sábado, 13 de abril de 2019

PÁGINAS DE MOMO



MAXIMILIANO MÉNDEZ 






Si hay algo que el Carnaval siempre despierta es la pasión. La misma que puede hacer que un niño de 4 años que visita un ensayo de murga, decida en ese momento que quiere ser murguista. La misma que explica que un artista encuentre su lugar en el Carnaval de las Promesas, el Encuentro de Murga Joven y el Concurso Oficial del Carnaval, y casi sin darse cuenta entre en una rosca de la cual es prácticamente imposible salir sin irse “a vivir a Copenhague”. Esa llama continúa encendida en el corazón de Maximiliano “Pulpa” Méndez y todo parece indicar que tiene para rato. Desde el bar De Vida, abajo del viaducto del Paso Molino, lugar emblemático para él y su familia, confiesa que no está acostumbrado a hablar de sí mismo y la idea no le gusta mucho. De todas maneras la hora que prácticamente duró la charla echó por tierra totalmente esas palabras. Hoy integra la cuerda de sobreprimos en la murga Cayó la Cabra, pero para entender cuándo se produjo su enamoramiento con nuestra máxima fiesta popular, hay que remontarse a principios de la década del 90’.



¿CUÁLES SON TUS PRIMEROS RECUERDOS CARNAVALEROS?

“Mis primeros recuerdos carnavaleros tienen que ver con el barrio Paso Molino. En ese barrio ensayaba Araca la Cana. Mi padre fue cantinero de la murga desde que yo nací hasta que tuve 4 o 5 años. Junto con mi madre y mi tía manejaban la cantina en el predio del club Universal. Me acuerdo que íbamos mucho a comer al bar De Vida después de los ensayos. Así que mis primeros recuerdos carnavaleros transcurrieron en ese barrio pese a que soy del Cerro. Me acuerdo de escuchar en los ensayos a Julio Pérez. El primer sonido que recuerdo de una murga es la voz de Julio. Me acuerdo que salían el Memo Cortés, Mónica Santos, el negro Víctor, y dirigía Julio Julián. Pero recuerdo que la voz de Julio siempre sobresalía". 

¿TUVISTE O TENÉS ALGÚN ARTISTA DEL CARNAVAL COMO REFERENTE?

“En un principio mi referente fue Julio Pérez porque me crié escuchándolo. Después fui descubriendo más cantores que se terminaron convirtiendo en ídolos míos, y algunos hoy por hoy son amigos. Eso es espectacular. Te estoy hablando de Villalba, el Chato Ambrosio, el zurdo Bessio, el canario Pereira, etc. Siempre me maravillaron las voces agudas. Justo dio la casualidad de que es el rol que termino ocupando en las murgas. De chico jugaba a ser sobreprimo. Apretar la garganta y cantar pa’ arriba. Cada vez que veía a un sobreprimo cantando un solo me pasaban cosas. Luego entre que se terminó dando y un poco yo lo busqué, he tenido la posibilidad de siempre estar parado ahí en el medio de la murga”.

DESDE CHIQUITO, ¿SABÍAS QUE QUERÍAS SER MURGUISTA?

“Sí, claro. Siempre quise ser murguista. Me acuerdo que tenía mi traje de chico. Araca se vestía de cierta manera, y yo tenía un traje más chiquito. Cuando la murga iba al Teatro de Verano, yo iba con mi traje y maquillado de la misma forma. Yo quería estar ahí arriba parado con ellos. Después se fue dando de a poco lo de salir en Carnaval, tampoco lo busqué con desesperación. Arranqué a salir en el Carnaval de las Promesas, y luego tuve la suerte de caer en Arteatro que fue un lugar que me formó muchísimo cuando salí en Buby’s Bis. Cuando quise acordar ya estaba en Gurrumines, luego en Nazarenos, y de repente caí en Curtidores de Hongos. Se fue dando todo muy de a poco y muy rápido también porque con 19 años ya estaba cantando en Curtidores. Fue muy de golpe, pero muy de a poco si pienso que desde los 2 años siempre quise ser murguista. Fueron 17 años de espera (risas)”.

¿CÓMO FUE HABER PARTICIPADO EN EL CARNAVAL DE LAS PROMESAS?

“Al principio no entendía mucho qué era lo que pasaba porque arranqué en el Carnaval de las Promesas en 1996, con apenas 7 años. Sentía que estaba jugando a ser un artista carnavalero. Después estuve unos años sin salir porque me dediqué al Baby Fútbol, y cuando volví a salir lo hice en Villanos que era un conjunto de parodistas del Cerro. A los 13 o 14 años ya sabía que quería cantar, bailar y actuar, y dedicarme a eso en mi vida. Luego caí en parodistas Buby’s Bis y más que nada en Arteatro en donde aprendí muchísimas cosas. Era muy rico porque pasaba mucha gente talentosa por ahí, y yo trataba de sacarle lo mejor que podía a todos. Los años más lindos que viví fueron esos. Porque al salir en Carnaval mayor empezás a vivir otra presión, y otras responsabilidades. Pero en Carnaval de las Promesas tenías la chance de seguir jugando y divertirte. Hoy por hoy veo las cosas de otra manera, y de repente me caliento más”.

ME HAS HABLADO MUCHO SOBRE CONJUNTOS DE PARODISTAS, ¿TE GUSTA EL PARODISMO?

“Sí. Y me sigue gustando muchísimo. Me parece que es una categoría riquísima en cuanto a todo lo que se puede hacer. Podés cantar, bailar, actuar, etc. Me gusta muchísimo actuar y tanto en Gurrumines como en Nazarenos he tenido la chance de hacer alguna cosita. Disfruté muchísimo esos dos años en los que salí en parodistas ya estando en Carnaval. Ahora me pasa que no suelto la murga ni loco. Me gustaría volver a la categoría, pero no lo podría hacer. No aguantaría los ensayos bailando 3 horas sin parar. Aparte a mí me gusta el parodista completo. El que canta, baila y actúa”.

¿CÓMO LLEGÓ LA OPORTUNIDAD DE SALIR POR PRIMERA VEZ EN CARNAVAL CON PARODISTAS GURRUMINES?

“La oportunidad llega a través de Maxi Orta y de Martín Souza. Ellos formaron parte de Buby’s Bis durante muchos años, y el año que yo entro a los Buby’s Bis ellos deciden sacar a Gurrumines en Carnaval. Con los Buby’s Bis siempre actuábamos bastante durante el año en distintos períodos como las vacaciones de julio, me acuerdo. Siempre teníamos talleres de teatro y de canto, por lo que Arteatro era como nuestra casa. Un día Maxi y Martín fueron a verme actuar junto con Mario Orta que era el director responsable de Gurrumines. Mario es amigo de mi padre desde hace muchos años, pero a mí no me conocía en ese momento.  Al otro día me llamaron para ver si quería salir en el conjunto e inmediatamente dije que sí. Ese fue mi primer Carnaval. Me acuerdo clarito del primer desfile, el primer tablado y el primer Teatro de Verano con los Gurrumines. De primera ya salí con Pendota (Miguel Meneses), Fernando Serra, Nino Ibáñez, Luis Casalás, Fernando Vannet, etc. Después éramos todos gurises que estábamos dando nuestros primeros pasos en Carnaval. Algunos como Maxi, Martín y Marcos Lacaze ya habían salido en Carnaval algunos años. Pero casi todos estábamos arrancando. Hasta hoy el 80 o 90 % de ese grupo sigue saliendo en Carnaval. Algunos salen en La Trasnochada, y otros salen en otros conjuntos. Los Gurrumines fueron como una linda escuelita”.

SU PASAJE POR PARODISTAS NAZARENOS

“Al siguiente año Gurrumines no sale. Muchos quedamos sin conjunto. La gran mayoría se fue para Zíngaros. Muchos de ese grupo estábamos saliendo en La Trasnochada en Murga Joven. Damián Luzardo estaba en la murga y en Carnaval iba a salir en Zíngaros. Él fue el que me contactó con Miguel Villalba, y los que habíamos quedado medio en banda fuimos para un casting en Nazarenos. Uno de los encargados del casting era Carlos Viana a quien ya conocía desde mi etapa en Buby’s Bis, así que pasar esa prueba fue un poco más fácil (risas). A la semana ya estábamos saliendo en el conjunto. Salir con Aldo Martínez, Miguel Villalba, Fabián Villalba, el Colo (Ricardo) Aulet, fue tremendo. El resto de los compañeros éramos todos más o menos de la misma generación, y la mayoría de ellos sigue saliendo en algún conjunto de parodistas. Fue un carnaval re lindo. Me acuerdo que los ensayos de baile duraban 4 horas, igual. Porque buscaban la perfección. Después los resultados se terminaban viendo en el espectáculo. De las cosas más graciosas que recuerdo de ese año es que hacía de Bart Simpson y no hablaba en toda la parodia (risas). La otra parodia era Delmira Agustini. Me acuerdo que hacía de algún escritor que en algún momento le preguntaba algo a Delmira. Decía 2 o 3 bobadas, pero estaba buenísimo salir con toda esa gente. Así que lo que tuviera que hacer, lo hacía. Estaba compartiendo con tipos que estaban haciendo Carnaval y eran figuras desde antes de que naciera. Siempre me trataron de manera espectacular, y hasta el día de hoy nos seguimos saludando cuando nos cruzamos en los tablados”.

“ME MORÍA DE GANAS DE ENTRAR A LA MURGA”

“Seguía estando en Nazarenos porque al finalizar Carnaval el grupo se mantenía. Yo siempre me arrimaba a Curtidores con Gonzalo Imbert porque allí salía Álvaro, su hermano, y además estaba Martín Angiolini, que yo lo conocía de Arteatro. Yo me moría de ganas de entrar a la murga pero no había chance. En un momento con Gonzalo nos estábamos yendo para La Paloma en turismo, y me llega un mensaje de Álvaro que decía algo así como que me cuidara la garganta en la playa porque me iban a llamar de Curtidores. Me acuerdo que en su momento me lo tomé como un chiste, porque él sabía que yo tenía ganas de entrar en la murga. Pero al volver de las vacaciones me mandó otro mensaje que confirmó que era verdad, y tenía que ir al lugar de ensayo de la murga en esa semana. Me avisó que el Rafa Bruzzone se iba para Venezuela y que habían tirado mi nombre. Solo tenía que ir y cantar. Fui con tremendo cagazo. Tenía que estar a las 21:00 hs, y llegué como a las 18:30 hs al club. Pasa que siempre me gusta llegar antes a los ensayos, pero ese día se me fue un poco la mano (risas). Llegué y me puse a cantar la presentación del espectáculo 2008 llamado “Caos”. De repente me encontraba cantando con Fernando Ponce de un lado y con Roque Pérez del otro. No lo podía creer. Tenía 19 años y estaba cumpliendo mi sueño. Me acuerdo que ensayábamos para una actuación en el Moviecenter, donde la murga iba a presentar el disco de ese espectáculo. Esa fue mi primera actuación. Me dieron para cantar el tema de la botella que hacía el Zurdo en el 2006. Ahora te lo cuento y me erizo, porque no entendía nada de lo que estaba pasando. Luego giramos por Argentina presentando ese espectáculo, y retomamos los ensayos preparando el espectáculo 2009 llamado “Los Desilusionistas”. Ese Carnaval 2009 fue en el que hice más tablados, unos 140 y algo más o menos. Salimos terceros en el Concurso.  Me acuerdo que al año siguiente salí en Carnaval con La Trasnochada y luego volví a Curtidores. Eso habla de cómo era el grupo. Durante esos años casi siempre salían los mismos integrantes en la murga, y eso hizo que se formara un vínculo muy fuerte. Los pocos que entraron en esos años fueron muy bien recibidos”.

¿CÓMO VIVISTE LA EXPERIENCIA DE SALIR EN MURGA LA TRASNOCHADA?

“Tomé la decisión en un cumpleaños de un amigo mío, Santiago Duarte, me acuerdo. La murga fue a cantar en su cumpleaños, la vi y pensé “quiero salir con ellos”. Justo se había bajado el Diente (Damián Luzardo) y quedaba un lugar. Me acuerdo que cuando le comuniqué a los Curtidores que me iba, Freddy González me dijo: “En abril del año que viene,  ¿volvés a la murga?”, y yo le dije que sí. Siempre supe que me iba pero volvía. En el momento lo tomé como un chiste, pero luego cuando se iba acercando la fecha él me mandaba mensajes. Incluso cuando volví a la murga no tuve ni siquiera que hablar con (Daniel) Carluccio. Con La Trasnochada pasamos un carnaval hermoso, y fue divino haberme dado el gustito de salir con mis amigos”.  

LA LLEGADA A ASALTANTES CON PATENTE

“La gente con la que fui para Asaltantes con Patente fue con la que más me relacionaba no solo dentro de Curtidores de Hongos, sino que también fuera de la murga. En Asaltantes salí con mucha gente con la que ya tenía una muy buena relación. Me acuerdo que si bien tomé la decisión de irme de Curtidores para Asaltantes, la noche posterior a tomar la decisión lloré antes de dormir. Hoy por hoy ya no me pasaría eso si me voy de un conjunto. Me dolería, pero no llegaría a ese punto luego de tomar una decisión. Con Asaltantes se armó un grupo divino, y tuve la oportunidad de arrimar gente como Gonzalito (Imbert). El proceso se coronó con el primer premio que fue algo soñado. El que te diga que no le importa ganar, te miente. Porque que te den la copa y te digan que ganaste te pone muy feliz. Igual eso te dura 3 o 4 días, nomás, porque al quinto día ya estás en tu casa viendo qué hay para ver en la tele, o colgando la ropa en el fondo. Hicimos un espectáculo precioso y conocí a Carlos Tanco, una de las personas más inteligentes que he conocido en mi vida. Me acuerdo de la claridad con la que nos explicaba cada uno de los cuplés. Escucharlo era como escuchar a Hemingway.   Tanbién conocí a Diego Bello con el que hasta el día de hoy somos amigos, A Rafa Cotelo, El Alemán (Gerardo Dorado), Riquelme (Álvaro Denino), Ronald Arismendi, el Rafa Perrone, Susana, su mujer, el Chino (Álvaro) Recoba, etc. Fue el título al que menos cariño  le tomé porque no me generaba nada salir en Asaltantes con Patente, aunque quizás no llegué a tomarle mucho cariño porque salimos solo un año con ese título”.

¿QUÉ REPRESENTÓ PARA VOS EL AÑO 2014 CON DON TIMOTEO?

“Fue un año divino. Fue todo muy raro por el tema del nombre, y las complicaciones que hubo con el título. Tuvimos que ensayar un espectáculo en dos semanas para dar la prueba de admisión viniendo de ganar. Luego de girar con el espectáculo de Asaltantes tuvimos que juntarnos a ensayar todos los días para volver a entrar en el Carnaval. Fue como arrancar de vuelta. La murga se reinventó y entró Pablito Aguirrezabal que le dio un aire fresco a la murga que estaba tremendo. Para mí ese es el mejor espectáculo de murga en el que participé, y está lejos de cualquier otro. Ese espectáculo tenía todo: el vestuario, el maquillaje, la musicalidad, la letra, la crítica, la risa, la emoción. Me acuerdo que Pinocho (Routin) terminó incluyendo una frase de Marcelo Pallarés en la letra de la retirada. Pinocho le preguntó luego de un ensayo a Marcelo qué edad tenia, y Marcelo le respondió diciéndole cuántos carnavales tenía. Por eso la letra decía “…y contamos nuestros años, en años de Carnaval…”. La retirada a nivel musical explotaba por todos lados. Para mí no ha habido un primer premio como ese. Me pasó de ver el espectáculo hace poco por YouTube y decir “¡Qué bueno que estaba esto!”. No me acordaba de la mayoría de las cosas. En la vorágine durante ese mismo Carnaval no te dabas cuenta. Hubo muchas cosas que canté ese año que las entendí después. El murguista por lo general se preocupa por aprender y reproducir todo. Veía a esa Don Timoteo 2014 como una murga grande”.

¿HUBO ALGUNA MURGA EN ESPECIAL EN LA QUE TE SENTISTE MÁS CÓMODO CANTANDO?

“Me he sentido cómodo en todas las murgas. Siempre tuve buenos compañeros al lado y he aprendido a cantar con todos ellos. Me acuerdo que llegar a Cayó la Cabra en ese sentido fue todo un desafío, porque era la primera vez que iba a compartir la cuerda de sobreprimos con una mujer. Ahí aprendí mucho a preocuparme más por el empaste, y el hecho de buscar un sonido. Además Maira (Sepúlveda) es tremenda compañera. He estado mancado en varias actuaciones y ella nunca me dejó tirado, siempre siguió cantando. Es una compañera tremenda. Pero siempre he disfrutado de cantar con todos los compañeros con los que he compartido algún Carnaval”.

¿ES VERDAD QUE ERAS UN POCO HINCHA DE CAYÓ LA CABRA DESDE ANTES DE INTEGRAR LA MURGA?

“Sí (Risas). El primer contacto que tuve con Cayó la Cabra fue en la prueba de admisión rumbo al Carnaval 2013 en el tablado del Defensor Sporting. Yo iba a dar la prueba con Asaltantes con Patente, y Cayó la Cabra actuaba antes que nosotros. La murga la rompió. El tablado estaba lleno porque nos querían ver a nosotros. A las Cabras no las esperaba nadie e hicieron reír mucho. Me acuerdo de escuchar a Carlitos Tanco mientras la murga actuaba, diciendo “¡Nos están matando!”. Cuando subimos a dar la prueba con Asaltantes no se reía nadie. Ya desde la primera vez que vi a Cayó la Cabra me sorprendió la forma que tenía de hacer reír. Después de algún Teatro de Verano de las Cabras iba a veces por el club Industria, que era el lugar donde la murga paraba. Un día me compré una remera de la murga, y le compré otra al Gonza Imbert. Él todavía la sigue teniendo. Siempre las Cabras me hicieron reír mucho. Aparte a mí siempre me pasa que me cuesta reírme, y no me río con cualquier cosa. Pero con la murga me revolcaba por el piso de la risa. Con Camilo Fernández siempre hablábamos y él me tiraba: “Estaría bueno que algún año te sumaras a la murga”. En un momento estando en Don Timoteo ya me sentía que quería probar salir con otra gente. Hacía varios años que estaba saliendo con el mismo grupo. Para mí estar en Timoteo en ese momento era como jugar en el Real Madrid y en el Barcelona al mismo tiempo, pero necesitaba un cambio. Un día me escribió Camilo y me dijo que se había bajado un sobreprimo de la murga. Lo pensé una noche y al otro día le contesté que sí. La murga luego me votó para que me sumara. Le gané a Matías Bravo por 2 votos. ¡Cómo le erraron! (risas). Siempre lo jodo al Mati con eso. Aparte él es un botija precioso de ojos claros, que se canta todo (risas). Hasta el día de hoy me siento agradecido de estar en esta murga. Encontré un lugar donde quiero proyectarme, y me encantaría vivir de Cayo la Cabra, y poder viajar por el mundo haciendo murga. Me acuerdo que entré a la murga pensando en que iba a salir en Carnaval y no sabía cuándo me iba a ir. Y ahora estoy seguro de que no me voy a ir más. Se disfruta mucho estando en Cayó la Cabra, y se pasa muy bien. La gente que la integra es la que explica todo eso. Hay gente que está desde los inicios de la murga y cuidan el proyecto con uñas y dientes. Acá sentí que me dieron la oportunidad de mostrarme de otra manera, y tengo cierto protagonismo que me encanta. Están buenísimos tanto los espectáculos que da la murga como la repercusión que tiene con la gente y el cariño que se recibe”.

LUEGO DE ESTA RECORRIDA, ¿CUÁLES HAN SIDO LOS CARNAVALES QUE MÁS DISFRUTASTE?

“Disfruté mucho el Carnaval 2007 con Gurrumines porque fue el primero. Mi primer año en Curtidores también fue muy hermoso. Después en 2012 cuando festejamos los 100 años de los Hongos fue algo tremendo. El año 2015 con Timoteo fue muy especial, porque el Rafa Perrone y el Chino Recoba deciden no sacar la murga, y Digo Bello toma la posta para sacar el título porque el grupo no quería separarse. Ahí arrimamos a varios amigos: Fernando Laforia, Pablo Cubiella, Alvarito Imbert, el negro Darío Píriz, el Canario Villalba, etc. Pasamos un carnaval precioso. Luego estos últimos 2 años de Cayó la Cabra fueron increíbles, sobre todo por lo que generó la murga en los tablados, con la gente, y en el concurso”.

¿EN QUÉ MEDIDA EL CARNAVAL SE HA ENRIQUECIDO Y QUÉ LE CAMBIARÍAS?

“El Carnaval se ha enriquecido técnicamente y se profesionalizó. Se cuida mucho lo estético de los espectáculos. Hoy por hoy es mucho más difícil escuchar a una murga desafinar, y eso es un mérito increíble del crecimiento que ha tenido el Carnaval. Por otro lado, creo que debería cambiar todo lo que quedó a la vista este año. Todas esas cosas chanchas y turbias de viejos gordos. La plata, la ambición y el poder hacen mierda al Carnaval, y le sacan credibilidad al arte. Para mí tiene que haber un cambio generacional en la gente que gestiona el Carnaval, tal como está sucediendo con los artistas de los conjuntos. La juventud tiene que empezar a tomar la posta en DAECPU y en la Intendencia. Otro tema importante a cambiar es el tema de la cantidad de tablados que hay. Que de lunes a jueves haya solo 5 tablados abiertos, hace que te den ganas de tirarte debajo de un auto. De todas formas veo que las cosas van cambiando de a poquito. Pero cuando cambien las cabecitas, van a haber transformaciones reales. Y ojalá que si entra gente joven no se maree con los papelitos”.

¿QUÉ ESTÁ PENDIENTE AÚN EN TU CARRERA ARTÍSTICA?

“No lo he pensado mucho. Lo próximo que espero es la vuelta de Jaime (Roos). Quiero volver a cantar en el coro de Jaime. El año pasado tuvimos una reunión en la casa de él, y supuestamente este año o el otro él iba a volver a tocar y a grabar. Dentro de mi carrera artística ha sido el punto máximo. Que te toque cantar Amor Profundo en el Teatro Solís o en el Gran Rex es maravilloso. Lo que sí me gustaría hacer pero dentro de mucho tiempo sería sacar Araca la Cana. Lo haría más que nada por mi padre y porque si no hubiera escuchado a Araca la Cana de chico, hoy no sería murguista. Así que un año sacaría a La Bruta con amigos. O sacaría a la murga joven La Perica en Carnaval en algún momento. Pienso que eso se va a dar porque los que la integramos somos jóvenes. Pero no hay apuro”.

GRACIAS AL CARNAVAL YO…

“Gracias al carnaval yo soy yo. No me imagino sin el Carnaval, No me imagino un solo año sin subirme al Teatro de Verano. Si no saliera en Carnaval, apagaría la tele y me iría a vivir a Copenhague (risas)”.


  
   



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