domingo, 24 de julio de 2016

PÁGINAS DE MOMO - JIMENA VÁZQUEZ




El humor es “el motor que uno tiene para ser felíz”. Así es definido por Jimena Vázquez, una de las figuras del elenco de Humoristas “Cyranos”. Descubrió su pasión por la actuación cuando pequeña, y desde ese entonces el escenario ha sido su segundo hogar, tanto en teatro como en nuestra máxima fiesta popular. Lleva consigo como bandera la idea de que “el arte es un camino de aprendizaje continuo”, y reconoce que aún le quedan “muchísimas cosas por hacer”. Aquel sueño que comenzó a acunarse en la Villa del Cerro, hoy por hoy se ve reflejado en sus actividades. Desde el ruido y el movimiento característicos del centro montevideano, hubo espacio para una charla que atravesó por momentos y lugares que vale la pena conocer.

ARTE DESDE LA CUNA

“Hasta los cinco años viví en Barrio Sur, al lado de Isla de Flores, y siempre sacaba la cabeza por el balcón para ver las llamadas. Ahí empezó todo. Después me mudé para el Cerro, donde estaba mi familia por parte de padre. Mi primo salía en “Diablitos Verdes”, del Carnaval de las Promesas, y mi tío, Amilcar Duarte, salía en “Diablos Verdes”. Luego salió en El Gran Tuleque, y en Momolandia, ahora no está haciendo carnaval. Así que estaba esa parte de la familia que era carnavalera, pero sobre todo murguera. Un tiempo después, en el barrio surgieron unos nuevos humoristas. Tenía once años cuando fui a hacer el casting, me mandé y quedé en humoristas “Aventureros”. Ahí estuve dos años, y me di cuenta que algo de actuar y de hacer reír me simpatizaba. Después caí en Arteatro con Buby’s Bis (Parodistas de Carnaval de las Promesas). Saliendo en Aventureros siempre veía a los Bubys Bis y me encantaban los espectáculos que hacían, y se notaba que había un tiempo invertido en que los gurises pudieran aprender cosas a nivel artístico. Quedé en el casting de Buby's Bis, y Angie Oña justo estaba dando talleres de actuación en Arteatro, y a la par empecé a estudiar. Entonces desde el 2003 estoy metida en Arteatro”.

EL TRABAJO DE ELABORAR UN PERSONAJE

“No cambió mucho. Cyranos tiene una forma de trabajar más o menos establecida.  El esquema de trabajo es igual. Generalmente se empieza con talleres de improvisación. O te dicen “Este año hacemos de duendes”, y ya te vas armando una idea en la cabeza. A raíz de eso empezamos a hacer ejercicios entre todos. No hay como una elaboración en tu casa de ver qué siente el personaje. Lo que hago siempre es tratar de lograr una interacción con el compañero  en los ensayos, empapándome con la propuesta del otro. En carnaval hay mucha escucha, y tenés que estar  con todos los sentidos abiertos. Obviamente que uno le pone una impronta, y no hace las cosas de taquito, pero siempre el trabajo lo hago en los ensayos. A veces en tu casa se te ocurren cosas más de la narrativa, y no tanto de composición del personaje. Por ejemplo, este año en Cyranos, había un momento en que la vieja tenía un bastón, y con él tiraba papelitos, y eso es de estar copada con lo que estás haciendo, y ver qué jugo le podés sacar. Las sorpresas en carnaval generan pila de efecto”.


LO LINDO DEL CARNAVAL

“Carnaval tiene cosas que no están en ningún otro lado, estudies lo que estudies, y hagas lo que hagas. Existen los clásicos mecheros en carnaval. Estás diciendo el texto, y si te dijeron algo distinto, tenés que estar atenta para retrucar, y a su vez después seguir con el texto sin perderte. Lo que sucede además es que no existe la cuarta pared, y el público es el motor de cada conjunto. De repente estás haciendo una escena que requiere un nivel de concentración, y sentís “¡Churros, churros!”, entonces hay un montón de cosas que uno tiene que integrar que están por fuera de lo que uno ensayó durante todo el año. Uno toma esas cosas, y no hace de cuenta como que no sucedieron. Carnaval te amplifica la visión de la escena. Si estás haciendo un monólogo, y si ves que atrás hay quilombo quiere decir que esa persona no va a llegar a tiempo con el cambio, entonces tenés que pilotearla. Carnaval te da mucho manejo del espacio, porque vas al Teatro de Verano y tenés muchos micrófonos y vinchas, y vas a Manga y tenés cuatro micrófonos, y el tablado es de cuatro por cuatro. Hay que adaptarse a las distintas situaciones, y eso es lo lindo del carnaval, que te ayuda en el hecho de tener adquiridas un montón de variantes, que hacen que se te haga mucho más fácil actuar en un teatro”.

LA PERSONA QUE ESTÁ DETRÁS

“En el teatro hay una solemnidad y un respeto a lo que se está viendo. No hay nadie que te esté gritando “Bien, Jimena!”. En carnaval por mejor que esté intepretado el personaje, siempre ves a la persona detrás. Ves a Pacella, y te matás de risa, siempre está brillante, pero es él. Carballo puede hacer tremendo personaje trágico en una parodia, pero es él. En teatro, la persona queda en  el camarín, y entra el personaje a escena. Tenés que despojarte de lo que sos. El teatro es como casi un ritual. Estás maquillándote en el camarín, y no viene nadie a hacerte una entrevista, y a preguntarte “¿Cuántos tablados hicieron?”.

¿CÓMO TRANSCURRE EL PROCESO CREATIVO EN CYRANOS?

“Ha funcionado de diversas maneras. En este último año encontramos un estilo de creación que rindió muchísimo en lo artístico y en lo humano. Seguramente lo implementemos para el próximo carnaval. Fernando Toja trajo la idea de que transcurriera todo en un edificio, donde se contaban historias, y cada apartamento era una escena. Uno era un Call Center, otro era un secuestro, y otro era una reunión de consorcio, y a raíz de eso, él nos dijo que improvisáramos. Nos juntamos de a grupos, y me tocó armar el Call Center con otros compañeros. Muchos de los chistes del espectáculo surgieron ahí. Fernando grababa las escenas, y les mandaba los audios a Fabricio Speranza y Jimena Márquez para que las escribieran. Hay cosas que quedaron textuales. Entonces uno se siente totalmente partícipe del espectáculo, y  hay otro sentido de pertenencia, y no es que nos llegó un papel y dijimos: “Ta, vamo’ a hacer esto”. En los años anteriores hubo lugar para opinar, pero la diferencia es que este año sin querer queriendo, estábamos armando las escenas en acción. Me gusta mucho la forma de trabajar de Cyranos, porque la idea de ser partícipe no queda solo en la palabra, y los técnicos son muy receptivos”.

¿QUÉ CARNAVAL FUE EL QUE MÁS DISFRUTASTE?

“Todo se disfruta. El año que más me pegó fue el primer año que salí en Cyranos (2011), porque el conjunto volvía al carnaval, y encima salió primero. Fue una fiesta que confirmó que volvíamos para quedarnos. Este año Arteatro sufrió muchos cambios a nivel institucional, y el plantel de Cyranos también, se había modificado en un 80%, y hubo que remarla bastante. Se laburó para salir adelante, y ganamos el primer premio. Eso fue la frutilla de la torta. Esos dos fueron los carnavales de mayor emoción”.

¿CUÁNTO HAY DE JIMENA VÁZQUEZ ARRIBA DEL ESCENARIO?

“Soy media amarga en la vida normal, digamos. En carnaval siempre hecho personajes con un toque inocentón, y capaz que en la vida tengo un humor un poco más ácido. El humor es un motor que uno tiene para ser felíz. De todas maneras, todos los personajes que he hecho, tanto en carnaval como en teatro, se identifican con lo que soy. Siempre está la persona atrás de lo que se está mostrando”.



lunes, 18 de julio de 2016

PÁGINAS DE MOMO - RAFAEL COTELO




Hoy se lo conoce desde su rol de comunicador, tanto en radio como en televisión, así como también ha incursionado en el Stand Up Comedy. Pero todo inició en la órbita del carnaval, cuando frecuentaba los tablados de barrio desde chiquito, lo que era el “paseo del año”. La semilla comenzó a germinar con sus incursiones en el Teatro, lo que le valió el premio a mejor actor en la Movida Joven de 1997. Poco tiempo después la historia se hace conocida, y junto con la murga “Agarrate Catalina” llegan los galardones y la visibilidad que le abrió las puertas a su trabajo en los medios de comunicación. Integrante de murga “Don Timoteo” hace ya tres carnavales, y cuatro prácticamente con la misma base de grupo y directores, sobre quien recaía el título de “Asaltantes con Patente” en el Carnaval 2013. Con mucha amabilidad y buen humor transcurrió una charla que osciló por distintas etapas de su vida, las cuales siempre han tenido a la máxima fiesta popular como protagonista.


¿CÓMO RECORDÁS TU VÍNCULO CON EL CARNAVAL Y LA MURGA EN TU INFANCIA Y ADOLESCENCIA?

“Lo recuerdo como casi todos, desde abajo del escenario. Era el paseo familiar esperado y deseado en febrero. Mis padres son docentes, pero a su vez, mi padre trabajaba en otro lado, y en febrero siempre se pedía licencia para ver carnaval. Era el paseo del año. Me acuerdo que durante mi adolescencia nunca nos habíamos podido ir de vacaciones ni a Araminda, ni a Atlántida ni a Punta del Este, pero sí íbamos los fines de semana a ver carnaval, tanto al Multicolor del Cerro, al Holanda en Casabó, y una vez por semana, cuando la cosa estaba mejor a veces íbamos al Liverpool de Belvedere. Después se escuchaba en casa, a mi padre le gustaba la murga canción, y escuchábamos a Jaime Roos, el Canario (Washington) Luna, etc. Tenía un abuelo muy carnavalero, que había sido coordinador de “Los Favios” (Humoristas), y era el alma máter del conjunto, por lo que el carnaval era uno de los pocos temas de conversación que tenía con él. Todos los años apostábamos una Coca – Cola por quién ganaba. Yo siempre perdía. En 1992 me hice hincha de Falta y Resto a muerte, hacían un espectáculo sobre los adolescentes que era brillante, y yo decía que “La Falta estaba para ganar”, y él me decía que no, que ganaba “La Gran Muñeca”, y se dio así. En esa épocas a las murgas era difícil entenderlas, por cuestiones técnicas de los tablados, y también porque tenían un discurso muy politizado que al ser niño se me escapaba. Uno de los mejores amigos de mi tío salía en murga, se llama Roberto Nada, hoy vive en Estados Unidos y cuelga videos de carnaval en Youtube. Salió en Los Diablos Verdes, Asaltantes con Patente, (Antimurga) BCG, y me acuerdo que era un ídolo. Así que me entró por varios lados el bichito”.

EL TIEMPO APREMIA

“Cada vez lo hago peor, y eso se refleja en el escenario lamentablemente. Porque cada vez es menos el tiempo con el que cuento o me tomo para ese laburo por obligaciones de otros trabajos. Por ejemplo, este año el primer ensayo de Don Timoteo al que fui fue el 10 de enero. Tenía que ir para aprenderme todo, presentación, retirada, todos los cuplés, la letra, los arreglos, mi parte, es mucho en poco tiempo, y encima a mí me cuesta mucho cantar. Uno posterga determinadas exigencias que deberían estar contempladas, pero si no arranco el 10 de enero, no puedo salir. En noviembre y diciembre de noche tengo que laburar sí o sí, porque es como la zafra de laburo en eventos y ese tipo de cosas. Cuando llega el 2 de enero que es cuando las murgas empiezan a ensayar otra vez, yo hace dos meses que no duermo prácticamente. Entonces en los primeros días de enero trato de tomarme cuatro o cinco días para dormir”.

¿QUÉ CARNAVAL HA SIDO EL QUE MÁS DISFRUTASTE?

“En mayor o menor medida los disfruté a todos, y los sufrí al mismo tiempo. Desde el primero en el que salí en Humoristas “De Todas Partes”, el segundo estuvo demás  con Revista “Danzamérica”. El primero con Agarrate Catalina fue increíble porque encima pasamos a la liguilla, y fue todo una fiesta. El de 2005 fue explosivo, el 2006 fue perfecto. En el 2007 pese a que no ganamos te diría que fue uno de los más lindos, y en el 2008 ganamos y para mí fue de los más feos. Particularmente este último carnaval si no fue el más lindo de todos, pegó en el palo. Si no fue el más lindo, fue porque tenía que madrugar e ir para el canal. Lo que te lleva a decir si está bueno o no el carnaval, es cómo la llevás con tus compañeros, tus amigos, con el espectáculo y con la gente. Este año fue perfecto en ese sentido. A veces llegaba canasado a los tablados, e igual de cansado al otro día para trabajar. Pero sarna con gusto no pica. Estoy haciendo lo que me gusta, y encima me pagan por eso, así que, ¿de qué me puedo quejar?”.

SU VISIÓN SOBRE EL CARNAVAL

“El carnaval se ha enriquecido técnicamente, desde los escenarios gracias al acceso a una mayor  tecnología para montar los espectáculos, y los conjuntos han tenido una apertura que viene desde hace décadas. Ha incursionado gente que no es oriunda de carnaval, pero  vuelca todo su conocimiento, su experiencia y capacidad. Técnicos de vestuario, maquillaje, iluminación, puesta en escena, letrista, actores cantantes. Antes el carnaval era medió endogámico, y vivía puertas para adentro. Por suerte ahora se abrió, y eso lo ha mejorado mucho. Lo que no me gusta es que cada vez está más centralizado en el concurso. Los espectáculos se diseñan, se preparan, y se piensan para esas dos o tres instancias de concurso. Quienes manejan el carnaval establecen todo un cronograma de actividades en base al concurso, y muchas veces se resigna la parte más folclórica, histórica, tradicional, y pintoresca del carnaval en pro de la dinámica del concurso, y esto para mí le hace mal. No deja de ser un concurso de mérito artístico, donde cualquier valoración es subjetiva, por más que vos quieras inducirla o inclinarla con jurados afines o no afines, o delimitando su subjetividad con rubros y puntajes, que es algo demencial. El carnaval son cuarenta días más de espectáculos, y meses de preparación, con miles de personas viéndolo en otros lados, y al parecer a casi nadie le importa porque la atención está puesta en el Teatro de Verano”.

“TODOS TENEMOS ESE BICHITO DEL CONCURSO”

“Las murgas jóvenes siempre tenían un discurso en contra del concurso, “nosotros salimos por amor al arte”, y es cierto, es genuino. A las primeras murgas jóvenes que pasamos a carnaval mayor se nos críticó mucho desde la movida, y decían “Ahora concursan y transan”. Fueron momentos duros para La Mojigata, Demimurga, Queso Magro y Agarrate Catalina. Hubo un año (2004) en el que el Encuentro de Murga Joven no tuvo instancia de concurso, y bajó muchísimo tanto el número de murgas inscriptas, como el nivel de los espectáculos. Me acuerdo que fui a ver etapas. Eso me dio mucha lástima, y confirma que todos tenemos ese bichito del concurso, y está mortal porque es re estimulante. Pero que eso gobierne todas las reglas del juego, me parece algo nefasto”.


LA IMPORTANCIA DEL TEATRO

“Fue fundamental para establecer vínculo. Ahí fue que conocí a Tabaré, y si no lo hubiese conocido, no habría entrado a Agarrate Catalina, así que me cambió la vida. Fue la germinación de cierta sensibilidad. Por adolescente o inepto no aprendí mucho, pero germinó esa sensibilidad de estar atento, parar la oreja, tratar de atender, chupar rueda, fijarse qué seestá haciendo por ahí. Conocí muchos artistas gracias a Ovidio, que era mi profesor de teatro, y muy murguero también. Le debo muchísimo”.

¿CUÁNTO HA INFLUIDO AGARRATE CATALINA EN TU CARRERA ACTUAL?

“Le debo mucho a Agarrate Catalina. En definitiva lo que me abre las puertas es el trabajo que la gente vio que hacía en la murga. Influyó la visibilidad, y la masividad que ya adquirió la murga en sus primeros años. Si no entraba a la murga, no sé qué hubiese pasado”.