miércoles, 18 de mayo de 2016

PÁGINAS DE MOMO - PABLO RIQUERO



Hace un par de años que al llegar febrero no se lo ve arriba de los escenarios. Director y arreglador coral de vasta trayectoria en nuestra fiesta máxima, pese a su corta edad (32 años). Su peculiar forma de dirigir, y su trabajo a nivel de arreglos lo han transformado en un artista influyente para las nuevas generaciones dentro del género murguero. Un enamorado del estilo de murga de Sayago, y su laureada Contrafarsa, murga a la cual supo integrar en 2006. Su trajín en el reino de momo abarca también títulos como Metele que son Pasteles, Falta y Resto, La Gran Muñeca, La Cofradía, Curtidores de Hongos, y Don Timoteo, donde obtuvo el primer premio de la categoría (2014). Hoy, vinculado al carnaval desde el rol de colaborador, y viéndolo desde la platea, se encuentra abocado al lanzamiento de su primer disco, el cual será el fruto de una carrera musical paralela a su trabajo en las carnestolendas. La grabación del álbum está realizándose en Buenos Aires, por lo que hoy por hoy alterna su lugar de estadía “cruzando el charco”, como se dice habitualmente. Pese al trabajo y dedicación que supone la tarea en la que se halla inmerso en estos momentos, Pablo Riquero, tuvo la amabilidad de charlar sobre su experiencia en carnaval y los proyectos venideros.

¿A RAÍZ DE QUÉ TOMASTE LA DECISIÓN DE NO SALIR, Y CÓMO ESTÁS VIVIENDO EL CARNAVAL SIN ESTAR ARRIBA DE LAS TABLAS?

“La decisión de no salir fue principalmente por un proyecto que estoy haciendo que es la grabación de un disco solista. Lo estoy grabando en Buenos Aires, así que eso implica tener que estar allá, dedicarle tiempo, viajar, y prepararlo. Mi ausencia en los dos últimos carnavales fue por eso, para concentrar la energía y la focalización en el disco, y no tanto en carnaval, que es un lugar muy bonito donde uno disfruta, y aprende, pero a la vez lleva mucho tiempo, tenés que juntarte muchos meses; y la tarea del director, de arreglar y dirigir lleva tiempo no solo en el ensayo, si no que en su casa, pensando las músicas, y los arreglos. Toda esa energía que requería salir, la quería destinar  para el disco. También quise descansar un poco. Hacía quince años, contando cuando participé del Encuentro de Murga Joven, que no paraba, y todos los años salía. Me sentí bien no saliendo, porque uno desde afuera puede aportar, y ver cosas que desde adentro, cuando se está saliendo en carnaval, no las ve. En primer término, los espectáculos. Uno cuando está saliendo no puede ver a los colegas, y estos últimos dos años pude ver muchos, pude trabajar desde afuera con Cayó la Cabra y Metele que son Pasteles, haciendo arreglos y participando de alguna cosa de los textos, y eso también está bueno, porque uno se vincula a carnaval pero no directamente”.

¿HA MUTADO EL TRABAJO A NIVEL DE ARREGLOS, EN QUÉ ASPECTOS CONSIDERÁS QUE HAS CRECIDO EN ESE ASPECTO?

“Lo que pudo haber mutado con respecto a los arreglos y la musicalidad es la efectividad, y la funcionalidad para con el texto. Ahora se trata de reducir la complejidad de arreglos, y que la música sea funcional, se acerque más a la gente, y tenga un efecto de conexión con el público. Entonces la música a veces suele ser un poco banal y sencilla, se pierde el gusto sobre algunas cosas, y el mensaje musical se vuelve muy panfleto. Es un estilo, y está bueno que pase, porque genera mayor comunicación a veces. Las murgas que buscan un equilibrio entre estas dos cosas, me gustan más. El laburo con Cayó la Cabra y Metele que son Pasteles siempre es muy lindo, porque son murgas que me gustan mucho, y tienen un equilibrio con respecto a esto que te estoy hablando. Creo que las Cabras son un poquito más funcionales, es su estilo,  generan mucha risa, y captan mucho público. Eso no es fácil, muchas murgas lo tratan de hacer y se les complica. Paralelamente a la murga he ido tocando, componiendo, arreglando no solo murga, sino que también otros grupos, tocando en bandas, y como solista, entonces todo lo que eso me puede enriquecer, trato de volcarlo a la murga. Si he aprendido, ha sido muy poquito, y me falta aprender un montón, tratando de desarrollar todas las cosas que he ido agarrando de mi experiencia musical. Es muy difícil sorprender con arreglos ahora, porque se han hecho cosas muy buenas. Entonces ¿Cómo uno llega a arreglar y hacer algo distinto?, eso me lo cuestiono cada vez que empiezo a arreglar”.

LA IMPORTANCIA DEL GRUPO TÉCNICO

“Hay murgas que son tradicionales en su concepción, y hay algo importante que son los grupos técnicos. Antes las murgas contrataban a un solo letrista, o dos. Cuando hay un buen grupo técnico, las ideas se potencian, y la funcionalidad se aplica muy equilibrada. En el caso de Don Timoteo había un tremendo grupo técnico, por eso particularmente el espectáculo me gustaba, y rindió. Las Cabras y los Pasteles también tienen un buen grupo técnico. Después Curtidores es más tradicional, y tuvo su etapa de más comunicación cuando el grupo técnico estaba conformado por Freddy González, y otros compañeros. Me parece que cuando eso se pierde, se nota en el espectáculo. Lo fundamental es mantenerlo, o ir hacia la búsqueda de conformar un grupo para que la murga esté realmente abrochada en textos, musicalidad, y todo lo que implica el género”.

¿TENÉS ALGÚN DIRECTOR ESCÉNICO REFERENTE?

“Hay muchos directores que me gustan. Creo que hay uno que ha trascendido y tiene una vigencia hasta ahora porque generó algo distinto. Creo que estaba totalmente adelantado en la época que dirigía por el aspecto de ser músico. Ha dirigido y arreglado pero paralelamente ha hecho una carrera como músico acompañando a muchos artistas, bandas, y grupos de la música popular muy conocidos, y además es percusionista, claramente me refiero a Pitufo (Edú Lombardo). Armó cosas muy interesantes con respecto a lo coral y a lo musical en la murga, y abrió todo un abanico de aprendizaje para los que venimos después. Las cosas que ha hecho el último año que salió, siguen estando vigentes, y me parece que la riqueza que el tipo plantea al momento de arreglar es muy influyente, y me gusta mucho”.

¿Y ALGUNA MURGA QUE TE HAYA MARCADO?

“Por los años 1998, y 1999, la primer murga que conocí fue Diablos Verdes, porque los talleristas salían ahí, Charly Álvarez, Marcos Suárez, y Albino Almirón. Medio que me hice hincha de la murga, y la seguí en el 2000. Hasta que después conocí a Contrafarsa, y me enamoré de ella. La empecé a seguir, y me maravillé con los arreglos, y quedé como conectado a ese estilo de murga, al de Sayago. Después estuve en La Cofradía dos años, que era un guiño a todo eso, sabiendo claramente que no éramos Contrafarsa, ni pretendíamos serlo”.

EL FORMATO DE LA MURGA

“Es muy rico el género murguero. Cantar en coro, con compañeros al lado, y sentir la armonía, el decir cosas con humor, armar un espectáculo mediante un colectivo, eso ya es muy lindo y atrapa. Por ejemplo en Argentina hay mucha gente que se siente seducida por el género por lo que es. Un colectivo cantando, una batería sonando atrás, alguien que dirige. Todo ese formato es muy bonito, y  me gusta mucho. Como arreglador  y como director, trabajar sobre el coro, escuchando las armonías, y plasmar en un ensayo lo que uno trabaja en su casa y que suene, es una de las cosas que más me gustan cuando salgo. Después está la conexión con la gente en los tablados. Estar frente a la murga, o cantando y sentir el coro. No solo se tienen que dar las cosas desde lo técnico, sino que más que nada desdelo humano. Cuando uno sale con un grupo y está contento, lo disfruta mucho más”.

¿QUÉ LE HA APORTADO EL CARNAVAL TANTO A TU VIDA COMO A TU CARRERA MUSICAL?

“Humanamente me aportó muchísimo, porque tengo muchos amigos que conocí en carnaval. Aprendí muchísimo de ellos artísticamente también. A nivel musical también me aportó. Compongo desde antes de salir en carnaval, desde los doce años que toco guitarra, y el género murguero, el cantar de esa forma, impostar, escuchar murga, trabajar en arreglos, todo eso uno lo va aprendiendo, y lo va volcando a lo musical. Desde ahí salen aires murgueros en algunos temas. No hago temas murgueros específicamente, pero aires de eso vienen. He aprendido de escuchar y ver a muchos amigos con los que he salido, y otros que los he visto en escenarios. El perseguir cada cosa, cada arreglo que hace tal o cual director y a mí me gusta,  uno lo vuelca al acto de componer y también le rinde”.

¿EN QUÉ MOMENTO EMPEZÓ A TOMAR FUERZA EN TU CABEZA EL HECHO DE SACAR TU PRIMER DISCO?

“Empecé a componer, y siempre mi tarea fue en aquel momento, a los catorce o quince años, registrar en un disco lo que hacía. Me iba a un estudio, pagaba dos horas, e iba con trece temas que había compuesto y los grababa con la guitarra y algún arreglito. Ahí fui generando demos que los fui registrando en AGADU. Desde ese momento siempre tuve el interés de grabar un disco. Se me fueron acumulando muchas canciones, entonces al momento de elegir hoy una lista definitiva para el primer disco con calidad profesional, me cuesta muchísimo porque tengo que elegir temas de toda una época. Nunca lo había hecho hasta ahora porque no me sentía maduro para poder hacerlo, por inseguridades, y dudas, o porque no se dio el proyecto. No creo que ahora me sienta maduro para grabar, pero llegó  un momento en el que  sentí que algunos más viejos, y otros que he hecho últimamente tienen que estar en un disco”.

EL PROCESO DE GRABACIÓN

“Las dudas no se van, y permanecen siempre. A veces se van a dar una vuelta manzana y yo me alivio un poco, y concreto algunas cosas. Está buenísimo grabar un disco. Lo estoy grabando en Buenos Aires porque hace diez años que voy a tocar ahí. Tengo amigos, como el percusionista que graba conmigo, Agustín Lumerman, que es un joven talento que ha grabado muchos discos, y tiene mucha experiencia. Con él estamos armando todo el disco a dúo, percusión y guitarra. Algún otro amigo grabó también guitarra y contrabajo, y tuvimos el honor de que venga Pitufo a grabar un tema, que ya lo habíamos cantado con él en 2009, en ese momento lo invité, y ahora la grabamos. Estoy muy agradecido de que pueda participar del disco, es muy gentil y generoso, justo coincidió que él iba a tocar allá, y grabó. Disfruto mucho. Es difícil a veces porque escucharse es complicado, y aceptarse como uno es, en los aciertos y errores. Jaime (Roos) decía que en el momento de escuchar y decidir una canción hay que ser como un niño, te tiene que gustar, y generar algo. Ir a lo simple y sencillo. Estamos en el proceso de mezcla, que es un poco difícil porque hay temas que uno compuso hace muchos años que quiere que vayan al disco, pero como lo grabamos en un estudio en vivo, se hicieron muchas tomas, y algunas capaz que no quedaron del todo bien, entonces hay temas que están peligrando no ir al disco. Escuché una vez decir a (Jorge) Drexler que las canciones antes de ser grabadas tienen infinitas posibilidades en sus formas, en cómo hacerlas, metiéndole tantos instrumentos, tal estructura, cantándolas de una forma, etc. Pero cuando llega el momento de grabarlas, y elegirlas para el disco, las infinitas posibilidades se van, y queda solo una que es la que tiene que ir al disco. Uno siente cierta angustia sobre eso también, y alegría al mismo tiempo, es una mezcla. Pero bueno, en general es positivo, estamos contentos porque va a salir el disco ahora en noviembre seguramente”.

SUS INFLUENCIAS

“He escuchado de todo un poco. Me gusta mucho la música uruguaya. Buscar información, aprende, y conocer un poco de adentro todo lo que es nuestro, lo que nació de acá, la música folclórica, criolla. Tengo muchos autores que me gustan; (Alfredo) Zitarrosa, (Eduardo) Mateo, Fernando Cabrera, Jaime, Pitufo, Drexler, Jorge Galemire, Ruben Olivera, (Rubén) Rada. Eso evidentemente genera cierta influencia en el momento de componer. Uno va queriendo no imitar, pero tomar preferencia sobre ese estilo de música. Es imposible ser igual a otro, y querer ser, no se lo recomiendo a nadie. En esa búsqueda de querer acercarse  a la música que a uno le gusta, vas generando tu propio estilo. Estoy en ese proceso, tratando de generar mi propio estilo musical de canciones. Toda esta gente también ha hecho lo mismo, cuando arrancaron se veían influenciados por otros músicos de otra generación. Así es como funciona la cosa”.

¿CON QUÉ SE VA A ENCONTRAR LA GENTE AL OIR EL DISCO?

“Mientras no se asuste la gente ni huya rompiendo el disco y el grabador (risas). No, se va a encontrar con canciones viejas, y algunas canciones nuevas. Cuando digo canciones viejas, me refiero a la época mía de 20 y poco de años, ahora tengo 32. Canciones desde hace 10 años, o un poquito más. Tienen diferentes estilos. No es un disco murguero, ni hay canciones de ese estilo, a pesar de mi pasaje por carnaval. Solo hay alguna que puede tener una pancada como un guiño al candombe. Es un estilo de música uruguaya, rioplatense, canciones urbanas. Me considero más cancionista que cantautor, me gusta mucho hacer canciones. Eso es lo que voy a tratar de plasmar en este disco. Canciones de distintos estilos, y de diversas épocas”.


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