siempre las Cabras me hicieron reír mucho. Aparte a mí siempre
me pasa que me cuesta reírme, y no me río con cualquier cosa. Pero con la murga
me revolcaba por el piso de la risa. Con Camilo Fernández siempre hablábamos y
él me tiraba: “Estaría bueno que algún año te sumaras a la murga”. En un
momento estando en Don Timoteo ya me sentía que quería probar salir con otra
gente. Hacía varios años que estaba saliendo con el mismo grupo. Para mí estar
en Timoteo en ese momento era como jugar en el Real Madrid y en el Barcelona al
mismo tiempo, pero necesitaba un cambio. Un día me escribió Camilo y me dijo
que se había bajado un sobreprimo de la murga. Lo pensé una noche y al otro día
le contesté que sí. La murga luego me votó para que me sumara. Le gané a Matías Bravo por 2 votos. ¡Cómo le erraron! (risas). Siempre lo jodo al Mati
con eso. Aparte él es un botija precioso de ojos claros, que se canta todo
(risas). Hasta el día de hoy me siento agradecido de estar en esta murga. Encontré
un lugar donde quiero proyectarme, y me encantaría vivir de Cayo la Cabra, y
poder viajar por el mundo haciendo murga. Me acuerdo que entré a la murga
pensando en que iba a salir en Carnaval y no sabía cuándo me iba a ir. Y ahora
estoy seguro de que no me voy a ir más. Se disfruta mucho estando en Cayó la
Cabra, y se pasa muy bien. La gente que
la integra es la que explica todo eso. Hay gente que está desde los inicios de
la murga y cuidan el proyecto con uñas y dientes. Acá sentí que me dieron la
oportunidad de mostrarme de otra manera, y tengo cierto protagonismo que me
encanta. Están buenísimos tanto los espectáculos que da la murga como la
repercusión que tiene con la gente y el cariño que se recibe”.
LUEGO DE ESTA RECORRIDA, ¿CUÁLES HAN SIDO LOS CARNAVALES QUE
MÁS DISFRUTASTE?
“Disfruté mucho el Carnaval 2007 con Gurrumines porque fue
el primero. Mi primer año en Curtidores también fue muy hermoso. Después en
2012 cuando festejamos los 100 años de los Hongos fue algo tremendo. El año
2015 con Timoteo fue muy especial, porque el Rafa Perrone y el Chino Recoba
deciden no sacar la murga, y Digo Bello toma la posta para sacar el título
porque el grupo no quería separarse. Ahí arrimamos a varios amigos: Fernando
Laforia, Pablo Cubiella, Alvarito Imbert, el negro Darío Píriz, el Canario
Villalba, etc. Pasamos un carnaval precioso. Luego estos últimos 2 años de Cayó
la Cabra fueron increíbles, sobre todo por lo que generó la murga en los
tablados, con la gente, y en el concurso”.
¿EN QUÉ MEDIDA EL CARNAVAL SE HA ENRIQUECIDO Y QUÉ LE
CAMBIARÍAS?
“El Carnaval se ha enriquecido técnicamente y se
profesionalizó. Se cuida mucho lo estético de los espectáculos. Hoy por hoy es
mucho más difícil escuchar a una murga desafinar, y eso es un mérito increíble del
crecimiento que ha tenido el Carnaval. Por otro lado, creo que debería cambiar
todo lo que quedó a la vista este año. Todas esas cosas chanchas y turbias de viejos
gordos. La plata, la ambición y el poder hacen mierda al Carnaval, y le sacan
credibilidad al arte. Para mí tiene que haber un cambio generacional en la
gente que gestiona el Carnaval, tal como está sucediendo con los artistas de
los conjuntos. La juventud tiene que empezar a tomar la posta en DAECPU y en la
Intendencia. Otro tema importante a cambiar es el tema de la cantidad de
tablados que hay. Que de lunes a jueves haya solo 5 tablados abiertos, hace que
te den ganas de tirarte debajo de un auto. De todas formas veo que las cosas
van cambiando de a poquito. Pero cuando cambien las cabecitas, van a haber
transformaciones reales. Y ojalá que si entra gente joven no se maree con los
papelitos”.
¿QUÉ ESTÁ PENDIENTE AÚN EN TU CARRERA ARTÍSTICA?
“No lo he pensado mucho. Lo próximo que espero es la vuelta
de Jaime (Roos). Quiero volver a cantar en el coro de Jaime. El año pasado
tuvimos una reunión en la casa de él, y supuestamente este año o el otro él iba
a volver a tocar y a grabar. Dentro de mi carrera artística ha sido el punto
máximo. Que te toque cantar Amor Profundo en el Teatro Solís o en el Gran Rex
es maravilloso. Lo que sí me gustaría hacer pero dentro de mucho tiempo sería
sacar Araca la Cana. Lo haría más que nada por mi padre y porque si no hubiera
escuchado a Araca la Cana de chico, hoy no sería murguista. Así que un año sacaría
a La Bruta con amigos. O sacaría a la murga joven La Perica en Carnaval en
algún momento. Pienso que eso se va a dar porque los que la integramos somos
jóvenes. Pero no hay apuro”.
GRACIAS AL CARNAVAL YO…
“Gracias al carnaval yo soy yo. No me imagino sin el
Carnaval, No me imagino un solo año sin subirme al Teatro de Verano. Si no
saliera en Carnaval, apagaría la tele y me iría a vivir a Copenhague (risas)”.
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