sábado, 13 de julio de 2019


ESPECIAL - ENCUENTRO DE  MURGA JOVEN 


EX MURGUISTAS JÓVENES

Arriba a la izquierda: Martín Souza
Abajo a la izquierda: Daniel Zieleniec
A la derecha: Ignacio Alonso


Si nos ponemos a pensar un poco en el Encuentro de Murga Joven, hablamos de un fenómeno artístico que comenzó a gestarse a fines del siglo pasado y que ha hecho mella en nuestra cultura carnavalera. Por allí han pasado numerosos artistas, muchos de los cuales hoy por hoy pisan tanto los tablados como el escenario del Ramón Collazo cada febrero. Este encuentro representó “las primeras armas” de cada uno de ellos y ellas en el género murguero, enfrentándose por primera vez a la experiencia de compartir su pasión y las ganas que se desprenden de estar haciendo lo que aman frente a un público. Incluso hay un aliciente que  permanece, y es el hecho de mirar al costado y saber que tus compañeros y compañeras murguistas en muchos de los casos son nuevos amigos o amigas que te ha regalado la vida. Ese espíritu es el que tiene el protagonismo en el Encuentro de Murga Joven, del  que Martín Souza, arreglador coral de murga La Trasnochada, Daniel Zieleniec, integrante y letrista de murga Queso Magro, e Ignacio Alonso, integrante y letrista de murga La Mojigata, han formado parte ocupando distintos roles tanto arriba como abajo del escenario. Para descubrir sus sensaciones respecto a esta importante etapa en su vida artística es que surgió la posibilidad de realizar esta nota.

¿CÓMO RECORDÁS TU PASAJE POR EL ENCUENTRO DE MURGA JOVEN?

MARTÍN: “Arranqué a participar en el Encuentro de Murga Joven en el año 2001. Pasé por muchas etapas. En ese año era muy chico, tenía 16 años y las murgas no disponían de tantos espacios como ahora. De todas formas había una gran movida, y puntualmente se organizaban cosas en un boliche que se llamaba La Barraca. Participamos de varios encuentros ahí con La Esquina Peligrosa, Agarrate Catalina, Queso Magro, y otras murgas. Después en el 2004, el encuentro se transformó en algo distinto porque no hubo concurso y eso hizo que el nivel bajara y que las murgas no se vincularan tanto durante ese año. Ya en mi última etapa siendo partícipe del encuentro desde arriba del escenario, formé parte de La Trasnochada en los años 2007 y 2008. Éramos un grupo bastante establecido y cerrado, y no participábamos mucho de las movidas que se realizaban durante el encuentro. Mi último año como murguista joven fue el de 2010 con Nuay Chance. Recuerdo que la experiencia fue alucinante porque salíamos de un club desde el cual salían como 5 o 6 murgas más. Nos relacionamos con personas de otras murgas que artísticamente hacían algo totalmente distinto a lo que hacíamos nosotros, y disfrutábamos mucho eso. Desde el punto de vista del encuentro fue un año muy lindo”.

DANIEL: “Tengo muchísimos recuerdos, pero si tuviese que elegir alguno en particular me quedo con los festejos que se hacían luego de los últimos fallos de Murga Joven, cuando finalizaba la instancia del Teatro de Verano. Íbamos a una fuente que había ahí por el Parque Rodó y festejábamos entre varios integrantes de las distintas murgas que habían participado del Encuentro. Me acuerdo de festejar con gente de La Mojigata, Murgarrón, La Catonga, etc.  Nos quedábamos de cantarola hasta que amanecía y estaba buenísimo. No importaba quién había ganado y quién no. Todas las murgas cantaban arreglos de clásicos murgueros y los únicos que no sabíamos los arreglos éramos los de Queso Magro. Siempre tratábamos de copiarlos. De alguna forma nosotros los admirábamos porque en aquellos años éramos de las murgas que cantábamos peor (risas). Éramos amigos que habíamos formado una murga y no teníamos tanta facilidad. Aprendimos mucho tanto del encuentro como de esas instancias informales compartiendo con compañeros de otras murgas. Después recuerdo mucho los tablados que hacíamos durante Carnaval. Tal como sigue pasando ahora, las murgas jóvenes podíamos hacer tablados municipales en febrero. En aquella época, te estoy hablando de 1999 o 2000, éramos pocas las murgas jóvenes que hacíamos tablados. porque la mayoría se desarmaban o tenían integrantes que salían en Carnaval. En alguno de esos años prácticamente hacíamos tablados todos los días, porque éramos 2 o 3 murgas las que podíamos, nomás. En muchas ocasiones nos pasaba a buscar un ómnibus para hacer los tablados, el cual compartíamos con otras murgas como La Minga. Recuerdo con mucho cariño esos momentos porque eran muy divertidos. Surgían cantarolas y nos hacíamos amigos”.

IGNACIO: “Tengo los mejores  recuerdos del Encuentro e Murga Joven, pero siento que aún no he dejado de participar. Siento que estoy ligado a Murga joven para siempre. Si bien con La Mojigata participamos solo en 199 y 2000, a lo largo de lo que viene durando el Encuentro he sido tallerista, monitor, y en ese ambiente conocí a un montón de gente que hoy es mi referente en cuanto al género de murga. Recuerdo al Don Bosco lleno de gente, las primeras veces que nos subimos al Teatro de Verano y las cantarolas que se armaban en torno a la fuente que había en el Parque Rodó con las demás murgas. Recuerdo también muchos talleres que recibimos de Pitufo (Edú Lombardo), Gabriela Gómez, Guillermo Lamolle, etc, que nos servían también para integrarnos con gente de otras murgas y cada uno iba rumbeando para el palo que más le gustaba. Haciendo memoria recuerdo espectáculos de Queso Magro, Demimurga, Murgarrón y La Catonga que estaban buenísimos, con ideas muy ocurrentes”.  

¿CÓMO VIVISTE LA EXPERIENCIA DE HABER SIDO MONITOR EN EL ENCUENTRO DE MURGA JÓVEN?

MARTÍN: “La experiencia de haber sido monitor fue increíble. Me devolvió las ganas de ver Murga Joven y encontrarme con la cantidad de cosas preciosas que tiene. Desde ese rol encontré un espacio para poder trabajar con grupos de gente de mi edad o un poco más chica, que eso siempre fue algo que me gustó. Aporté algunas herramientas para que distintas murgas pudieran destrabar algunas cosas, ya que las ideas corren por cuenta de las murgas. Los monitores hacen solo un seguimiento y un acompañamiento, y además brindan una ayuda artística o buscan fortalecer el vínculo dentro de un grupo. La verdad que haber trabajado como monitor me dio la posibilidad de conocer un montón de gente linda, y de ver un montón de movidas que se hacen ahora que están mortales”.

¿QUÉ TE GENERÓ HABER SIDO DEVOLVEDOR DE LOS ENSAYOS ABIERTOS DE LAS MURGAS JÓVENES?

DANIEL: “La experiencia de haber sido devolvedor de los ensayos abiertos de Murga Joven fue fantástica para mí. Primero que nada fue un honor que me hayan llamado, y después fue un aprendizaje en todo sentido. Tuve que ponerme a ver los espectáculos desde el lugar de disfrutarlos y rescatar siempre lo positivo. Y eso está bueno porque todos los espectáculos tienen algo positivo para resaltar, y aún más en Murga Joven, donde siempre se ven cosas muy auténticas y esa tarea resulta más fácil. De todas formas, siempre hacés alguna sugerencia de algo para corregir, pero está genial no ponerse a ver un espectáculo desde la comparación, y viendo qué murga canta mejor, etc. Desgraciadamente el público carnavalero tiene esa mirada bastante incorporada, entonces salirse de ese lugar es un ejercicio muy lindo. Por otro lado ver a grupos tan diversos con propuestas artísticas tan diferentes entre sí fue algo hermoso. Eso te abre un poco la cancha para descubrir las maneras en las que los jóvenes sienten la murga. Realmente vi cosas muy sorprendentes por su grado de creatividad y locura. Hay murgas de todo tipo, y en esa diversidad está la riqueza del Encuentro de Murga Joven.

TE TOCÓ SER JURADO DEL ENCUENTRO DE MURGA JÓVEN, ¿CÓMO TE SENTISTE EN ESE ROL?

IGNACIO: “No estuvo muy bueno haber sido jurado de Murga Joven. Para empezar es cuestionable tener que juzgar y analizar un espectáculo definiendo la suerte de murga. Ojalá no tenga que hacerlo más. Algo que quiero agregar es que al menos en el año que me tocó ejercer ese rol, el jurado era una especie de monigote, cosa que veo bien porque no debe tener tanta importancia, pero no me pareció justo que no pudiéramos tener voz y voto a la hora de suspender una etapa o cuando se toma la decisión de eliminar a un conjunto. Recuerdo que ese año quedó eliminada una murga y nos entramos por afuera. No estuvo bueno eso. Lo mejor fue que ese año fui el jurado electo por las propias murgas jóvenes, y eso fue un reconocimiento precioso. Pese a todo lo que dije haber sido jurado del encuentro me aportó mucho y siempre aprendés pila. Vi cosas que me partieron la cabeza, y también vi otras que empezaban a repetirse, con discursos trillados por las propias murgas jóvenes”.  


¿QUÉ COSAS CREÉS QUE LE HA APORTADO LA MURGA JOVEN AL CARNAVAL?


MARTÍN: “Las murgas jóvenes le aportaron un montón de frescura al carnaval en cuanto a las maneras de hacer humor. Creo que ahí hay una beta importante. La búsqueda del humor en el caso de las murgas jóvenes pasa por un lado totalmente distinto al que el carnaval venía acostumbrado. Musicalmente creo que carnaval todavía está en otro nivel con respecto a Murga Joven, pero en materia de libretos creo que la murga joven le ha aportado muchas cosas positivas al Carnaval. Otro aspecto a destacar es el de la autogestión de las murgas. Hoy hay un montón de murgas cooperativas que salen en Carnaval y se iniciaron en Murga Joven trabajando y gestionándose de esa manera, remando todos para el mismo lado. Esto es algo que no se menciona mucho, pero está bueno destacarlo”.

DANIEL: “La murga joven le ha impregnado muchas cosas al Carnaval. Pero el Carnaval debe aprender más cosas. El público carnavalero debería aprender a disfrutar más de los espectáculos de las murgas jóvenes y salirse de esa mirada propia del carnaval de febrero. Como no hay un único estilo de Murga Joven, es difícil ver qué ha tomado el Carnaval de ese encuentro, pero las murgas jóvenes tienen otra impronta para plantear sus textos a diferencia de la que se manejaba en carnaval antes de que se diera su llegada. La murga joven es más creativa en ese sentido y critica no solo desde el lugar político partidario, sino que también desde lo social. Además la murga joven ha permitido darle mayor integración a la mujer dentro del género, que a mi entender aún queda camino por recorrer en ese campo. Y lo más lindo es cuando un grupo se llena de experiencias en el Encuentro de Murga Joven y elige seguir su camino dando la prueba para salir en Carnaval. Eso está divino porque las murgas jóvenes crean su identidad dentro del encuentro y no la pierden cuando llegan al Concurso Oficial. Además esto pasa también a nivel individual. Hay pila de murguistas que arrancan en el Encuentro de Murga Joven y luego salen en Carnaval”.

IGNACIO: “Las murgas jóvenes le han aportado mucho al Carnaval, tanto en lo artístico como en el modo de organización. No recuerdo a muchas murgas que hicieran reír en la década del 90’, siempre hablando en términos generales obviamente, Y cuando llegaron las murgas jóvenes, el humor en el género se empezó a potenciar. Con la murga joven la crítica empezó a tocar otros temas que no eran los más comunes y la puesta en escena también varió mucho. No estoy diciendo que todas estas características no existieran en los espectáculos murgueros anteriormente, pero con la llegada de la murga joven cambiaron algunos códigos. Por otro lado, las murgas jóvenes llegaron con un encare interno del grupo que era muy distinto al manejo grupal que tenían la mayoría de las murgas en el Carnaval. Para mí la murga joven no llegó a rechazar estilos, sino que lo que sucedió fue que muchas murgas “grandes” comenzaron a tomar elementos de la murga joven para plantear sus espectáculos, y a trabajar con técnicos que eran ex integrantes de murgas que provenían de la movida joven.  Además creo que la gente de la murga joven le dio a los murguistas “grandes” un status que hasta ese momento no tenía, porque era gente que consumía mucha murga y seguía las “carreras” de cada una de las murgas mayores. Ese status se generó tanto para bien como para mal”.

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