DON TIMOTEO
Mucha expectativa ha sido la generada por la murga “Don
Timoteo” para este Carnaval 2017, a raíz de una renovación en su plantel,
incorporando figuras emblemáticas del género murguero y la escena carnavalera.
Edú “Pitufo” Lombardo, Marcel Keoroglián, Martín ”Laucha” Sacco, y el
entrevistado, Pablo “Pinocho” Routin, forman parte del grupo creativo de la
murga, aunque las decisiones artísticas siempre se colectivizaron. De este modo
llega “Mamá yo quiero, mamá”, a los distintos escenarios de la fiesta de momo.
Un espectáculo que atraviesa por distintos pasajes de humor, crítica y sátira,
volcados en escena por las “madres” de los murguistas que luego de cantar el
saludo dejan un bache en el escenario que debe ser cubierto. El diálogo con el
ex integrante de “A Contramano”, y “Falta y Resto”, entre otros, paseó por los
confines de este nuevo proyecto artístico que ve la luz en febrero, así como
también por pensamientos y sentimientos
consecuentes con su trayectoria en carnaval.
¿CÓMO SE DIO TU LLEGADA A “DON TIMOTEO”?
“Tenía resuelto no salir. Estaba con intenciones de hacer la
puesta en escena de Cayó la Cabra como el año pasado. Me llamó Pitufo (Edú Lombardo), y me
planteó que estaría bueno que pudiéramos salir juntos. Me dijo “Es ahora o
nunca”. Hace un par de años que andamos con la idea en la cabeza de volver a
salir juntos. Él me había invitado para integrar “Asaltantes con Patente” en
2007, y en ese momento preferí quedarme en “A Contramano”. Conozco a la barra
de Don Timoteo, que la quiero pila, y conozco cómo es el ambiente. Además está
Marcel Keoroglián, por quien tengo una admiración bárbara. Me interesó que la
creación iba a ser bastante colectiva, entonces resolví salir por un montón de
factores”.
¿CÓMO FUE ATRAVESAR EL PROCESO CREATIVO?
“El proceso fue largo
y lindísimo. Empezamos en junio a definir ideas de por dónde podía ir el
espectáculo. Una vez que se resolvió la idea central y el hilo argumental del
asunto, comenzamos a escribir. Me gustan los procesos de creación de los
espectáculos. Sobre todo cuando el ambiente está bueno, hay capacidad de laburo
y ganas. Todo eso estuvo presente en Don Timoteo. Cuando se estrena y se
muestra pasa a ser otra cosa, y es como una repetición de lo que fuiste
creando. Pero el proceso inicial es súper lindo”.
EL MODO DE ESCRIBIR
“Escribo varias
versiones de una misma cosa. Me considero exigente, y no me quedo con lo
primero. De todas maneras hay textos que vienen de una y los escribís, y quedan
bien. También nada te garantiza que trabajando tres meses en el texto, después
esté bueno. Me gusta atacar el mismo tema por diferentes lugares, para ver qué
posibilidades me ofrecen la temática y la música. Las melodías ya de por sí te
sugieren un tipo de texto. Luego uno toma la decisión de quedarse con una de
las piezas”.
EL TRABAJO COLECTIVO
“No sé si eso se traslada hacia el público. No conozco otra
forma de trabajo. En los lugares donde he trabajado, he sido abierto a las
opiniones, y he estado dispuesto a cambiar lo que sea. El objetivo final
siempre es crear un buen espectáculo. No soy de esas personas que cree que
tiene la última palabra estética respecto a ese tipo de decisiones. Vos podés
crear un texto súper elaborado, y en el ensayo a alguien se le ocurrió una idea
brillante en un segundo, y hay que estar abierto; no solo con gente que forma
parte del grupo de la murga, si no con algún vecino también. Me ha tocado
recibir comentarios de vecinos que me han cambiado el rumbo de una cosa que
había escrito. La murga tiene a eso dentro de su folklore; un mes y medio de
ensayos abiertos donde la gente opina sobre lo que está viendo. Eso no pasa en el
ámbito teatral, por ejemplo. Está bueno usar eso a favor, aunque también siento
que alguien en algún momento tiene que tomar una decisión, y decir “Hasta acá
llegamos, vamos a poner esto”. Cuando llega ese momento, trato de decidir con
coherencia”.
¿QUÉ LE ESTÁ APORTANDO “DON TIMOTEO” A TU CARRERA ARTÍSTICA?
“Don Timoteo tiene una frescura impresionante en su plantel.
Salvo los más veteranos que somos nosotros, Pitufo, Marcelo Pallarés, Marcel
Keoroglián, Ronald Arismendi y yo. Después casi todos tienen poco más de veinte
años. Está aportando esa energía joven, y ese amor por el carnaval desde otras
generaciones. Es una inyección muy buena, porque a estos carnavales los vivo de
manera muy intensa, porque son como los últimos. Cuando uno se plantea salir
sabe que tiene que tener una dedicación de siete u ocho meses, y como está
armada la vida de uno a veces no tenés la posibilidad de meter un carnaval en
el medio, con la energía que necesita. El carnaval es para disfrutarlo, y no
para padecerlo. Nunca había salido en un grupo con una generación tan joven, y
personas que podrían ser mis hijos, por ejemplo. En “A Contramano” el promedio
de edad estaba entre 45 y 50 años, y en otras murgas que he salido compartía con
gente de mi generación”.
¿QUÉ MOMENTOS VIVIDOS EN CARNAVAL PERDURAN EN TU RETINA COMO
LOS MÁS DISFRUTABLES?
“Equivocadamente uno se va quedando con lo que considera más
cercano a la felicidad. Pero la vida también está construida con otras cosas.
Cuando pienso en el carnaval también me gusta encontrarme con esos fracasos
artísticos. Cosas que quise plasmar arriba de un escenario, y que no lograron
convencer. Hubo años donde escribí cosas que no fueron bien recibidas, o no se
entendieron, y me quedo con ellas también. Porque te podría decir: “Me quedo
con el espectáculo “La Familia” de A contramano en 2009”, pero sería como
contar las ganadas en el sentido de que fue un año de mucha felicidad y
contacto con el público. Pero hay otros años en donde te va mal a nivel de
concurso, hacés pocos tablados, y no se entiende la propuesta. Me quedo más con
esos momentos, que con los momentos en los que todo rueda bien. Uno se va
haciendo letrista, puestista, y artista de a poco, y no de un día para el otro.
Esas cosas forman parte del proceso”.
¿QUÉ ES LO QUE MÁS DISFRUTÁS DEL CARNAVAL?
“El encuentro con la gente es muy disfrutable, sobre todo el
hecho de saber que estoy formando parte de una fiesta popular. Ir a los
tablados y encontrarte con la gente que está ahí, con la familia, con los
niños, etc. Ese es el carnaval. Después pasan otras cosas como el concurso, el
Teatro de Verano, el periodismo de carnaval, los medios de comunicación, los
hinchas, los comentarios, y todo eso del carnaval que no me molesta porque me
parece que es parte del gran juego que se está planteando. Está bien que eso
exista, y cada uno sabe dónde se posiciona. Trato de ubicarme en el lugar del
disfrute de cada noche, de que esté la gente esperando en el tablado, de cantar
e intentar ser útil. Hay una cuestión social emparentada con el carnaval,
porque no es un hecho artístico que llega en un plato volador y baja. Hay muchas
cosas que se generan a través de la grupalidad y el intercambio humano”.
¿EN QUÉ MEDIDA EL CARNAVAL SE HA ENRIQUECIDO, Y QUÉ COSAS HA
PERDIDO?
“Ha ido perdiendo frescura e ingenuidad. Antes había eso en
las propuestas, y ahora no lo hay. Ahora está más presente el intelecto.
Siempre está la intuición de los artistas que la crean. Aunque siento que ahora
hay como una vuelta a las raíces, y que la gente está empezando a reírse de
cosas ingenuas. Cuando era un niño, la gente se reía porque veía al vecino de
peluca haciendo un cuplé. No importaba ni lo que estaba cantando. Eso no se
puede perder. El carnaval atravesó por un proceso oscuro con la dictadura, y a
partir de ahí se pegoteó un discurso más ideológico. Creo que la murga recién
está saliendo de ese decir, y se ha vuelto a la poesía y a un decir más
liviano. Luego, se ha enriquecido en el hecho de que se ha puesto los
pantalones. El carnaval es una fiesta poderosa. Esto no quiere decir que sea la
fiesta de todos los uruguayos. Cuando decimos que es la fiesta del pueblo, no
sé si es así. Hay quienes dicen que la música del pueblo es la murga y el candombe,
y si me preguntás a mí, lo popular por excelencia es la música tropical, porque
es la que consume más gente. Capaz que llevás este análisis al interior del
país, y la música popular es el folklore. A veces a uno le parece que el carnaval
es popular porque la gente que está a su alrededor, se mueve dentro de ese
ámbito. Pero hay un montón de gente a la que no le gusta el carnaval, y le
parece que el género de murga no tiene valor; lo acepto porque cada uno tiene
derecho a elegir lo que quiere ver. De todas maneras, el carnaval se ha
consolidado como una fiesta poderosa, está en la gente formar parte de él o no”.
¿HAY ALGO QUE AÚN TENGAS EN EL TINTERO?
“Siempre sueño con espectáculos que tengan otras betas. Que
puedan haber músicos y coros multitudinarios. Pero eso estaría fuera del
carnaval. Por más que el género de murga es abierto y libre, el concurso cuida
que el género no se mueva. Entonces no se puede hacer mucho más de lo que se
hace, y a veces se hace mucho menos de lo que se puede. Se repiten recetas y
modelos que funcionan. Por eso se nota cuando una murga viene y patea el
tablero, aunque tiene un costo que es que seguramente le va a ir mal en el concurso. Deberíamos estar
agradecidos a las murgas que arriesgan, porque de esas murgas se alimentan
otras que van a hacer cosas nuevas, si no es un aburrimiento ver quince
modelitos de lo mismo. Me gustaría participar de un proyecto que patee el
tablero en algún momento”.
LA INFLUENCIA DEL CONCURSO
“Si no hubiese un reglamento o un concurso, estaríamos
hablando de otra cosa. Porque el concurso tiene que ver mucho con la vida
institucional de una murga. Si una murga gana, va más allá de un trofeo. Esa
murga al otro año trabaja más, y la gente que está dentro de ese grupo tiene
más trabajo. Se abren puertas para viajar a otros lugares. Puede ser que haya
gente a la que lo único que le importa es ganar, pero ganar trae aparejadas
otras cosas que son importantes para personas que vienen remándola con un proyecto.
Si te ponés a pensar en grupos que vienen remando quince o veinte años con un
proyecto, y un día ganan, seguro lo que
les costaba un montón, empieza a costarles menos. Pasan a tener más sponsors, y
en vez de hacer 50 tablados, hacen 120. Ganar te devuelve otras cosas, te
arrima público, y como artista tenés la posibilidad de cantar para más gente,
y eso está bueno porque vos querés que la gente escuche lo que estás
proponiendo. Yo te podría decir: “No debería haber concurso”, pero concurso hay
en todos lados. En cine hay premios para determinados actores y no para otros,
y en el teatro y la música pasa lo mismo”.
“HAY OTRO CARNAVAL LATIENDO”
“Los escenarios privados van a poner en el pizarrón a los
grupos que van a llevarles más gente. Me ha tocado estar en las dos campanas;
grupos donde se trabaja mucho, y otros donde no se trabaja tanto. Estuve muchos
años en “A Contramano”, y ahí se hizo todo desde abajo. En los últimos años en
los que estuve hicimos muchos tablados, pero también recuerdo años en los que
había unos cuantos días en los que nos quedábamos en el club ensayando. Es lo
que te toca. Creo que hay cosas del carnaval que son difíciles de cambiar, pero
hay otro carnaval latiendo. Hay un carnaval en los barrios, gente de Murga
Joven a la que no le interesa salir en este carnaval, hay murgas por todo
Montevideo y el Uruguay, y no todas concursan. Nadie se muere. No concursan,
pero se divierten, muestran su espectáculo, y lo hacen como pueden. Si nos
parece que este no está tan bueno, hay que acercarse a ese otro carnaval. Tengo
derecho a participar de este carnaval, y también tengo derecho a no hacerlo.
También puedo participar de este carnaval, y hacer otras cosas. Nadie me puede
decir: “Si participás de este carnaval, no vayas a un barrio a cantar con una
murga del programa Esquinas de la Cultura”. ¿Por qué?, yo puedo hacer ambas
cosas, si quiero. Puedo ir a dar una mano a una murga joven, si me lo piden. No
se trata de cambiar el carnaval, si no de saber ubicarse, porque tampoco es el
ombligo del mundo. Es un grano de arena perdido en el universo. No existe. Hay
cosas más importantes por las que preocuparse y debatir”.
SI “DON TIMOTEO” FUERA UNA FOTO, ¿QUÉ HABRÍA EN ELLA?
“Habría algo que simbolice alegría. Cada noche es una
fiesta, y ha sido así todo el proceso. Hay un grupo divino. El objetivo es claro, y es salir a hacer el
espectáculo”.
DISFRUTÁ DE LA ACTUACIÓN DE DON TIMOTEO EN LA PRIMERA RUEDA DEL CONCURSO OFICIAL:
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