sábado, 25 de marzo de 2017

PÁGINAS DE MOMO

MARTÍN CARDOZO



La responsabilidad que recae sobre su figura de artista comenzó a gestarse un poco tarde, pese a que siempre tuvo la inquietud de participar en escena. Incursionó en el teatro, y poco a poco fue valiéndose de distintas herramientas para ir moldeando su capacidad actoral. Le fascina hacer reír, y durante la entrevista dio rienda suelta a su sensibilidad para hablar acerca de su pasión por el arte. Luego de estar “jugando a ser el personaje” durante tanto tiempo, en este último espectáculo de Agarrate Catalina se encontró siendo parte de él, involucrado totalmente con todas sus alegrías y miserias.  El protagonista central de la historia en “Un día de Julio”, guitarra en mano, luego de tirar algunos acordes, se prepara para responder las preguntas, y comienza la charla.

¿CÓMO RECORDÁS TUS PRIMEROS VÍNCULOS CON EL CARNAVAL?

“Recuerdo ir al tablado cuando era niño. Mi relación con el carnaval fue como espectador hasta los 19 o 20 años. Ni siquiera soñaba con ser ejecutante. Iba a ver espectáculos con mis hermanos, mis viejos, y mis tíos. No deseaba ser murguista, pero evidentemente tenía algo escondido, probablemente por la enorme timidez que tuve hasta esa edad que te decía. Era muy difícil relacionarme con gente que no fueran mi familia, y amigos. Fue avasallante ver el género de murga, y el candombe. Mis hermanos y yo nacimos en el Buceo. Nací en Santiago Rivas, frente a las viviendas, y por esa cuadra ensayaba Yambo Kenia. En casa se escuchaba mucho el canto popular también. Hubo un vínculo muy fuerte con la murga a través de Tabaré con su murga “Los Draculatecas”. Yo estaba siempre como mascotita acompañando. Una murga hecha y escrita por niños, quienes también se encargaban de la musicalidad. Eso fue alucinante, y de grande tomé más conciencia de eso. No había ningún adulto que trabajara en su espectáculo. Obviamente que la calidad artística de repente era menor, pero era increíblemente genuino. La ayuda que había era de alguna abuela que a veces los ayudaba `pegando nylon, porque los trajes normalmente eran de ese material. Pero el resto lo hacían todo ellos. Tabaré era un niño viejo, y en esa generación había muchos pibes que eran hijos de presos políticos. Nosotros fuimos hijos de presos políticos, pero no desaparecidos. Mi viejo y mis tíos estuvieron presos, pero zafaron. Pero muchos de los pibes de esa murga perdieron a familiares, entonces cargaban con una inocencia perdida de golpe, y dentro de sus canciones tenían reclamos políticos que ni siquiera eran censurados, porque al ser una murga de niños, nadie les daba bola. Actuaban en los baches que había en los tablados, si alguna murga tardaba en llegar, pero en cuanto llegaba, los bajaban. A veces podían completar su repertorio, y a veces no. Fue una notoria influencia para Yamandú y para mí. Más adelante, cuando ya existía Agarrate Catalina, si bien entré en el segundo año, estuve vinculado desde el  primero. Siempre me daba una vuelta, y hacía cosas de utilería. Aportaba desde la manualidad”.

LA ACTUACIÓN Y EL TEATRO

“De niño me tocó actuar en la escuela pero era muy tímido. Recuerdo haber hecho de árbol (risas), en otra de sol, y ese tipo de papeles que no tenían movimiento ni parlamento. Pero a su vez había algo que me encantaba de la escena, y siempre quería participar.  Habíamos hecho teatro con Tabaré y Yamandú en la Movida Joven. En 1995 participé en el encuentro de Teatro Joven con Tabaré. Tenía 13 años, y fuimos una de las cinco obras premiadas. Tabaré ya escribía excelentemente, y siempre supo qué escribirle a cada persona, y quién puede hacer rendir más determinado texto. Por algo siempre las murgas en las que él estuvo, siempre rindieron, porque cuando trae algo, sabe quién va a hacer cada cosa. En esa obra con Tabaré, se daba la temática del trasnoche continuado, que era algo que por primera vez estaba pasando en la televisión uruguaya. Pasaban tres películas durante la madrugada, y luego la programación reenganchaba con el informativo de la mañana. Nosotros en la obra representábamos una noche en la que no nos podíamos dormir. Al año siguiente se sumó Yamandú, y los tres hicimos una obra que fue la semillita del cuplé que luego hicimos con la murga sobre el sueño americano (2005). Se llamó “El Tío Sam”, y ese personaje era representado por Yamandú . Tabaré y yo éramos los empleados del mes; “Kennedy Silvera, y Hollywood García. Nos divertimos mucho haciendo esa obra, pero la ensayamos espantosamente mal. Nos preocupamos más por pintar las camisas, y hacer las viseras de los gorritos, y el traje de payaso de Yamandú. Nos fue mal en el concurso, y los colegas nos decían “Está buenísima la obra, pero ensayen, no sean malos”. Fue la primera vez que los tres compartimos escenario”.

EL ACERCAMIENTO CON EL GÉNERO MURGUERO

“En casa siempre hubo discos de murga. Las murgas de La Teja eran las que se escuchaban más, y aparte eran las que tenían un peso ideológico importante. Sin ser consciente de eso, se me fueron metiendo La Reina de la Teja, Los Diablos Verdes, Araca la Cana, y La Soberana. Posteriormente, Falta y Resto me marcó también. Sobre todo el peso de lo conceptual. Podrán existir distintas tímbricas, y sonido, pero lo que marca el estilo de una murga es el concepto que maneja, y lo que dice arriba del escenario. Incluso eso se mantiene con los años. Hay murgas que tienen distintos letristas todos los años, pero estos se adaptan al sello y la identidad que tiene la murga para la que escriben. Gracias a dios momo en este caso, hay murgas de todo tipo, y formas de decir e inquietudes diferentes”.

“HAGAS EL GÉNERO QUE HAGAS, EL ARTE ES ARTE”

“Hace poco con la murga empezamos a llevar las cantarolas a Argentina. Compartimos el escenario con artistas que se habían copado con la murga, y nosotros ni sabíamos. Los invitamos sin saber que ellos nos habían visto alguna vez, y las respuestas fueron todas positivas. Me tocó cantar con el vocalista de A.N.I.M.A.L, una banda argentina de Heavy Metal, de la cual fui fanático en la adolescencia. Él nos decía “Qué alucinante  que me llamen al ser de otro palo”. Nos había visto en el Luna Park, porque es amigo de León Gieco, y lo fue a ver. Cantar con él fue enorme para mí. Me sentía agradecido desde la felicidad. Yamandú medio que se emocionó por ese episodio, y no podía creer que estuviera cantando con él cuando toda la vida había sido admirador de su música. Hagas el género que hagas, el arte es arte, y es increíble cómo te va devolviendo cosas. Si lo que hacés nace desde el corazón, va a llegar el día en que te vas a juntar con esa persona que admirás.

“SIEMPRE CREÁS A PARTIR DE LA EMOCIÓN”

“Lo que realmente perdura de uno es el arte. A través del arte podés mostrar quién sos, y tus inquietudes. Me pasó de empezar a hacer canciones hace un año. Siempre me decían “¿Por qué no escribís, si tu hermanos lo hacen?”. En este último tiempo empecé a agarrar la guitarra para estar un rato conmigo, y eso me partió la cabeza. Ya tengo una banda de amigos media armada, con la que seguro vamos a hacer algo. Quizás las canciones se mueran en la sala de ensayo, ojalá que no, pero si eso sucede me voy a quedar tranquilo de que purgué un montón de cosas a través del arte. Siempre creás a partir de la emoción. El Sabalero le dijo a Tabaré “Si vos hacés una canción sobre algo que te duele, y no llorás, no sirve para nada”. Creo que es como una metáfora, no tenés por qué llorar, pero algo te tiene que pasar por dentro. Estoy muy contento de haber encontrado un refugio en los tres o cuatro acordes que sé tocar con la guitarra”.

EL TRABAJO DEL ARTISTA

“Estoy disfrutando del arte desde la responsabilidad. Gracias a Agarrate Catalina estoy parado arriba de un escenario, y a veces hay miles de personas mirándote. La gente pagó una entrada y te quiere ir a ver, quiere reírse, emocionarse, y deposita un montón de ilusiones y expectativas en vos. En un momento hasta el cuerpo te hace sentir eso. Somos trabajadores de la emoción. Es rarísimo el laburo del artista. Podemos ser pésimos artistas para la crítica, pero somos artistas. Lo que más me gusta del arte es lo genuino, y creo que eso es lo que perdura en la gente”.

¿CÓMO LLEVÁS A CABO LA TAREA DE ELABORAR UN PERSONAJE?

“Para hacer un personaje siempre miré para afuera, pero eso siempre termina haciendo que te mires por dentro. Para Julio mezclé la voz de un amigo, con la personalidad de un amigo de mi viejo, y con la impronta de algún familiar. Cuando empezás a componer el personaje, vas sintiendo lo que le sucede. Este año nos jugamos a hacer una escenita seria, solamente corporal. Lloré un montón en esa escena, sintiéndome como encerrado. Me di cuenta que hasta ahora venía jugando a ser el personaje, y con Julio me pasó de ser el personaje por momentos. En el año de “El Viaje” (2008), me pasó lo mismo. Un día no pude contener el llanto sobre el escenario. Quizás quienes son actores cuentan con herramientas académicas para no llorar o emocionarse. Me gustaría estudiar actuación, pero “por suerte” no he tenido tiempo por estar trabajando del arte. Si no podés estudiar arte por estar ejecutándolo, es lo mejor que te puede pasar. Me fascina hacer reir, y tuve esa suerte por las ideas de los letristas que escribieron, y escriben para la murga. Si más o menos le ponías un poco de voluntad, y alegría a tu personaje siempre ibas a hacer reír. Eso te da un ejercicio de que arrancás arriba del skate andando, y no tuviste que fabricar las ruedas. Ojalá nunca me falte el humor, y el arte cuando sienta tristeza”.

¿QUÉ ESPECTÁCULO DE “AGARRATE CATALINA” RECORDÁS CON MÁS CARIÑO?

“Todos los espectáculos tienen una carga emocional importantísima. Los primeros años había una ingenuidad increíble, y mucho desparpajo, y enamoramiento con el carnaval. Salíamos a cantar y hacernos mierda la garganta, sin importar si al otro día teníamos tablado. Luego vas ganando experiencia, y empezás a ser consciente de esas cosas. Algún día se te puede salir un gallo, o la memoria te puede fallar, pero en competencia siempre he tenido suerte. Ayudé mucho a esa suerte con la responsabilidad que tenía al ensayar. Pero a veces esa responsabilidad hace que pierdas esa cuestión lúdica, y ese juego, y a partir de ahí tenés que aprender a jugar de nuevo. En ocasiones lo lográs, y en otras, no. También para eso influyó el sitial que empezó a tener la murga. En un momento había gente que estaba para aplaudirte, y otra estaba esperando que te cayeras del trapecio. La competencia me quitó un poco el disfrute del arte, no del todo, porque si no me hubiese subido más al escenario. El 2006 fue un año muy especial porque estaba la barra del año anterior, en el que habíamos ganado el primer premio, y se sumó Tabaré que volvió de Curtidores de Hongos para dirigir la murga, y sacarse un gusto. Fue maravilloso poder compartir el escenario con mis dos hermanos. Además la murga estaba en terrible momento artístico, y en cada tablado notabas el disfrute de la gente. Por otro lado, “Un Día de Julio”, fue el primer espectáculo que hicimos para no concursar. Entonces fue algo refundacional y emocionante. Aparte el estreno fue en el SODRE, y hubo una presión artística importantísima. Había mucha letra, y responsabilidad por todo lo que habíamos trabajado con mis compañeros.  Además actuábamos dos horas, y para gente que estaba esperando un espectáculo nuevo hace más de tres años. No sabemos cuál será el rumbo en lo que viene. Si volver a carnaval, o no, continuar esta estructura, o no. Este espectáculo aún tiene mucha vida, pero sabemos que pronto tenemos que armar un repertorio nuevo. Aún no queremos colgar a este show porque ha crecido muchísimo, pero tenemos hambre de hacer algo nuevo por el desafío artístico que implica armar algo lindo entre amigos”.

DURANTE FEBRERO, ¿VES ESPECTÁCULOS DE CARNAVAL?

“Veo carnaval, pero me sucede que no me quiero obligar. Dejé que me nacieran genuinamente las ganas de ir a un tablado, al Teatro de Verano, o verlo por tele. Con el carnaval oficial aún siento dolores que ya los curaré. Siempre estuvieron, y se acentuaron en algún momento. Alejarme me sacó de esa nube. Este año metí tablados con amigos. Disfruté mucho de ir a la playa, y lo extrañaba. Este año con la murga laburamos bastante menos en verano, entonces aproveché. En años anteriores fui a ver amigos concursando en el Teatro de Verano, y también vi conjuntos en los que no tenía amigos. Disfruté mucho de esa adrenalina que existe cuando sale un conjunto, y con cero presión. Este año vi muchos conjuntos por televisión. Salir de carnaval te hace disfrutar de un montón de cosas de muchos conjuntos. Lo que más me gustan son las ideas frescas, que decís “Ojalá se me hubiera ocurrido esto”, o “A esto lo cantaría con gusto”. Esos son momentos muy lindos. Encontré coros que te emocionan, arreglos y canciones con sonidos hermosos. Lo vivo purgado de veneno y prejuicio como espectador. Hago un esfuerzo por intentar despojarme de mis conocimientos sobre lo que ocurre tras bambalinas, y me predispongo a disfrutar del show”.

SI AGARRATE CATALINA FUERA UNA FOTO, ¿QUÉ HABRÍA EN ELLA?

“Habría muchos colores. Los más tristes y los más alegres. Hemos vivido de todo, y ha pasado gente de todo tipo. Sería un collage variopinto de cosas. Habría mucho amor, y arte”. 


miércoles, 15 de marzo de 2017

SIN SU DISFRAZ

DANIEL ZIELENIEC







Ha cumplido la mayoría de edad vinculado al arte murguero desde un rol protagónico. De aquel un tanto lejano 1999, aún perduran la voluntad y las ganas de afrontar procesos creativos. Él mismo considera ser uno de los “enfermitos” que siempre hay en un grupo artístico, debido a su notoria inquietud por aportar ideas, y estar al tanto de todo. Es uno de los miembros fundadores de “la murga láctea”, que comenzara a ofrecer su arte en los primeros encuentros de la Movida Joven. Su entusiasmo es ampliamente perceptible al escucharlo hablar, es que Queso Magro está afrontando un nuevo desafío, pero esta vez reemplazando el calor de febrero por el frío de julio, y a la diversidad del público carnavalero por la frescura del público infantil. Sobre este proyecto venidero, y su experiencia en la fiesta de momo trata esta nota con Daniel "Toto" Zieleniec.

¿QUÉ VÍNCULO MANTUVISTE CON EL CARNAVAL DESDE PEQUEÑO?

“Mi familia no era carnavalera. A mi hermano le gustaban las murgas. Se escuchaba mucho canto popular. Fue por mi hermano que empecé a escuchar algo de La Reina de La Teja. Me sabía de memoria el repertorio de La Reina de 1987, y me acuerdo que fui al tablado al año siguiente, pensando que iba a escuchar el mismo espectáculo, y cuando me enteré que era algo nuevo me dio tremenda decepción (risas). Cuando tuve la edad para ir al tablado solo, empecé a ir con amigos y lo disfrutaba mucho. Era fanático de la BCG, y la iba a ver mucho al Defensor Sporting. Esa murga rompía con todo. Hoy viendo espectáculos de Murga Joven te das cuenta lo adelantada que estaba la BCG en su momento. Desde chico iba a un club recreativo y cultural de la colectividad judía (Jaime Zhitlovsky), y participaba de campamentos, compartiendo vivencias. A varios de los que estábamos ahí, nos gustaba el carnaval y la murga en particular. Entonces un día quisimos hacer un taller de murga, y le pedimos al director de  coro de la institución, Carlos Correa, que nos ayudara. Nos ayudó, y nos avisó que había un encuentro de murgas, correspondiente a la Movida Joven Nos pusimos el nombre de “Queso Magro”, nos anotamos, y sin saber muchas cosas sobre el encuentro, participamos. Armamos un espectáculo en tres meses y fue tremenda experiencia. Arrancamos en 1999, y desde ahí hemos seguido”.

¿QUIÉNES SON TUS REFERENTES A LA HORA DE HACER MURGA?

“Ver a (Jorge) Esmoris arriba del escenario era impactante. Bueno, ahora justamente estamos ensayando con Queso Magro. Una vez que terminó carnaval, empezamos a ensayar tres veces por semana. Estamos preparando una obra de murga para niños. Curiosamente estamos trabajando con Esmoris. Ya lo habíamos llamado para trabajar con nosotros anteriormente, pero no quería saber nada con el carnaval. Pero para esta ocasión, se prendió, y es una fiesta para mí poder laburar con alguien que fue un referente total en mi adolescencia. También me gustaban mucho las murgas tradicionales, y Contrafarsa”.

¿ERA ALGO QUE ESTABA EN EL TINTERO?

“Hace tiempo teníamos la idea de hacer un espectáculos para niños. Salir en carnaval y hacer este espectáculo era algo impensado, porque no pueden convivir. Reflotamos la idea para este año, y vamos a estar en la sala Nelly Goitinho durante las vacaciones de julio”.

¿QUÉ CARNAVAL FUE EL QUE MÁS DISFRUTASTE?

“Todos los carnavales fueron disfrutables. Tratamos de estar con la cabeza de que cada momento que vivís en carnaval puede no repetirse, entonces hay que disfrutar al máximo de cada actuación. No entro en esa de “¡Hoy tenemos dos tablados, y el primero es tarde, recién a las once de la noche!”, sino que lo valoro igual. Solamente el hecho de poder mostrar lo que uno hace es una bendición. El año 2009 fue muy especial. Tengo recuerdos de momentos en el Velódromo durante ese año, que estuvieron buenísimos. Las ocasiones se prestaban mucho para irse del libreto. El 2012 fue muy lindo. Siempre cuando el espectáculo le gusta mucho a la gente, y se levanta y te aplaude cuando bajás, es muy reconfortante. Pero ¡ojo!, que hubo otros años en los que la murga no entró ni siquiera a la liguilla, y fueron muy disfrutables también. Disfrutamos mucho del Carnaval 2016, por ejemplo, que fue el último año en el que salimos”. 

¿QUÉ SENTÍS CUANDO VES CARNAVAL DESDE DEBAJO DE LOS ESCENARIOS?

“Nos pasó que con Queso Magro salimos ininterrumpidamente desde 1999 hasta 2010 inclusive. Recién ahí paramos. En el 2011 no salimos, y volvimos a salir en 2012. Hubo pocos años en los que no salimos. Disfruté de las veces que no he salido, y me pasaba de decir “¡Qué bueno que estaba irse quince días para la playa!”. También cuando no salgo, me encanta mirar espectáculos de carnaval. Un año trabajé con Cayó la Cabra. Esa posibilidad estuvo muy buena, y fue muy lindo que el grupo haya confiado en mí. Siempre me gustó trabajar la puesta en escena, y pude hacerlo con ellos. Además ese año fue muy bueno, y la murga trabajó bastante. Siempre he estado vinculado al carnaval por una cosa o por otra. También he sido jurado en concursos del interior del país. No me veo mirando a la murga desde abajo del escenario, sin salir. Será porque siempre he salido, y participo del proceso creativo porque soy uno de los que escribe, entonces estoy muy involucrado, y me sumerjo en ese mundo por unos meses. No sé llevarlo de esa manera. Soy de esos enfermitos de la murga que siempre hay en todos los grupos (risas). Una vez me tocó ver a la murga desde abajo, durante la época que participábamos del Encuentro de Murga Joven, y hacíamos tablados en febrero, designados por la Intendencia de Montevideo. Me acuerdo que año a año siempre hacíamos esos tablados, que eran como 30, porque en ese momento muchas murgas jóvenes no participaban de esa instancia, entonces hacíamos muchos escenarios. Hubo un febrero que no hice los tablados con la murga porque me fui de luna de miel a Europa, y cuando volví vi a la murga desde abajo justo en una actuación que tenía en la ciudad de Sn Carlos. En lugar de sentirme apenado por la situación, la murga me fascinó. No soy muy objetivo, igual (risas)”.

¿HA CAMBIADO TU FORMA DE CREAR LUEGO DE TANTOS AÑOS?

“Tengo más experiencia, pero no sé si hay cambiado. La forma de escribir en Queso Magro es bastante caótica. Hacemos todo en equipo, y revisamos todo palabra a palabra, y verso a verso. Nos conocemos mucho a la hora de crear, y nos guía mucho la intuición. Hay años en los que conocés más al espectáculo desde el principio, y hay otros en los que entendés bien a la estructura del espectáculo cuando lo terminás, porque antes no tenías claro si había un hilo conductor. Casi siempre el proceso tuvo esas características, salvo algún año particular en el que contábamos una historia y la idea estaba un poco más clara. Tanto en Murga Joven como en Carnaval hemos trabajado de la misma manera”.

A RAÍZ DE TU EXPERIENCIA DE HABER SIDO DEVOLVEDOR DE LOS ENSAYOS ABIERTOS EN VARIAS OPORTUNIDADES, ¿CUÁL ES TU VISIÓN RESPECTO AL 
ENCUENTRO DE MURGA JOVEN?

“Hay gente que dice que antes tenía más características de encuentro. Lo sigo encontrando igual de fabuloso. Es asombroso ver la cantidad de jóvenes que hacen murga, teniendo en cuenta todas las dificultades que implica el hecho de crear un espectáculo. Ver eso tiene un valor educativo sin precedentes en muchos lugares del mundo. La cantidad de gente que toca batería de murga, canta, hace arreglos, escribe, y que es muy talentosa. Es un espacio para poder expresar todo eso mediante un género autóctono. Hay murgas de distintos tipos, y son diferentes entre sí en cuanto a los estilos. Algunas son tradicionales, y otras tienen un estilo que no me atrevería a encasillarlo en ningún lugar. Cuando sos devolvedor, ves a los espectáculos con ojos distintos a los que comúnmente se usan para ver el carnaval de febrero. Siempre hay cosas positivas para rescatar en cada espectáculo.  Cuando la gente dice “Los jóvenes están perdidos”,  está muy equivocada.

“EN UN CONCURSO NO EXISTE LA OBJETIVIDAD”

“El carnaval tiene esa cosa media futbolera, del ¿quién ganó?. Si uno sabe que el éxito o el fracaso de un conjunto no pasa por qué lugar ocupó en el concurso, si no que por otro lugares, hasta podemos divertirnos con ese folklore de los comentarios. Pero si nos enroscamos, y entramos en esa, se complica. Tengo la postura de que en un concurso no existe la objetividad. Cuando uno quiere ponerle  puntos a un espectáculo, la cosa no funciona. ¿Cuál sería la objetividad?. ¿Cuánto más voces hay, mejor es el arreglo?, ¿Cuánto mejor acentuadas están las palabras, y perfectas están las rimas, es mejor el texto?. Seguro que no es así. Lo que importa es la creatividad, y si pasa o no por lugares comunes. Pesa mucho cómo recibís lo que estás viendo, entonces indudablemente hay una carga emocional que es subjetiva e inevitable. Ver las cosas rubro a rubro implica darle objetividad a algo que no lo tiene. ¿Qué puntúa más? ¿Una murga que se cambia muchas veces de vestuario con mucho volumen y brillo, o una murga que utiliza un vestuario más funcional para su propuesta artística?. Hoy en día el carnaval se ha ido para el lado de lo que llena el ojo, como si un hecho artístico fuera objetvo y juzgable. Prefiero que haya un jurado deliberativo que despierte admiración y confianza en los participantes del concurso. En muchas ocasiones el mejor texto de murgas o de carnaval ocupa el séptimo u octavo lugar en el concurso. Entonces, ¿Qué lugar ocupan los contenidos de las propuestas?. Creo que escudándose en el  argumento de que hay distintos estilos de murgas, a determinados conjuntos se les valora más determinadas cosas que a otros no”.

¿QUÉ CONSIDERÁS QUE EL CARNAVAL HA PERDIDO, Y GANADO CON EL TIEMPO?

“No llegué a vivirlo. Pero perdió esa esencia de la participación como fenómeno cultural y válvula de escape de la sociedad. Se ha profesionalizado tanto, que se perdió la manifestación popular, y el hecho de que todos podemos ser parte del carnaval. Ha ganado distintas cosas a lo largo de la historia. Hoy por hoy ha ganado propuestas diferentes. La murga joven ha aportado mucho, y se acerca un poco más a esa esencia de la participación, aunque también se ha profesionalizado. Está compuesta por gente que de repente no es la mejor a nivel técnico, pero que reivindica el hecho de juntarse y crear por encima de todo”.





sábado, 4 de marzo de 2017

DESDE LA GESTIÓN

PARQUE DE LOS FOGONES



La cultura se promueve sin distinción de tiempo ni lugar, y va creando los rasgos que nos identifican como sociedad. Los barrios no escapan a esta realidad, y en Sayago Norte tiene lugar un claro ejemplo de esta premisa. El escenario popular “Parque de los Fogones”,  gestado como un Centro Cultural es uno de los puntales sociales más importantes para la gente de la zona. Vecinos trabajando por y para la comunidad, abiertos a las ideas que enriquezcan el proyecto y lo hagan cumplir su objetivo; que no es más ni menos que unir a las personas en pos de una causa en común. Instalado en el ámbito carnavalero, pero emparentado con diversas actividades que se desarrollan durante el año, este centro cultural vive un presente auspicioso con la inclusión de distintos jóvenes al equipo de trabajo, generándose así el recambio necesario que permita continuar con este tipo de emprendimientos en un futuro, y reivindicando el carácter democrático de estos espacios. Bajo este marco transcurrió una charla muy agradable con los integrantes de la comisión que se hace cargo de este escenario, que afirma haberse ido “felíz” luego de cada una de las noches en las que trabajó durante la fiesta de momo.

¿CÓMO SURGIÓ EL PROYECTO DEL “PARQUE DE LOS FOGONES”?

ELIZABETH : “En el año 2005 nos juntamos cuarenta vecinos preocupados porque este era un predio que habían empezado a vandalizar. Nos interesaba recuperar el espacio para el barrio. Presentamos el proyecto del escenario al Presupuesto Participativo, y de ahí obtuvimos los fondos para poder plasmarlo. Paralelamente realizábamos ventas económicas para resolver las finanzas. Se involucraron muchas cooperativas de la zona. Lo que anhelábamos era la construcción de un anfiteatro, aprovechando la depresión del terreno. La inauguración fue durante carnaval en 2007, y desarrollamos doce fechas”.

DANIEL : “Este es un barrio que tiene muchas cooperativas. En su momento, el proyecto del escenario fue el más votado en todo Montevideo. La construcción demoró más de lo que se pensaba, e incluso no se construyó desde un principio todo lo que estaba previsto. La idea es que el escenario sea democrático. Que vengan bandas de rock, de cumbia, o de cualquier género musical, y dispongan del espacio para mostrar lo que hacen. Lo de carnaval ha sido un apéndice que se fue dando. Ni estuvimos, ni estamos focalizados solamente en carnaval. Por ejemplo, el 18 de marzo va a haber un festival de Rock con bandas emergentes internacionales. Siempre hubo una constancia de los vecinos para que el proyecto se concretara. La actividad del escenario durante carnaval sirve para generar fondos que permitan mantener el lugar durante el año, y desarrollar distintas actividades durante los otros meses. Por ejemplo, tienen lugar distintos talleres del programa “Esquinas de la Cultura”, que estaría bueno que nos designaran más. Actualmente hay talleres de murga, y de guitarra. Los restantes son brindados por vecinos.

NIRA : “En Sayago se llevaba a cabo un escenario comercial. También hubo un año en el que había escenario en el club “Estrella del Norte”, pero no funcionó. Organizamos otras actividades aparte de las que transcurren en febrero durante carnaval”.   

SANTIAGO : “Incluso las cooperativas del barrio han montado espectáculos a beneficio propio. También han ensayado conjuntos de carnaval como Nigeria, Los Charoles y Bipolondia. Ha venido a actuar la Sinfónica Municipal, y la Comedia Nacional también.

WALBERTO : “Siempre hemos puesto el escenario a disposición para que los conjuntos organicen festivales. La Gran Muñeca utilizó el espacio con esa finalidad. Hacemos rifas u organizamos una matinée para recaudar fondos, y así  ayudar a gurises del barrio que necesitan cubrir gastos para competir en karate, por ejemplo. O colaborar con gurises que no tienen para la vestimenta necesaria para practicar el arte marcial. Las clases de karate son dictadas por un vecino que lo hace en forma honoraria”.

¿CÓMO SE LLEVÓ A CABO EL PROCESO DE CARA AL CARNAVAL  2017?

NIRA: “Pintamos al escenario faltando veinte días para que empezara carnaval. Este año adelantaron el inicio de carnaval, entonces eso nos apuró un poco. Por suerte cuando se va a acercando la fecha de comienzo, hay vecinos que aparecen para dar una mano”.

DANIEL: “Fue un proceso muy complicado por problemas personales que atravesaban algunos integrantes de la comisión. Eso hizo que durante el año trabajáramos con muy poca gente. Además hubo cambio de comisión en el medio. Veía muy difícil la cuestión de llevar a cabo el tablado. Por suerte se arrimaron muchos jóvenes, que me sorprendieron gratamente por su trabajo, entrega, e incidencia positiva. Si no se hubieran sumado, este carnaval habría sido un desastre. Este ha sido el carnaval en el que hemos trabajado más cómodos. Nos íbamos felices siempre. Nunca hubo mala vibra, pero este año hubo una linda energía. Es como cuando un jugador de fútbol baja los decibeles, y dice: “Acá lo importante es el equipo”. Lo mismo sucede con nosotros. No hay personalismos, y eso fue lo que potenció el trabajo. Nos quedamos sorprendidos por la respuesta de la gente durante carnaval. Había noches que no esperábamos que viniera mucha gente, e igual se colmaba la capacidad”.

SANTIAGO: “Se trata de brindarle lo mejor a la gante. Las decisiones se consultan entre todos, se intercambian ideas, y lo que se concluye, se lleva a la práctica. A veces tengo que hacer un anuncio en el escenario, pero eso que digo pasó por la evaluación de todos los compañeros que integramos la comisión. El Parque de los Fogones está instalado en la escena carnavalera. Ese logro se ve en las redes sociales también, porque la gente habla mucho sobre el tablado. Incluso se arrima gente de otros barrios. Hay un evento que es claro ejemplo de ello, que se llama “La Reina del Carnaval del Parque de los Fogones”, al que asiste mucho público de otras zonas.”.

¿QUÉ SIGNIFICA EL “PARQUE DE LOS FOGONES” PARA USTEDES?

ELIZABETH: “Para nosotros es como una segunda casa. Estamos más acá que en nuestros hogares”.

NIRA: “Significa un lazo muy importante con la comunidad. Es una gran oportunidad para crear una conciencia crítica. Se generan vínculos dentro del público que visita el tablado. Al tercer o cuarto día ves a vecinos que se sientan juntos”.

DANIEL: “Hoy por hoy estamos siendo rebeldes, y estamos yendo contra lo establecido;  encausados acá con el afán de recuperar nuestras buenas costumbres de años atrás. Tratar de que no nos supere la realidad, y  frases como “Metete en tu casa entre rejas”, y “No te juntes con nadie”. Esto es como volver a lo de antes. Juntarnos con los vecinos y gestionar un escenario entre todos. Eso en el Uruguay de nuestros padres y abuelos era algo común. No puede ser que nos pase la bola por arriba, sin ofrecer una muestra de algo distinto”.

SANTIAGO: “A las personas que conforman el público cada noche les llamamos los “Fogoneros”, y eso creo que genera un sentido de pertenencia para con el lugar. Hay personas a las que vemos en la platea todas las noches sin importar la programación que haya”.

EL TRABAJO DE LA COMISIÓN DE JÓVENES

MAXIMILIANO: “Muchos entramos acá sin conocernos entre nosotros. De a poco te vas sintiendo cada vez más integrado. Hace tres años que estoy dando una mano en el tablado. Más allá de que siempre tuvimos la oportunidad, este año nos sentimos con la confianza necesaria para formar la comisión de jóvenes. La idea es incluir a la gente, y organizar eventos para la comunidad”.

SELENE: “También la idea es encargarnos de cosas fuera de lo curricular. Realizar otro tipo de actividades más allá de los talleres que tienen lugar acá. Intentamos renovar un poco, y traer ideas frescas”.

BRUNO: “Me sumé hace poco tiempo, y en semanas hice tremenda relación con todos. Conocí pila de gente e hice amigos. Estoy muy contento con todo esto. Los proyectos como este hacen que se flote el interés de los jóvenes por construir algo para el barrio, que es algo que se había perdido un poco con las nuevas modas y tecnologías”.





viernes, 3 de marzo de 2017

DESDE LA GESTIÓN

MOLINO DEL GALGO




Ubicado en el barrio La Unión, lugar que acuna una tradición carnavalera muy especial, el tablado Molino del Galgo alberga un promedio de cuatrocientas espectadores por noche durante carnaval. Muchos somos los que tenemos la predisposición de disfrutar de los escenarios diseminados por los barrios montevideanos, pero pocas personas son las que dedican tiempo, voluntad y esfuerzo a darle vida a nuestra fiesta popular en cada punto de la capital. En la mayoría de los casos, afrontar un proyecto de esta magnitud implica ir contra viento y marea, pero nada supera la satisfacción que trae consigo el agradecimiento por parte de los vecinos tras largos meses de trabajo. Raúl Lómez, integrante de la comisión encargada del andamiaje del escenario, reveló diferentes detalles que forman parte de los orígenes y el presente de uno de los tantos actores del circuito carnavalero.

¿A RAÍZ DE QUÉ SURGE LA INQUIETUD DE GESTAR EL ESCENARIO?

 “El tablado está ubicado en un lugar que se recuperó, porque en la década del 90 era una boca de drogas. Antes funcionaba un club de Basketball, al que asistían quienes hoy son adultos y abuelos en la zona. Todas esas personas se formaron en el club, pero con el tiempo fue perdiendo peso y se transformó en un lugar donde se vendía droga. Era un espacio de la Intendencia, que se le había dado por decreto al Club Unión, pero luego caducó el permiso. Hoy por hoy el club está por cumplir 100 años, y durante ochenta años albergó a todo el barrio; pero su imagen se vio deteriorada en los últimos veinte años. Era un club de donde siempre salieron murgas y otros conjuntos de carnaval. Esporádicamente se hacía algún tablado también. Cuando ocurrió lo que ocurrió, tuvimos la idea de armar un tablado en ese predio. Cuando lo planteamos, los vecinos nos decían: “No va a ir nadie. En dos o tres días están fundidos”. Pero en esta zona no teníamos nada emparentado con el carnaval. Tuvimos seis días para probar. El primer día vinieron cien personas, y el 80 %eran amigos nuestros. Ya al segundo día mejoró la cosa, y al tercer día todos los vecinos entraban al tablado. En ese espacio también logramos tener un Centro Juvenil y aulas comunitarias. El lugar terminó insertándose muy bien en el vecindario. La solicitud para la implementación del tablado fue hecha por el concejo vecinal. De a poco se fueron arrimando vecinos año a año, y formamos una Asociación Civil que ya tiene siete años. Este año el escenario cumplió once años. Durante los primeros años hubo gurises que diseñaron escenografías y se presentaron a concursos en nombre del tablado”.

¿CÓMO SE TRABAJA DE CARA A UN BUEN FUNCIONAMIENTO EN CADA CARNAVAL?

“”Nos reunimos durante el año, y organizamos otras actividades como el “Día de Reyes”, y el “Día del Niño”. Hace dos años se formó la Red de Escenarios Populares, en la que participamos. Vamos viendo cómo arreglamos los problemas que tenemos cada uno, y nos juntamos hasta diciembre. Hemos invertido en sillas, luces, y equipos de amplificación, sobre todo para no depender tanto de terceros. Cuando empezamos alquilábamos las sillas. Cada año hemos comprado distintas cosas Tercierizamos algunas cosas en el servicio de cantina, porque tenemos la mentalidad de ayudar. El 20% de las ganancias que obtienen los vendedores se usan para cubrir los gastos. Por ejemplo, el que vende los helados es un botija del barrio, y sabemos que lo estamos ayudando. Ha venido Crufi con propuestas para el tablado, y hemos dicho que no. Por lo menos nos aseguramos de darle trabajo a gente del barrio”.

¿CUÁL ES EL BALANCE DEL TABLADO EN ESTE CARNAVAL 2017?

“Para nosotros no fue tan bueno este carnaval, pero es algo normal teniendo en cuenta la situación del país. Hay un problema que está siempre, y es el tema del clima. Este año le pegó hasta al Teatro de Verano. Cuando los medios de comunicación anuncian las alertas, ya la gente no sale. Tener una continuidad es lo que ayuda. Cuando cortás por lluvia, es probable que al otro día vaya menos gente al tablado. La gente de la zona es de contexto económico bajo, entonces los precios tienen que ser populares. Hay varios  asentamientos cerca del tablado”.

LAS DIFICULTADES

“Hay mucha gente que viene al tablado y te cuenta que ayer fue al Velódromo y se gastó mil pesos. Te cuentan lo caro que está. Las personas no gastan la misma cantidad de dinero en un tablado popular. Además, hay empresas públicas que deberían apoyar a los tablados populares, porque en definitiva son un proyecto del gobierno, y no lo hacen. Sin embargo, vas al Velódromo y está lleno de banderas de Antel, o del Banco República. No sé hasta cuándo va a aguantar esta situación. Los conjuntos se quejan también. Saben que seguramente van a hacer por lo menos quince escenarios, que son los populares. Pero después algunos no saben qué es lo que puede pasar. Por el presupuesto que te da la Intendencia tenés que traer a todos los conjuntos. Pero hay conjuntos que tenés que traer dos o tres veces durante febrero porque te aseguran una mayor convocatoria”.

¿QUÉ SE NECESITA PARA COLMAR LA CAPACIDAD DEL ESCENARIO?

“Para llegar a colmar la capacidad del tablado dependés de varios factores como el clima y la programación. Hace como ocho años para competir con las llamadas, fuimos el primer tablado popular en tener un festival de parodistas en su grilla. Me acuerdo que vinieron 750 personas. Pero ha ido bajando, si hoy por hoy organizás lo mismo, capaz que vienen 500 personas. Este año cerramos el lunes 27. El sábado de carnaval fue desastroso, y el viernes vendimos 152 entradas. Confiábamos en que iba a venir más gente. Se han pensado en distintos métodos de difusión, pero no dan los números porque son gastos extra. Además la realidad nuestra es distinta a la del Monte de la Francesa, por ejemplo. Ellos están solos en donde están, porque tienen a Sayago, Peñarol, Colón, y otros barrios donde no hay escenarios. Nosotros estamos rodeados de escenarios populares y comerciales. Tenés que ligar. El Anfiteatro Cilíndrico, por ejemplo, está rodeado de complejos, y con la gente que vive en esos lugares, llenan cada noche. Hoy por hoy hay un promedio de cuatrocientas personas por noche en Molino del Galgo. Mucha gente en vez de venir para este lado, se va para Malvín. La gente de la zona ha cambiado. Los gurises de ahora se han criadfo sin tener a Los Saltimbanquis y a Los Gaby’s en su barrio. Hoy por hoy, mucha gente mira carnaval por la televisióntambién. Antes salía toda la familia al tablado. Ahora se turnan para ir por el tema de la inseguridad, y hay familias que prefieren quedarse en su casa comiendo una pizza,  y viendo a los conjuntos que están en el Teatro de Verano. A veces termina carnaval y no queda casi nada de ganancia. Es mucho el esfuerzo y en ocasiones no se ve recompensado. Hay tablados que atraviesan situaciones más complicadas, y ni siquiera pueden oagar el cuarto conjunto en algunas noches, como el “Juan Taranto”, por ejemplo. Al estar ubicado en un barrio de situación económica compleja, no resulta rentable. Aunque la intención en esos casos es ofrecer algo distinto a los vecinos, y que puedan salir a divertirse. Por suerte no podemos quejarnos en ese sentido, porque hay vecinos que vienen al Molino del Galgo desde adolescentes, y hoy por hoy lo siguen haciendo estando casados. Existe cierto sentido de pertenencia para con el lugar”.

¿QUÉ SIGNIFICADO TIENE “MOLINO DEL GALGO”?


“Es una parte del barrio, y de mi vida. Me mudé a los 28 años para acá, y tengo 72. Pasé mucho tiempo en esta zona. El grupo de trabajo del tablado es como una familia. Siempre proponemos actividades, porque el espacio es especial para todos. Hay muchos vecinos que vienen y te agradecen porque tienen un tablado donde se sienten seguros, y disfrutan. Ese es el motor de todos los años. Hay un grupo de jóvenes que de a poco va tomando la posta. De treinta y pico que somos, Quince tenemos de 60 años de edad para arriba, entonces es importante el recambio”. 

miércoles, 1 de marzo de 2017

SIN EL DISFRAZ

MAXIMILIANO PÉREZ





Desde los siete años de edad ha estado emparentado con el carnaval; a veces hasta casi sin querer. Se fue encontrando con él una y otra vez, reinventándose, investigando, y aprendiendo en el camino. Hoy los vaivenes de la vida hacen que viva las carnestolendas desde abajo de los escenarios, pero eso no fue impedimento para que brindara diversas opiniones respecto a esta celebración que nos convoca a los uruguayos en cada mes de febrero. Ha participado de la fiesta de momo, integrando los elencos de Curtidores de Hongos, Agarrate Catalina, Asaltantes con Patente y Don Timoteo. El trabajo que hoy por hoy desarrolla en los medios de comunicación le ha permitido disfrutar de los espectáculos desde otro lugar, aunque confiesa haberse “desenamorado” de uno de los rasgos culturales más importantes de nuestro país. La charla con Maximiliano Pérez tuvo distintos enfoques. Mientras tanto, hay un disfraz colgado esperando otra oportunidad.   

¿CUÁL FUE TU PRIMER VÍNCULO CON EL CARNAVAL?

“En 1988, cuando tenía siete años, Falta y Resto ensayaba en el Sindicato de Postales, y mi tío era el cantinero. Aparte él vivía ahí, en una casa que estaba al fondo del sindicato, ubicado en Fernández Crespo y Lima. Mi vieja en esas épocas estaba muy enferma, y mis vacaciones de verano consistían en quedarme los tres meses en esa casa. La Falta ensayaba en un patio al fondo, y la casa quedaba arriba, entonces había como un balcón desde donde veíamos los ensayos con mi primo. Ahí me enamoré del género, y coincidió que era tremendo año de la murga. Ver a ese cuadrazo con Pitufo (Edú) Lombardo, Pinocho (Pablo Routin), Quique (Enrique) Rivero, El Zurdo (Freddy Bessio), Ronald (Arismendi), Raúl (Castro), el Piruja (Hugo Brocos), (Daniel) Carluccio, etc. Por parte de mis viejos no tuve ningún acercamiento a la murga, son malos cantando, incluso. Unos años después Carluccio compró el título de Curtidores de Hongos, y formó una familia con Mariela Gotuzzo. Justo cuadraba que unos vecinos míos en Euskalerría eran primos de Mariela. Carluccio formó un plantel con muchos ex Falta y Resto. En los cumpleaños mis padres empezaron a formar un vínculo con Carluccio porque era compañero de Mariela; y como mi papá se dedica al rubro textil, se encargaba de conseguir telas, dando una mano en vestuario. Yo estaba colgado con la murga, y seguía enamorándome. Ya en 1993 al ver y acompañar a los Curtidores, empecé a tomar más conciencia de ese cariño que sentía hacia el género. Iba a todos los ensayos, y me aprendía las letras antes que los murguistas. En 1997, el TUMP y la Intendencia arrancaron con la movida de Murga Joven. Éramos cuatro murgas con cuatro talleristas. Una de ellas era La Tricotea, que el tallerista era Pinocho Routin. Ahí empecé a tomarme más en serio el tema de la murga, y a aprender de qué se trataba. Hasta esa época no sabía ni que el coro se dividía en cuerdas. Luego en el 2000 se me dio la oportunidad de salir en carnaval. Frecuentaba mucho el tablado de Malvín por un tema de cercanía, y el de Flor de Maroñas porque mi familia es de la Curva también. Visité mucho a “El Jardín de la Mutual”, porque había buena relación de mi familia con Dalton Rosas Riolfo,  que se encargaba del tablado, y nos facilitaba el tema de entradas (risas)”.

¿POR QUIÉN  BROTARON TUS GANAS DE SER MURGUISTA?

“Por Pinocho Routin. Siempre me rompió la cabeza. Desde que lo vi haciendo el cuplé de “La Gente”, o “El Pepe Revolución”, o “La Esperanza” en el año 1993 de Curtidores de Hongos. En 1994 hizo el personaje del suicida; en 1995 hizo los sueños del Banana Kurosawa; en 1996 hizo “El Casamiento”, y en ese espectáculo se abordaba el tema de los vínculos y las separaciones de las parejas. Los hongos me partían la cabeza musicalmente, porque tenían mucho rock and roll y música popular uruguaya. E hicieron cosas en esos años que un tiempo después han sido valoradas. La Falta, Pinocho y Los Curtidores me marcaron para elegir el género. Luego fui haciendo mi propio camino con amigos, y la vida me fue llevando para distintos lugares. Tuve la suerte de trabajar con Pinocho en el 2013 en Asaltantes con Patente, y en 2014 con Don Timoteo. Él era el puestista, y para mí fue cumplir un sueño. De hecho, al momento de trabajar me di cuenta de que teníamos muchas diferencias artísticas, pero la admiración está intacta”.

¿QUÉ SENTÍS QUE EL CARNAVAL HA GANADO Y PERDIDO CON EL TIEMPO?

“No me gusta entrar en eso de que lo de antes era lo mejor. El carnaval ha evolucionado junto con la sociedad. Cambiar está bien. Los cambios a veces afectan a cosas de las que uno no se quiere desprender porque son lindas y entrañables. Ahora lo que hay es una exposición de miserias. Antes a las miserias se las tapaba un poco más. La competencia carnavalera, y el caminar a los jurados existe desde siempre. Hace varios años ingresó la televisión y el tema de las redes sociales, y el carnaval ha ido de la mano con esos avances, entonces toda la parte negativa de la fiesta queda a boca de jarro, y se ve muy rápidamente. Están las miserias carnavaleras de determinados artistas queriendo bajar el espectáculo de otros, o buscándole la vuelta para criticar. Hoy desde una computadora cualquiera dice lo que quiere, y eso abarca a murguistas, gente que opina de carnaval, a la que le pagan y a la que no, etc. La masividad del carnaval a través de los medios está buena porque lo hace llegar a lugares a los que no llegaba, pero por otro lado potencia las miserias. Tengo la suerte de estar trabajando para TV Ciudad, recorriendo los escenarios, y el espíritu del carnaval de barrio sigue estando. Ves a los niños pintándose la cara, corriendo para todos lados, las bombitas amarillas. La gente se acerca masivamente a los tablados comerciales, por eso pareciera que el carnaval se ha transformado en el Velódromo, y cuatro tablados más. Pero lo otro se sigue respirando, el tema es que la gente elige, y se vuelca para más o menos los mismos lugares. Antes había muchas opciones, y la gente se repartía más. Si la gente que dice que el carnaval ha cambiado, se acerca al tablado de Flor de Maroñas, o al Monte de la Francesa, que en mi opinión es el mejor tablado de todos, se va a dar cuenta de que está errada. En esos lugares se sigue respirando el carnaval que respiraba cuando niño. La misma gente que se queja de que el carnaval se ha centralizado en distintos escenarios, es la que elige ir al Velódromo, o al Teatro de Verano, y hablar del concurso. Pareciera que el carnaval necesitara de ese moralismo barato para sentirse cómodo. En cuanto a los espectáculos cada vez más pasa que el público los posiciona para ganar en el concurso, de manera que si hacés algo distinto a lo que “está para ganar”, seguramente te condenen”.

“TODOS LOS CARNAVALEROS BUSCAN EL ÉXITO”

“Todos los carnavaleros que se dedican a hacer espectáculos buscan el éxito. Entonces, por lo general se inclinan hacia fórmulas que les pueden brindar ese éxito. Ya no hay tantas murgas que quieren parecerse a La Mojigata. En algún momento sí sucedió, pero después se dieron cuenta de que eso no les daba la copa, ni 120 tablados, ni sponsors. El concurso encasilla al arte en casi todo. La gente que arma espectáculos se rompe la cabeza, y trata de balancear un poco, para hacer lo que puede dar resultado a nivel de concurso, pero al mismo tiempo plantear algo que le gustaría decir. Pero por otro lado, por ejemplo, está el caso de las murgas cooperativas que de repente son más fieles a sí mismas porque no tienen tanto para perder. Pero si escribís un espectáculo para una murga que tiene un patrón, que pone una cantidad de billetes arriba de la mesa, y te exige ganar, no te podés hacer trampa, pero a la vez tenés que cumplir con tu trabajo, que es que la murga esté mortal, pero sobre todo que sea “concursera”. Lo que he aprendido con los años es a verle los hilos a la marioneta, y saber qué caminos hay que tomar para que una murga pueda definir. Ahí es cuando te peleás con vos mismo cuando apoyás la cabeza en la almohada, porque de repente te gustaría plantear tal cosa antes que otra, pero por otro lado sabés que ese formato que pensás es riesgoso, y quizás no atrape al público carnavalero. Entonces terminás equilibrando, y ofrecés un poco de lo que el público carnavalero exige, asi como también escribís un poco de lo que a vos te parece que está bueno. En realidad es tristísimo, pero es así. Cada vez hay menos letristas en carnaval porque no quieren traicionarse más. Por lo general, los métodos del concurso van en contra de lo que uno le gustaría, como por ejemplo el humor negro, el sarcasmo, o cosas que no son comúnmente aceptadas por el carnaval. Si decís algo que va en contra de DAECPU o de la Intendencia, ya sabés lo que puede pasar. Hay murgas que van tranzando, y hoy por hoy ya no es tan necesario hacer un salpicón. Porque la gente ya sabe lo que pasó en el año, o se expresa en las redes sociales respecto a lo que va sucediendo. Y las murgas usan ese tiempo de seis o siete minutos para generar otro tipo de contenidos en el espectáculo”.

¿HA CAMBIADO TU FORMA DE ESCRIBIR UN ESPECTÁCULO?

“Ha cambiado. He aprendido mucho de la gente con la que he trabajado. Igual no me encargo mucho de la parte humorística o de la crítica social. Lo hice un par de años en los Curtidores, pero en Asaltantes y Timoteo encaré más las letras de las puntas, y la elección musical, o el tema de definir qué hay que recortar. Compartí grupos de trabajo con Carlitos Tanco, el Moncho Licio, Pablo Aguirrezabal, el Laucha (Martín Sacco), que son muy talentosos, y tienen una mirada frente a la creación de un espectáculo que es inalcanzable para mí.  Estar al lado de ellos, y convivir todo el tiempo me ha enseñado mucho. Incluso hizo que cambiara mi forma de ver el género. Los espectáculos más o menos apuntan para el mismo lado. Más o menos humor, más o menos crítica social, etc. Lo más difícil es lograr el humor y levantar al público mediante la crítica. Decir “La inseguridad nos está matando a todos”, es muy fácil. Es mucho más atractivo reflejar la realidad de la inseguridad con humor. Teniendo en cuenta eso, el libreto de La Mojigata me parece el mejor de este año. Sobre todo por las formas que utilizan, y desde el lugar en el que se paran para decir las cosas. Hacen más preguntas, en vez de dar verdades, y al mismo tiempo te están diciendo lo que piensan. A mi entender esos son los espectáculos más disfrutables. Pero volvemos a lo que comentaba antes, que es que el público carnavalero de repente desacredita ese tipo de espectáculos diciendo que les falta crítica, cuando en mi opinión son los que más crítica tienen”.

¿QUÉ MOMENTO VIVIDO EN EL CARNAVAL PERDURA EN TU RECUERDO COMO EL MÁS DISFRUTABLE?

“Por suerte viví un montón de momentos. Pero si tengo que puntualizar uno, el año 2005 con Agarrate Catalina fue el más disfrutable, sobre todo porque fue el año en el que nació mi primer hijo. Creo que esas cosas se miden por lo que le va sucediendo a uno también.  Hubo muchos factores. El crecimiento de la murga, lo que se logró artísticamente, los lugares a los que pudimos llevar nuestro espectáculo, y la conformidad que teníamos con él. Quedamos recontra contentos y agradecidos por lo que habíamos trabajado. Sobre todo por cómo nos recibió hasta la gente no carnavalera. Un montón de gente nos iba a ver, y nunca había visto carnaval. Fuimos a cantar a lugares en los que el carnaval no era bien valorado. La murga venció esa barrera carnavalera, y salió para todos lados. No me olvido más de cómo estaba el Teatro de Verano  las veces que fuimos durante ese febrero. Nunca lo vi igual. Haber cantado en la asunción de Vázquez en Avenida Libertador frente a un mundo de gente, etc. Esas son cosas que te quedan en la cabeza y en el corazón. Fue un año sorpresivo para nosotros en todo sentido. Íbamos en el camión de un tablado a otro, y había gente que nos seguía en caravana. Nos pasaba  de terminar el cuplé de Mujica, o el de Los Jóvenes Blancos, o “El Sueño Americano”, y el tablado entero estaba parado aplaudiendo. Eso no me pasó nunca más. Mucha gente estaba emocionada con el producto que habíamos generado. Ese año ni siquiera tuvimos el afán de ganar el concurso. Había ganado el año anterior con Curtidores, y quise volver a Agarrate Catalina, porque ya había salido con ellos en el Encuentro de Murga Joven y estuve desde el principio. Quería salir con mis amigos, y no me importaba si salíamos décimos, y hacíamos cuarenta tablados. Ese espectáculo fue creado desde ese lugar. Hicimos los trajes con nuestras manitos, y laburamos un montón. Nunca imaginamos que todo se iba a dar como se dio. Veíamos a Martín Cardozo hacer al Pepe Mujica en los ensayos, sin la máscara porque todavía no estaba pronta, y decíamos: “Pahh, esto está mal”. Confiábamos en lo que hacíamos, pero no pensábamos que iba a rendir tanto”.

¿QUÉ ESPECTÁCULOS TE HAN GUSTADO EN ESTE CARNAVAL?

“Me sorprendió Cyranos. El estar adentro de la rosca, no me permitía ver profundamente a los espectáculos. Entonces me pasaba que las otras categorías no me llegaban a enamorar. Cyranos logró eso en mí. Me emocioné mucho con la parodia de Nazarenos del Pistola Marsicano, porque estando en Agarrate Catalina tuve la suerte de conocerlo. Capaz que una persona que no tiene idea de quién es, acusa a la parodia de sensiblera, o de que busca golpes bajos. Pero el Pistola verdaderamente era así de solidario. Hacía tiempo que no me emocionaba en carnaval. También me emocioné mucho con lo que logra Pitufo musicalmente en Don Timoteo. El tipo está en otro lugar. No descubro exactamente si es la llevada del Lolito (Iribarne), o la calidad de los arreglos, pero me emociona escuchar a la murga. Con respecto a los contenidos, La Mojigata me rompió la cabeza. Cayó la Cabra me gusta mucho. La Clave está en un gran año; veo que hacen las cosas con tanto amor, disfrutándolo tanto, y compro. La Gran Muñeca tiene momentos que me gustan muchísimo, como el cuplé de Los Libertadores, o el de la Tenencia de los Hijos. Me parece que es una murga que busca su propio camino a la hora de armar un espectáculo. Encuentra temáticas y formas de decir que generan credibilidad.  A todas las murgas les encuentro cosas para disfrutar. Algunas me gustan mucho por sus contenidos, y otras me generan un montón de cosas a nivel musical, coral y estético como Momolandia, Curtidores de Hongos, Patos Cabreros y Don Timoteo. Si estás abierto a disfrutar, a todo le encontrás algo bueno. Si entrás en la rosca concursera, estás predispuesto a ver los puntos bajos de cada espectáculo, y eso no está bueno. Estuve en ese lugar concursero y me he curado. En la categoría de Lubolos me emociona el sonido de los tambores, y los arreglos musicales, pero no sé decir qué está bien o qué está mal. En las Revistas, House ha apuntado mucho al humor, y eso le genera un plus a la categoría que ya no pasa solamente por hacer cuadros con distintas coreografías. Por el trabajo que me toca hacer en televisión, he disfrutado mucho de ver a los conjuntos brindando todo el potencial que pueden brindar bajo las condiciones técnicas limitadas que muchas veces hay en los tablados. Ver el disfrute de los artistas es algo que me gusta un montón”.

¿QUÉ MOTIVÓ QUE NO SALIERAS EN ESTE CARNAVAL 2017?

“Decidí no salir en carnaval este año por una cuestión exclusivamente laboral. Estoy trabajando en la parte de Producción en “La Guitarrita”. Este año repetimos los tres programas que hicimos el año pasado que son “Muchas gracias, jugadores”, “Por la Camiseta”, y “Mochileros”. Para “Por la Camiseta” tuvimos que viajar en noviembre y diciembre, y lo volveremos a hacer ahora en marzo. Entonces no me daban los tiempos. Además, las veces que he salido en carnaval, me ha gustado estar en la cocina de los espectáculos. No voy a ensayar simplemente, y vuelvo a casa, si no que estoy pensando todo el día en el espectáculo, llamando a uno de los letristas, al de la puesta, etc. Entonces me di cuenta de que el tiempo que iba a poder dedicarle al carnaval, no iba a ser el indicado, y me iba a sentir en deuda con mis compañeros. En Don Timoteo generé una amistad muy linda con el grupo, y me he llevado amigos de esa murga, además de tener un vínculo muy lindo con los dueños. Por eso me quedé con un poco de lástima al no poder seguir en el proceso. Hubiera estado precioso salir con Pitufo, Marcel y Pinocho. Cualquier murguero querría salir con ellos que son unos referentes. Pero a la hora de la decisión, el bienestar de la familia está por encima de cualquier figura carnavalera. Hoy por hoy estoy en un momento de rearmado, y me gustaría que me fuera bien en mis trabajos, para poder tener un mes de descanso, dedicándolo a mis hijos, y sin tener nada que ver con el carnaval, ni siquiera televisivamente. Eso sería genial. Pero esas cosas nunca se saben. Siento que podría estar un febrero sin vincularme al carnaval, porque me he desenamorado de él. Se ha transformado en una herramienta laboral. Ya no me pasa lo que me sucedía cuando era un guacho, que amaba hacer carnaval. No me genera pena, porque es como cuando sos un gurí, y te das cuenta de quiénes son los reyes. Por un ratito te apenas, pero después te adaptás. El carnaval son los padres, básicamente”. (Risas).